06/01/2009

Langosta
Por Pedro Rodiz

Instrucciones para cocinar una langosta. A la langosta, cuando está viva, y se le quiere cocinar, no se le puede echar en una olla hirviendo porque brinca y va tratar de salvarse. Lo que se tiene que hacer es ponerla en una olla con agua fría. Así la langosta se queda tranquilita. La prendes el fuego, y como el agua tarda en calentar, la langosta se va acostumbrando al calor. Cuando el agua empieza a aumentar de temperatura, se queda quieta pues se va adaptando a su nueva situación. Cuando el agua está hirviendo ya es muy tarde para que la langosta trate de escapar: ya está muerta.
Así me parece que es lo que está haciendo este Gobierno guapetón a los hacedores artísticos culturales. Ese mismo que nos dijo que “un peso en las manos de los ciudadanos rendía más que en las manos del gobierno” ahora se canta pela’o y quiere sacarnos la coraza o caparazón, comernos con mojito criollo y encima pasarnos la factura del desmadre dejado por la pasada administración. En aras de “salvar” las finanzas del País, pretende hacer recortes indiscriminados al ya maltrecho presupuesto que se les otorga a las entidades que le proveen servicios y financiamiento a los trabajadores de la cultura.
Por eso se hizo un frente. Un frente unido por la cultura. Lo convocó La Cooperativa de las Artes Representativas, COOPAR, hace ya algunos domingos y ya ha tomado vida propia. El 5 de junio se marchará, con todos los que se quieran sumar, para que haya una gran concentración de artistas y trabajadores desplazados, partiendo desde el puente Los hermanos hasta el Capitolio. Ese día se conocerá como la Asamblea Nacional del Pueblo. Luego, habrá otras actividades de concienciación, para presionar al Senado antes de que se apruebe el presupuesto para el año que viene. Pero para no adelantar estrategias que alerten al “Gobierno araña que todo lo daña” comentaré de eso en otro artículo.
El asunto es que, a mi juicio, se tiene demasiada fe en estas marchas y/o concentraciones. ¿Qué pasaría si con esto no se logra frenar estos recortes? No me malinterpreten. Estoy a favor de las marchas y concentraciones. Lo cortés no quita lo valiente. Pero es evidente que vienen tiempos de incertidumbre, vienen tiempos de mucho caos.
Sin querer sonar como discursito barato de Pablo Coelho, sólo los individuos, organizaciones y entidades que logren adaptarse a esta nueva situación, son los que serán exitosos. No quisiera minimizar el problema. Se nota que hay una agenda gubernamental, firme y rabiosa, de querer doblegar y acallar a los que tradicionalmente han sido la última línea de resistencia ante la asimilación, que son los artistas, de todas las disciplinas; artistas en el amplio sentido de la palabra.
Después de meditarlo un poco, pienso firmemente que una gran alternativa para la sequia de trabajos que se avecinan, es COOPAR. Es una organización que ya cumple con todos los requisitos de ley que exige el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, lleva tres años en funcionamiento, que aunque un poco cautelosa para mi gusto, se ha mantenido sólidamente y en crecimiento. Así que se me antoja ofrecer como alternativa a la cooperativa. Yo no conozco de ningún modelo cooperativo que haya fracasado. Todas las cooperativas son exitosas. Y los socios son los que deciden hacia qué dirección debe tomar la misma. Así que ante el caos, hay una alternativa de orden y esperanza: COOPAR. Además, a mayor número de socios se podrían hacer más actividades que beneficiaran económicamente a sus socios. Sin mencionar que se puede convertir en una organización de fuerza y presión para enmendar este desastre y para dar alternativas futuras en beneficio a los que nos dedicamos al quehacer artístico, en todas sus manifestaciones.
Lo ideal sería que todo se resuelva por el bien de todas las partes: del Gobierno y de los trabajadores de la cultura. Pero parece que a alguien en Fortaleza, a uno o a varios de esos soplapotes que asesoran al gobernador por varios miles de dólares al año, no están haciendo su asignación. Que verifiquen cuántos empleos directos e indirectos crean las Corporaciones sin fines de lucro dedicadas a las actividades artísticas solamente. Además de llenar y de suplir esos servicios que el Gobierno no puede prestar. Porque si se sumaran todas las organizaciones del tercer sector, el Gobierno se percataría que el estribillo que vociferaba el actual gobernador Fortuño en la campaña, era cierto: que un peso en las manos de los ciudadanos rinde más que en las del Gobierno. Y las maravillas que se hacen con la porquería de aportación económica que proviene del presupuesto general.
Así que por el momento, a Dios rogando y con el mazo dando. Es tiempo de percatarnos que hay que salirnos de esa olla. Que nos están cocinando, como si fuéramos langostas, a fuego lento y sin especies. Son tiempos de destapar la olla.


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