08/25/2007

Son cinco mil visitantes
Por Pedro Rodiz

Quiero agradecer a todas las personas que visitan el blog. Ya son 5,000 visitantes. ¡Gracias! Esto ha superado, por mucho, mis expectativas. Hace un año, cuando comencé a escribir en esta bitácora, lo hice porque entendí que había un vacío en cuanto a la reflexión sobre el teatro puertorriqueño. La poca discusión que se generaba la estaban teniendo los periodistas que cubren nuestro arte y los críticos de teatro. Pero no estaba surgiendo ninguna reflexión desde adentro. De este modo fue que decidí darme a la tarea de empezar a cucar. Porque una de las cosas de las que carecíamos -además de trabajo- es un medio en el cual pudiéramos hacer comentarios, sin censura ni tapujos, sobre el teatro puertorriqueño.
Con eso como norte fue que expuse algunas impresiones sobre lo que ocurre en nuestra industria. Mi interés era, y será, plantear algunos puntos de vistas, crear un poco de controversia o disidencia, instar a la reflexión o a la provocación, todo desde mi perspectiva, y que la gente que entre, tanto artistas como el público en general, pueda diferir o concurrir con mis comentarios. Constantemente actualizo los artículos. Es un buen sitio para poder elevar la discusión sobre el teatro.
Jamás imaginé que surgirían tantas ideas, casi noventa artículos en un año, sobre el teatro local.
Confieso, que una de mis aspiraciones secretas, era ser un columnista de algún periódico. Por diversas razones, eso nunca se ha dado, así que cuando vi la posibilidad de crear este espacio de discusión, me lancé al vacío, sin paracaídas.
El ser un redactor independiente tiene sus beneficios. No recibo presiones de ningún tipo. Lo he hecho voluntariamente y sin ganarme un centavo. Tuve la oportunidad de añadirle anuncios a la página, pero me pareció que eso podría comprometer mi criterio. Además, de que no hay nada más desagradable que entrar a una página de Internet y ser bombardeado por anuncios. Así que el blog seguirá sin auspicios. También, he contemplado utilizar imágenes en los comentarios, no hay ni una foto mía, pero creo que se quedará así por el momento.
La única frustración, si es que se le puede llamar así, es la poca participación de los visitantes. Lo digo porque visito otros “blogs” -ya que me encantan- y veo como consistentemente la gente participa con sus comentarios. Pero eso no quita lo bailado. El trabajo está vigente y habla por sí solo.
¿Planes para el futuro? Pues, me encantaría convertirlo en una página interactiva, en la que pudiera incluir vídeos, y hasta crear un programa semanal en el que se pasara una señal en directo, tipo programa de televisión. Pero hacerlo es costoso. Ahí sí que necesitaría auspicio.
Algún día será.
Gracias de nuevo por su patrocinio. Eso me motiva que a esmerarme más en lo que hago.

08/20/2007

Reacción a la carta que me escribió el amigo Alberto Rodríguez

Por Pedro Rodiz

Querido Alberto:

Quiero que sepas que siento un profundo respeto y admiración tanto por ti como por tu trabajo. Jamás, de mis labios –o de mis dedos, por aquello de que escribo lo que pienso; ni siquiera en mi pensamiento - ha salido un comentario despectivo hacia tu persona. Eso sería una vil bajeza. Si verte en escena es una delicia para los sentidos, trabajar contigo fue realmente una experiencia enriquecedora. Eres uno de los grandes actores que ha dado este País, y eso lo digo con el corazón en la mano. Eso no está ni estará nunca en discusión.
Si en mi afán, por la forma de decir lo que pienso, te ofendí como persona o como artista, públicamente me disculpo. Jamás fue ni será esa mi intención. Fíjate que en todo momento, en mis comentarios, me dirigí a la organización, no a las personas.
Por otro lado, agradezco la gentileza de que escribieras un comentario en el blog. No sabía que me leías. En tus palabras escritas percibo la caballerosidad que te caracteriza. Eres de esos hombres que ya quedan muy pocos, de esos que son hechos de una sola pieza.
Cuando escribí el artículo, lo hice en reacción a varios comentarios que he escuchado en la calle, de otros compañeros de teatro. La intención era que se aclarara el asunto de la otorgación de fondos, que aunque se ha reseñado anteriormente en la prensa, la impresión que daba era que había o que ha tomado otro curso. Tiempo demás tendremos para seguir esta discusión o este compartir de ideas de altura. Esa es la finalidad de este foro. Que hablemos de lo nuestro, nosotros - no otros que nada saben- que vivimos y padecemos de nuestro arte a diario.
El que hayas contestado es bueno. Eso demuestra transparencia. Y no esperaba menos de ti. Aún tengo algunas dudas; ya las aclararemos.
Queda en pie la pregunta original y es si el proyecto de los 5 millones ya está caminando o si simplemente fue un comentario de pasillo. Porque en algo difiero mi querido amigo, es en lo que dices de “…sólo a la Junta de Directores de la Sociedad General de Teatro le corresponde tomar otras acciones informativas…”. Esto aplica únicamente a los asuntos internos de la corporación, que a nadie más le atañen. Pero si hay de por medio fondos públicos, y más cuando ese proceder de no informar o excluir puede afectar a un sector dentro del quehacer teatral, creo que estoy en mi derecho de preguntar. Eso no me hace impertinente. Ese es mi parecer.

Reacción al artículo A tomates no huele
Por Alberto Rodríguez

El querido amigo Alberto Rodríguez escribió lo siguiente en un comentario del artículo A tomates no huele. No me parece justo que se quede en ahí, oculto. Así que me tomo la libertad de “subirlo” para que sirva para la discusión o el compartir de ideas.

A: Pedro Rodiz

Querido Amigo

Vaya por delante mi gran afecto a ti y mi profundo respeto por tu trabajo como teatrista. Desde esa perspectiva te escribo, reaccionando a tu escrito sobre Productora y la Sociedad General del Teatro.Una de las primeras personas que te habló de la Sociedad General fui yo, cuando uníamos esfuerzos en mi “Marta y Cristóbal…” Entonces compartí contigo las esperanzas de un grupo de veteranos, productores, por profesionalizar el quehacer teatral, dándole seguridad económica a todos sus componentes, mediante un sueldo fijo decoroso, seguro social, desempleo, etc. Te explique en detalle que con la creación de la Sociedad General se pretendían integrar 47 (cuarenta y siete) Corporaciones Teatrales Sin Fines de Lucro, creando un circuito teatral a lo largo y ancho de nuestra isla. Esa idea que comienza gestarse, hace tres años, fue el fruto del ingenio, de la creatividad y del tesón de doce veteranos que han dado años, vida y hacienda en pro del Teatro Nacional (tú los conoces, los respetas y te son afectos, no tengo que nombrarlos.) ¿Se nos debe penalizar por tener la solvencia y competencia profesional y moral, la veteranía y los galones bien puestos sobre nuestros hombros, para lograr convertir un sueño en una realidad? Tu pedido y exhortación a que la Junta de la Sociedad “Se exprese con claridad” me parece impertinente. Por un lado la prensa ha recogido ampliamente nuestros propósitos y sólo a la Junta de Directores de la Sociedad General de Teatro le corresponde tomar otras acciones informativas, tal como imagino, ocurre en tu organización teatral.Por otro lado hablas de “guisos.” En Sociedad General no guisa nadie. Ganamos un sueldo decoroso por nuestro trabajo. Las 12 (doce) organizaciones teatrales filiales, que inicialmente la componen, trabajan incansablemente por posicionar el arte del teatro en lugar prominente, en el gusto de nuestro pueblo; el más distante en el interior de la isla. Un público al que jamás le llegan propuestas teatrales de la calidad, por ejemplo, de las tuyas.Alta Escena es la más antigua organización teatral, debidamente acreditada por el Departamento de Estado. Su historial, lo conoces, es de excelencia y de grandes proporciones. Te aseguro desde la probada seriedad de mi trabajo teatral, de más de 50 (cincuenta) años, que no huele mal, nada mal la gestión de la Sociedad General del Teatro.Me parece propio y así lo hago en esta oportunidad reiterarte mi agradecimiento por la valiosa ayuda, que como Director Asociado, me brindaste en la puesta de mi obra, ya citada; máxime cuando, generosamente, lo hiciste de forma gratuita, devolviendo el pago que ya se te había otorgado.
Un abrazo fraternal de…
Alberto Rodríguez

08/12/2007

En la víspera del viaje

Pedro Rodiz

El día antes de que partiera, nos vimos. Norman Santiago está en España, como hasta mediados de septiembre, en una filmación sobre la vida de Ernesto Che Guevara. Bien por él. Oportunidades como esas no se presentan todos los días. Sobre todo porque la película será protagonizada por Benicio del Toro. Esto será una gran exposición para Norman.
A Norman Santiago lo conocí hace muchos años en la Iupi. Para ese tiempo estaba matriculado en la clase de Dirección Escénica y Norman recién había llegado de traslado desde Cayey. Una amiga en común, que participaba activamente de las escenas de la clase, me lo presentó y me pidió de favor que lo incluyera en alguna escena ya que nadie lo conocía. Así recibiría exposición dentro del Departamento de Drama. Ella me aclaró que era un buen actor. No necesité más explicaciones. Suelo confiar en el criterio de las personas que me son cercanas. Para esos días, había que montar una escena infantil. Elegí La oveja y el lobo, una obra del querido maestro y amigo Rafael Ortiz. Y por supuesto, a Norman le encomendé el personaje del el lobo. Él lo cogió personal. Se dejó crecer el pelo y la barba. Ya, para el día de la presentación, que fue frente al antiguo edificio de la Facultad de Arquitectura, parecía a un hombre lobo. El resto de su trayectoria habla por sí sola.
Pues me reuní con Norman porque me comisionó escribirle una obra. La idea surgió de un viaje que él hizo a Italia, junto a Idalia Pérez Garay, nuestra mejor actriz –nunca mejor dicho- y una maestra de actuación extraordinaria. También los acompañó otra persona pero no recuerdo el nombre. ¡Maldita memoria!
Así que la idea, que surgió de esa experiencia, él me eligió para que la escribiera. De inmediato me preocupé y también me ocupé. No puedo hablar de eso en este instante del proyecto, ya sabrán de eso. ¡Es una idea estupenda!
Rápidamente, como fiebrú que soy de la lectura, me compré varios libros sobre el tema acordado para estar “filotea’o”.
Luego procedí a reunirme con Norman en la víspera de su partida. Tenía varias inquietudes. La primera era que quería aclarar de quién sería la autoría de la obra. Porque la idea original era de él y de sus colegas, pero el que se va a joder investigando y escribiendo soy yo.
Ya existe un precedente nefasto con la obra teatral Pedro Navaja, que el Teatro del Sesenta tuvo ir a juicio para luchar la paternidad de dicha obra con Pablo Cabrera. La corte determinó que el autor era Pablo, aunque los rumores de pasillo dicen que la idea se elaboró en colectivo.
En Estados Unidos estas divisiones de bienes gananciales las tienen claras y por escrito. Allá se determina que la idea es de fulano de tal pero que fue escrita por sutano mengüal Así que allá la paternidad es compartida. Acá, como todos somos panas, pues no aclaramos esos detalles y luego, cuando pasan los años, pues vienen las peleas por la custodia de la criatura.
Pues para evitar todo estos líos, lo hablamos. Quedamos que el muchacho no sería bastardo, que tendría padre y madre, pero que la patria potestad sería mía, basado en una idea original de los susodichos.
Y claro, que él la actuaría por los próximos treinta años. No sé si se representará más allá de los treinta, yo no creo que viva tanto.
A mí me emocionó mucho que me comisionara ese trabajo. No solamente por la amistad que nos une por tantos años, sino porque es como un reconocimiento a mi labor. Así que en términos económicos hice un trato fabuloso, de esos que uno hace solamente con gente que quiere, aprecia y admira.
Luego procedimos a una “tormenta de cerebros” y demás está decir que se nos ocurrieron otras buenas ideas. De verdad que estoy bien entusiasmado con el proyecto.
El que conoce a Norman Santiago sabe la clase de persona y artista que es. Tiene un don de gente que hace que uno le perdone sus otros defectos.
La obra que le escribiré es un proyecto ambicioso y espectacular. Ya sabrán del mismo porque dará mucho de qué hablar.

A tomates no huele

Por Pedro Rodiz

Varias personas me han comunicado que el proyecto de los 5 millones está en marcha. Las versiones varían. Algunos aseguran que lo están corriendo con menos dinero, pero todos coinciden en que está en funcionamiento.
El proyecto de los 5 millones es aquel que la Productora Nacional gestionó ante la Legislatura de Puerto Rico, que no pasó -o no ha pasado- por vistas públicas y en el que se le otorga u otorgará esa cantidad millonaria a dicha institución para que hagan teatro como deseen, sin dar explicaciones a nadie de cómo lo reparten.
¿Alguien sabe algo de esto? ¿Es esta información correcta? Invito a la gente que lee mis artículos a que desmientan o confirmen esta información aunque sea bajo el manto del anonimato.
Quiero aclarar que no me opongo a que el Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico otorgue 5 millones a la clase teatral. Eso es un maní. Deberían dar 20 millones y que todo el mundo se beneficie de los mismos en igualdad de condiciones. El problema con que se otorguen estos fondos es que vaya a manos de un grupito de personas, ellos mismos decidirán o decidieron cómo lo van a administrar, -entiéndase a repartir a gusto y gana- estableciendo sus propias reglas y sus propios auditores. Es decir, los cabros velando las lechugas.
¿Por qué tanto secreteo? ¿Qué ocultan? Demás está decir que son FONDOS PÚBLICOS. Dicho de otra forma, la información TIENE que ser pública. Lo que se comenta es que todo esto se mantiene callado para que no se forme el reperpero.
El que unos pocos manejen esa cantidad de dinero afectará seriamente a la clase teatral. Sólo los que tengan acceso a ese dinero la pasarán bien. Porque la intención es hacer teatro gratuito por todo el País. Después que se acostumbre a la gente a ver obras gratis, ¿quién va a pagar por ver teatro? ¿Cómo sobreviviremos los no estemos pegados a esa teta? ¿Qué pasará con nosotros, los productores independientes, que hacemos de tripas corazones para conseguir el dinero para nuestras producciones? ¿Qué pasará con los dramaturgos que montamos nuestras obras con nuestro propio esfuerzo ya que nadie se interesa en nuestras propuestas? ¿Qué pasará con los directores que a duras penas nos llaman para dirigir?
Mi abuela me enseñó que si uno se tiene que esconder para hacer algo, es que ese algo está mal. Porque si estuviese bien, no habría necesidad de ocultarse.
Exhorto a los beneficiarios de este dinero, de ser cierto que esto está funcionando ya, a que se expresen con claridad. Que expliquen los objetivos y su plan de trabajo.
Como mencioné, cualquier tipo de dinero que otorgue el Gobierno debe estar al alcance de todos. Unos años guisarán unos y otros años guisarán otros. Lo que no puede ocurrir, de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia, es que unos pocos siempre guisen y los demás seamos los guisados. Y por todos lados este guiso huele mal. Como decía el anuncio comercial, “a tomates no huele”.

08/09/2007

Un mago, pobres, Montehiedra y una bailarina

Por Pedro Rodiz

El viernes pasado ocurrieron dos sucesos de lo más interesantes antes de la función de El chicle de Briney Spears en el Nuyorican. Lo primero fue, que mientras esperaba a que empezara la función, se me acercó una persona y comenzó a hacer trucos de magia.
Al principio pensé que era otro alcohólico, de los muchos que transitan por el callejón. Pero luego noté que el tipo hacía “magia” de verdad. ¡Y de verdad que era bueno! Su técnica radicaba en dar la impresión de que el truco fallaba para luego darle un giro inesperado y terminarlo de forma estupenda.
Luego de realizar varios trucos con unas barajas, se identificó: era un deambulante. Me preguntó que si le podía dar algo. ¡Por supuesto que le di dinero! Es la forma más original en la que me han pedido chavos. Se los ganó. Hizo un tipo de espectáculo callejero. Y quedé realmente satisfecho. Hasta una ñapa hizo.
Una vez concluido el acto de magia, se movió hacia el otro establecimiento, es decir, hacia la otra barra. Tengo que aclarar que ese callejón tienen dos barras: El Nuyorican y El corozaleño. Ambos están divididos por una valla, de esas que se usaban en los bancos para establecer la fila. Y en ambos lados tienen mesitas en la calle.
Pues el mago se fue para el otro lado de la valla. Pero allí nadie le hizo caso. Es una pena que se fuera tan rápido. Ni siquiera dijo su nombre. Después se me ocurrió que lo podía utilizar para el “opening” de la obra, como para calentar al público. Espero se aparezca esta semana.
El otro suceso fue con un doñito que esta borracho, “jendío” como tuerca. Se paró en el mismo medio de la valla y señaló a los que estábamos sentados en las mesitas del Nuyorican y dijo: “Montehiedra”. Luego señalaba hacia el otro lado, al de El corozaleño y decía: “Los pobres”. Y se quedó un rato pega’o con esto: “Los pobres… Montehiedra… los pobres… Montehiedra…”
El tono del doñito era serio. Y a su forma, tenía razón, ya que las cervezas de El corozaleño son más baratas que las del Nuyorican. Lo que no pude explicarle, porque no vale la pena razonar con un borracho, era que yo estaba en esas mesas porque estaba trabajando. Que de Montehiedra, nada. Total, me da igual si tenía razón o no, yo no bebo de ninguno de las dos barras.
De la función le diré que se apareció Naomi Bonafoux, que era una de las bailarinas del montaje original, y que por razones de presupuesto tuve que prescindir de sus servicios. Fue una decisión difícil de tomar ya que la parte de las bailarinas le daba otra dimensión a la obra.
En medio de la obra, Ricardo la divisó y la subió al escenario como si fuera una de sus invitadas especiales. Esto fue muy acertado. Ella, como conocía la obra, le hizo el trabajo más fácil a Ricardo. Parece que Naomi lo inspiró ya que esa noche hizo la mejor función desde que estamos ahí.


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