06/21/2009

El escenario está listo
Por Pedro Rodiz

El miércoles se hará la vigilia por la cultura frente al Capitolio. Ese mismo día tengo presentación de la obra Complejo de Edipo en Escenario. ¡Qué dilema! ¿Cancelo? ¿La presento?
Hace ya varios miércoles que nos estamos presentando con esta obra de mi autoría en este espacio. Es una barra, en la calle San Sebastián. Ya había presentado un trabajo, para allá en el 1996. La obra que presenté se titulaba Las tres caras de Junior. El libreto era una mezcla de viarios textos y la idea era que Junior estaba relacionado con tres mujeres a la vez: con su esposa, la novia y la amante. Ninguna sabía de la existencia de la otra y ese día deciden aparecerse las tres para darle una sorpresa agradable a su Junior particular, que solía tomar cerveza en esa barra. Y por supuesto, el enredo que se formaba al ellas descubrir que el Junior particular era en realidad el mismo Junior. Actuaron Anamín Santiago, Carmín Boisoly, Julie Mercado y Maury como Junior. Todos bajo mi dirección escénica.
Lo poco que recuerdo es que estuvo lleno y que la gente que asistió, disfrutó mucho. No se hizo mucho dinero, nunca se hace en esos lugares. Pero fue un proyecto muy divertido y a la vez ingenioso. Porque eran cuatro actores en un escenario muy reducido, que todavía subsiste, y que hice una ingeniosa y ágil dirección escénica. De allá para acá ha llovido un montón. Pero lo que es consistente es que Maury está nuevamente en escena.
El lugar luego cambió de nombre a Rumba y el nuevo dueño, Rodolfo, le volvió a poner Escenario. Lo que nunca he entendido es por qué se llama Café-Teatro a estos espacios si lo que se vende es alcohol, no café. En fin, el local lo manejan dos empleados, pero qué empleados. Está Luis, que hace de todo. Es un chico diligente, atento y servicial. Hace chistes, trae la comida, prepara tragos y hasta te tira las luces. Es sumamente hospitalario y tiene un don de gente. También está Amarilis, que es la “bartender” o cantinera. Ella es sumamente simpática y también es muy atenta. Con ella se puede hablar desde “Four Track” hasta de París. Es el alma del lugar.
Pues, nos estamos presentando allí con Complejo de Edipo. El personaje principal lo interpreta Ricardo Álvarez y lo secunda Maury como su asistente de Cátedra. La obra se estrenó por primera vez en un Festival de Teatro Puertorriqueño, par de años atrás, en el Corralón de San José. Maury lo actuó solo. Hace como dos años y medio la repuse en el Teatro Yerbabruja de Río Piedras. Allí la iba a actuar Maury otra vez. Pero bien cerca de la primera función, él me dijo: “Pedro, un día de estos deberías actuarla tú, porque esta obra la escribiste para ti, con reflexiones tuyas”. Le tomé la palabra y como soy medio impulsivo para algunas cosas, le propuse: “Bueno, yo la actúo pero tú la diriges”. Así fue que me lancé a actuarla en esa ocasión. Pero como tuve poco tiempo para memorizar, se me ocurrió utilizar a Maury como mi asistente de Cátedra. La idea era que él tuviera el libreto en la mano por si se me olvidaba alguna línea. Y efectivamente, comenzando la primera función, digo las primeras líneas y me quedé en blanco. Menos mal que él estaba ahí y me orientó. Así fue que entendí que la obra funcionaba mejor con él como comodín, porque no solamente ayuda a calentar al público en lo que entra el profesor, sino que tiene una participación directa en la obra. Por eso me resulta interesante que él esté. Pues de una manera que no logro comprender del todo hay una simbiosis entre Complejo de Edipo y Maury.
Cuando decidí montarla en Escenario, le hice un ajuste para justificar que la "clase" se diera en una barra y no en un salón de clases como está provista para hacerse. Y es que el profesor dice: “Los he citado aquí hoy en esta barra, porque a mi salón de clases no van. Y mira, hoy no faltó ninguno”.
Así que el escenario está listo tanto para la vigilia por la cultura allá en el Capitolio como para presentar Complejo de Edipo en Escenario. He decidido hacer la función. La razón es que parte de los reclamos de esa vigilia está el de que se garantice o se amplíe las posibilidades de empleos a los trabajadores de la cultura. Y yo no voy a cerrar un taller porque desvirtuaría el objetivo principal del reclamo. Eso sería desvestir un santo para vestir otro. Y la idea es que se sigan creando empleos por medio de la autogestión. Aclaro que el Gobierno no me da un centavo para esta presentación. Se cobra de lo que entre en la puerta.
Les deseo mucho éxito a los colegas que participarán de la vigilia, espiritualmente estaré con ustedes. Y los que asistan a la vigilia, deben ir vestidos de blanco y con una vela dentro de algún recipiente de plástico, cartón o cristal. Nosotros en la función prenderemos velas en las mesas en solidaridad con la misma. Pero mantengo el taller abierto. Al fin y al cabo, no somos competencia. La vigilia comienza a las 7:30 p.m. y la función de Complejo de Edipo a las 9:00 p.m. Decida usted donde estar. Inclusive, puede estar en ambos lugares. Un rato en la vigilia y luego a la obra.

06/18/2009

Mundos nuevos
Por Pedro Rodiz

En meses anteriores pasé por una situación extrema. Quisiera poder decir que fue agradable. Al principio quizás, pero después se convirtió en toda una pesadilla. Hasta dejé de escribir. No es hasta hace poco que volví a redactar en este espacio con más regularidad. Lo bueno, me parece que es lo único bueno que le saqué, fue que me dio la oportunidad de explorar nuevos rumbos en la escritura. En ese proceso escribí, entre otras cosas, un corto metraje. Se titula El conejito rosado. Y hay posibilidades de que me lo filmen. Hice un intento de poesía titulado Hilos, publicado aquí, y ahora estoy matriculado en un curso de Taller de Novela Corta en el Sagrado Corazón. Son todos los jueves. Allí nadie me conoce, -lo cual es estupendo- excepto el profesor. El curso lo imparte el escritor Emilio del Carril. Y estoy en el proceso de escribir mi primera novela corta. Eso me tiene entusiasmado. De la trama les diré, por ahora, que es una historia graciosa. Así que estoy en la onda de Juan Antonio Ramos, que escribe novelas para uno mearse de la risa.
Como parte del taller, el profesor nos mandó a hacer un ejercicio en primera persona: un monólogo interno. A cada uno de los participantes le dio una situación distinta. La situación que me tocó fue sobre este individuo que se había hecho la operación de cambio de sexo y que viajó a Nueva York. Teníamos cinco minutos para desarrollar la idea. Así que este micro monólogo que presento a continuación fue el que escribí. Luego de escucharlo, me exhortó a que lo terminara de escribir, y que le incluyera todo tipo de prejuicios. A lo mejor lo haga. Y termine presentándolo en alguna barra como hice con la obra Complejo de Edipo que está presentándose todos los miércoles en Escenario del Viejo San Juan.

Luisa:
Estoy regia. ¡Mira estas tetas! Y estas tacas que me resaltan las piernas. Tres meses con la dieta de la toronja y mira este cuerpo, que si me viera Jennifer Aniston, se muere de envidia. Espero que todos se pudran allá en esa isla de mierda. Estoy aquí en Manhatan. En esta ciudad nadie está pendiente de nada ni de nadie. No más relajos de aquel cabrón que se la pasaban gritándome: “Mira canto’e pato. Maricón”. Sí, y mientras me decía esto, me miraba el culo. Ojalá la puta aquella le pegue una sífilis o una gonorrea para que sepa lo que es bueno. Hace frío, pero ni pa’l carajo me pongo un abrigo para taparme este nuevo cuerpo, el verdadero. Lo voy a lucir aunque me muera de frío. Uy, estoy mareá. Estas hormonas me dan náuseas; y este sangrado que no para. No debo quejarme. Así deben ser las menstruaciones.

06/13/2009

Hilos

De Pedro Rodiz

“Si nada es verdadero, entonces, todo es permitido” Hassan-i Sabbah

Por ti desafié al laberinto.
Andares a oscuras, ojos de lumbre
Anhelos con alas.
Ariadna, ¿a dónde llevaste los hilos?
¿Cómo regreso al tálamo de tu aliento?
De pronto, murmullos de silencios.
Busco y bramo.
Tropiezo
Nudos de angustias que amarran pies y garganta.
Desidia
Minotauro que devora.

06/12/2009

Nadar

Por Pedro Rodiz

Llevé al pequeño saltimbanqui a sus primeras clases de natación. Me emocioné muchísimo. Verlo intentar mover las piernas, luego tratando de hacer burbujas, el cómo trataba de aguantar la respiración y verlo tragar agua cuando le hundían la cabeza porque todavía no sabe cerrar la boca, como lo ponían boca arriba para que aprendiera a flotar, en fin, toda esas etapas que conlleva aprender a perderle el miedo al agua.
Es evidente que es un proceso lento. Todavía es muy chiquito. Que falta mucho para que pueda nadar. Pero saber que estoy aportando a su desarrollo físico, a darle la oportunidad de aprender un deporte que es para toda la vida, entender que eso contribuye a que se convierta en un buen ser humano, me llena de mucho orgullo. Esas son tareas de hombres, como lo es también el llevarlo a la escuela, como lo es cambiarle los pañales, como lo es explicarle cómo se usa el inodoro –de las tareas más difíciles- como lo es el llevarlo a diferentes sitios para que brinque y salte, para que socialice y que interactúe con su medio ambiente y con sus pares, son tareas que ningún hombre debe perderse. Porque de nada me vale que trate de prosperar como artista sin preocuparme primero por ser un buen padre.
Hay que saber entender que él es un ser distinto a mí, que ya tiene sus propios intereses y que vive con sus gustos particulares. El pequeño saltimbanqui es uno que va a caminar sin mirar atrás. A él no le importa mis preocupaciones, no mide peligros todavía. Hay que estar pendiente a todo lo que hace. Y eso drena. ¡Qué difícil es tener paciencia! Porque hay que lidiar entre todas las tareas que me son propias como artista, con los intereses particulares de él.
Pienso que soy afortunado porque en este momento pude pagarle esas clases de natación al saltimbanqui, que le pude proveer una experiencia de vida a la que nunca tuve acceso. Recuerdo que en mi pueblo, ya de grande, te tiraban al medio del charco más hondo del río, y allí, o aprendías a nadar o te ahogabas.
Pero por otro lado pienso también en los miles de hombres y mujeres que se van a quedar desempleados por los malos manejos de las finanzas públicas del gobierno de la pasada administración y la mala planificación del presente, que no tendrán el dinero suficiente para pagarle a sus hijos algún tipo de experiencia que los ayude a mejorar la calidad de vida de ellos. Que van a tener que nadar de otra forma para no ahogarse en el mar de deudas que se les viene encima.

06/01/2009

Langosta
Por Pedro Rodiz

Instrucciones para cocinar una langosta. A la langosta, cuando está viva, y se le quiere cocinar, no se le puede echar en una olla hirviendo porque brinca y va tratar de salvarse. Lo que se tiene que hacer es ponerla en una olla con agua fría. Así la langosta se queda tranquilita. La prendes el fuego, y como el agua tarda en calentar, la langosta se va acostumbrando al calor. Cuando el agua empieza a aumentar de temperatura, se queda quieta pues se va adaptando a su nueva situación. Cuando el agua está hirviendo ya es muy tarde para que la langosta trate de escapar: ya está muerta.
Así me parece que es lo que está haciendo este Gobierno guapetón a los hacedores artísticos culturales. Ese mismo que nos dijo que “un peso en las manos de los ciudadanos rendía más que en las manos del gobierno” ahora se canta pela’o y quiere sacarnos la coraza o caparazón, comernos con mojito criollo y encima pasarnos la factura del desmadre dejado por la pasada administración. En aras de “salvar” las finanzas del País, pretende hacer recortes indiscriminados al ya maltrecho presupuesto que se les otorga a las entidades que le proveen servicios y financiamiento a los trabajadores de la cultura.
Por eso se hizo un frente. Un frente unido por la cultura. Lo convocó La Cooperativa de las Artes Representativas, COOPAR, hace ya algunos domingos y ya ha tomado vida propia. El 5 de junio se marchará, con todos los que se quieran sumar, para que haya una gran concentración de artistas y trabajadores desplazados, partiendo desde el puente Los hermanos hasta el Capitolio. Ese día se conocerá como la Asamblea Nacional del Pueblo. Luego, habrá otras actividades de concienciación, para presionar al Senado antes de que se apruebe el presupuesto para el año que viene. Pero para no adelantar estrategias que alerten al “Gobierno araña que todo lo daña” comentaré de eso en otro artículo.
El asunto es que, a mi juicio, se tiene demasiada fe en estas marchas y/o concentraciones. ¿Qué pasaría si con esto no se logra frenar estos recortes? No me malinterpreten. Estoy a favor de las marchas y concentraciones. Lo cortés no quita lo valiente. Pero es evidente que vienen tiempos de incertidumbre, vienen tiempos de mucho caos.
Sin querer sonar como discursito barato de Pablo Coelho, sólo los individuos, organizaciones y entidades que logren adaptarse a esta nueva situación, son los que serán exitosos. No quisiera minimizar el problema. Se nota que hay una agenda gubernamental, firme y rabiosa, de querer doblegar y acallar a los que tradicionalmente han sido la última línea de resistencia ante la asimilación, que son los artistas, de todas las disciplinas; artistas en el amplio sentido de la palabra.
Después de meditarlo un poco, pienso firmemente que una gran alternativa para la sequia de trabajos que se avecinan, es COOPAR. Es una organización que ya cumple con todos los requisitos de ley que exige el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, lleva tres años en funcionamiento, que aunque un poco cautelosa para mi gusto, se ha mantenido sólidamente y en crecimiento. Así que se me antoja ofrecer como alternativa a la cooperativa. Yo no conozco de ningún modelo cooperativo que haya fracasado. Todas las cooperativas son exitosas. Y los socios son los que deciden hacia qué dirección debe tomar la misma. Así que ante el caos, hay una alternativa de orden y esperanza: COOPAR. Además, a mayor número de socios se podrían hacer más actividades que beneficiaran económicamente a sus socios. Sin mencionar que se puede convertir en una organización de fuerza y presión para enmendar este desastre y para dar alternativas futuras en beneficio a los que nos dedicamos al quehacer artístico, en todas sus manifestaciones.
Lo ideal sería que todo se resuelva por el bien de todas las partes: del Gobierno y de los trabajadores de la cultura. Pero parece que a alguien en Fortaleza, a uno o a varios de esos soplapotes que asesoran al gobernador por varios miles de dólares al año, no están haciendo su asignación. Que verifiquen cuántos empleos directos e indirectos crean las Corporaciones sin fines de lucro dedicadas a las actividades artísticas solamente. Además de llenar y de suplir esos servicios que el Gobierno no puede prestar. Porque si se sumaran todas las organizaciones del tercer sector, el Gobierno se percataría que el estribillo que vociferaba el actual gobernador Fortuño en la campaña, era cierto: que un peso en las manos de los ciudadanos rinde más que en las del Gobierno. Y las maravillas que se hacen con la porquería de aportación económica que proviene del presupuesto general.
Así que por el momento, a Dios rogando y con el mazo dando. Es tiempo de percatarnos que hay que salirnos de esa olla. Que nos están cocinando, como si fuéramos langostas, a fuego lento y sin especies. Son tiempos de destapar la olla.

Los laberintos de Tere Marichal
Por Pedro Rodiz

Para mi gusto, Tere Marichal es nuestra mejor dramaturga. Y por mucho. Escucharla hablar es tener la sensación de que se está ante muchas mujeres, todas coexistiendo en un solo cuerpo.
Como parte del final del curso de Teatro Puertorriqueño Contemporáneo, nos visitó Tere Marichal y una editora de Italia que recorrió América buscando a Penélope. A manera de presentación, a la profesora se le ocurrió que cada uno de los del curso leyera un fragmento de alguna de las obras de Tere. Al principio, ella no entendía muy bien lo que estaba pasando, pero luego cayó en tiempo. Al concluir la ingeniosa presentación, que más bien parecía un homenaje, ella dijo que para ella es importante escuchar lo que escribe, pero que no tiene quién le lea en voz alta. Así que hizo una advertencia antes de hablar de sus obras: “Esta obra no ha sido leída en voz alta, por eso no está terminada”. Agradeció a todas esas mujeres sabias que habían existido antes que ella y que eran las que le habían transmitido su sabiduría ancestral.
Allí habló de cosas bien interesantes. Mencionó la vez que le censuraron la obra Mermelada para todos, que aún era estudiante del Departamento de Drama. Que eso le había dolido mucho ya que la obra no tenía nada que pudiera ameritar ese rechazo, y que lo peor de todo fue, que nadie la apoyó, nadie se levantó a protestar. Que se tuvo que chupar la censura solita.
Un dato curioso es que se acuerda de las fechas de cuando escribió las obras por los nacimientos de sus hijos. Que tuvo un periodo en el que dejó de escribir y se dedicó a cocinar. Que leyó muchos libros de cocina. Y que quemó muchos bizcochitos ya que cuando le venía una idea, comenzaba a escribir y no podía parar.
También dijo que el poder es algo que uno no se puede quedar sentado esperando que llegue, que hay que buscarlo, reclamarlo. Que así fue que se hizo guionista. Que fue al Canal 6, y pidió, pidió y pidió hasta que le dieron el trabajo.
Explicó que le interesaban muchos los mitos griegos y que nunca vio a Penélope, la de Ulises, como una mujer sumisa. Al contrario, ella tuvo que atender a los que querían convertirse en el rey de Ítaca y por tanto, hacerla su esposa, que conspiró, formuló estrategias como la de tejer un manto durante el día y decirle a todos que cuando lo terminara elegiría a su esposo. Y por la noche destejía para retrasar el proceso. Así que ni idiota ni sumisa era. Que el tejer era como escribir. Que este país estaba construido por mujeres que trabajaron en industria de la aguja.
En otra de sus intervenciones dijo que un día, amamantando a uno de sus hijos, se puso a escribir y no pudo parar hasta que terminó la obra. La obra es Paseo al atardecer y contradictoriamente trata sobre esta mujer que mata a su bebé. Nada que ver con el acto de amor que conlleva lactar a una criatura.
También mencionó la obra Ícaro, que tuve el privilegio de montar hace unos años. Y mencionó la relación entre el laberinto e Ícaro, que es una relación de madre e hijo, y que el laberinto es una especie de matriz caribeña que alimenta al joven y al Minotauro. Ícaro conoce todas las respiraciones del laberinto.
Así es Tere. Es una mujer interesantísima y llena de una energía creativa e inspiradora. Habla con una profundidad que siempre me desarma. Oírla hablar es casi como si oyera a alguna especie de sacerdotisa antigua, casi como si estuviera revelando los designios de los dioses en el Oráculo de Delfos. Como fuera una especie de Prometeo, que le robó el fuego de las ideas a los dioses.


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