06/27/2011


Entrevista a Ángel Manuel García
Por Pedro Rodiz


¿Cuál es tú preparación académica y cuántos años llevas de carrera?

Soy graduado (Magna cum Laude) de la Universidad de Puerto Rico en Publicidad, con un Minor en Teatro. He tomado infinidad de talleres y estuve un mes en Madrid tomando un curso de interpretación para la cámara. En baile estudié en Performing Arts con Waldo González y he tenido preparación con Zaida Varas, Tato Molina, Raúl de la Paz. Llevo 12 años de labor en el ambiente artístico, mayormente teatral y 11 años en la Compañía Folclórica Gíbaro de Puerto Rico.

¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

La Masacre de Ponce en el Teatro la Perla como en el 1987.

¿Cuándo fue que realizaste que ibas a estudiar teatro?

Realmente me gustó desde siempre. Me apasiona la actuación, pero de chiquito pensaba que esto no se estudiaba. Luego, después de tomar un curso de Apreciación al Teatro, fui a acompañar a un compañero a una audición y terminé ganándome el papel. Ahí empecé a hacer teatro en la Iupi.

¿En qué trabajas actualmente? ¿Vives del teatro?

Vivo de todo lo que me apasiona. Soy publicista y actor. Vivo de hacer publicidad a diferentes marcas y a obras de teatro. Además, soy Gerente de Mercadeo y Publicidad en Papa John’s Pizza en Puerto Rico hace 9 años. También doy talleres de actuación.

Si no estuvieses involucrado en alguna actividad teatral, ¿qué serías o qué harías?

Quería ser pediatra, pero el proceso, la burocracia y la personalidad que hay que adoptar para una carrera como esa, me desilusionó. Soy muy sensible para ser médico. Sería, soy y seré teatrero.

¿Tienes alguna anécdota relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?

Esa anécdota de la audición, cuando fui a acompañar a un compañero de clases para audicionarle a Vicky Espinosa para su grupo de Teatro Rodante. Yo entré a la audición con él y cuando ella me ve leyendo el libreto (siempre autoritaria, jajaja) me preguntó si iba a audicionar. Yo le dije que sí con un suave y temeroso movimiento con la cabeza. Me gané el papel y aquí estoy.

¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?

En un momento dado me retiré un poco porque quería hacer otras cosas y cambiar las mentalidades. Sólo me retiré para no hundirme en la misma historia de muchos compañeros que veo todos los días haciendo teatro sin pasión y actuando como autómatas. Retomé fuerzas y regresé.

¿Cómo te visualizas de aquí a 10 años?

Haciendo mil cosas como hasta ahora. Recogiendo frutos con mi compañía de teatro y publicidad. Y con mi bebé El teatro está de MODA internacionalizado.

¿Qué es El teatro está de Moda?

Comenzó siendo una campaña publicitaria para tratar de unir a nuestros compañeros teatreros y cambiar mentalidades derrotistas. Me había cansado de escuchar la misma historia de lo mal que estamos, de los pobres que somos y que tenemos que mendigar para que nos vayan a ver a las salas del País. Comencé preguntando por qué el teatro está de moda a los actores y demás teatreros. Me miraban y se sorprendían, pero siempre estuvieron positivos a contestar. Yo les decía que estaba de MODA porque aquí se hace mucho teatro, un teatro de calidad. Los que hemos tenido la oportunidad de viajar y ver teatro en muchos países reconocemos que el talento boricua esta brutal. Entonces de ahí creció el apoyo del público y de los compañeros por la red cibernética (Facebook, Twitter y Youtube) y en menos de 2 años nos hemos convertido en el único programa puertorriqueño a través de Internet que se dedica a cubrir eventos teatrales y que va dirigido a todos, no sólo a los que habitualmente van a ver teatro. Nos queda mucho por hacer, mucho por cubrir y los planes son grandes.

¿Entiendes que las obras en Puerto Rico están bien promocionadas?

Muchos productores han aprendido que para que tengas una sala llena te tienes que anunciar y ahora hacen un trabajo profesional de pre producción con un especialista en el área de mercadeo y publicidad. Sin embargo, falta mucho porque otros no reconocen la labor del publicista y siguen haciéndolo todo ellos y fallando en las estrategias publicitarias lo que resulta en una sala vacía. El elemento publicitario es determinante para llamar la atención de las personas que piensan que el teatro está fuera de su alcance económico y que sepan que es una alternativa como lo es el cine.

Por tu experiencia, ¿cual es el tipo de obra o que elementos le llama la atención al público teatral puertorriqueño?

A los boricuas les gusta reír, es nuestra naturaleza. Pero te digo que tenemos un público que educar sin subestimarlos ni tratarlos como que la masa sólo le gusta lo chabacano y las cosas sin sentido. Con el teatro podemos tocar el corazón de muchos que no imaginan que el teatro es una experiencia de vida. Los elementos de producción son los que determinan que las personas vayan a ver la pieza. Hay que darles un curso de ventas y mercadeo a muchos productores para que le saquen partido a los elementos más llamativos de sus piezas, que no siempre es el sexo.

¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?

Que está de moda, que somos unos fajones y que tenemos que unirnos todos para echar pa’lante.

Ante el panorama del teatro puertorriqueño, a tu juicio, ¿qué se necesita para que la situación mejore o prospere?

UNIÓN, y mucha fuerza de voluntad para exigirle planes reales al Gobierno y que no se dejen callar la boca por una promesa de campaña o por darles $5,000 para un montaje que cuesta $50,000. Hay que tener palabra y entender que esto es un trabajo del que sí se puede vivir y muy bien.

¿Qué otras habilidades tienes?

Soy bailarín. Y doy talleres de actuación a jóvenes y adultos.

Cuando te preparas para una obra, ¿cómo lo haces? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu proceso creativo?

Primero leo el libreto sin darle importancia a cuál es mi personaje. Luego, veo el proceso del director para ajustarme a él y así voy creando el perfil del personaje, con sus movimientos, pensamientos, biografía y al final entonces me aprendo el texto de memoria. En cada caso puede cambiar, pero utilizo la memoria al final porque me gusta trabajar las intensiones hasta encontrar la honestidad del personaje.


A Gerald Paul Marín
Por Pedro Rodiz

Recibí está nota en mi correo electrónico a finales de febrero.
“Leí un comentario suyo en la página del Teatro Puertorriqueño, donde indica que siempre le ha gustado el trabajo del gran Dramaturgo Gerard Paul Marín....gran amigo, como un padre...gran ser humano. Gerard falleció hace unos días... nos hará mucha falta. Soy una amiga de la familia...agradecida por todo lo que aprendí de él y su esposa. Nos queda poca gente de ese calibre en esta isla”.
Me quedé frío. Desconcertado, traté procesar la noticia. Por un momento lo que me vino a la mente fue el que cómo era posible que yo no lo supiera. Probablemente la noticia había salido, y yo por despistado, no la hubiera leído. Me comuniqué con Freddy Acevedo para ver si él sabía algo. Efectivamente, que esa mañana había salido una nota discreta de que había fallecido pero que la familia lo había mantenido en silencio.
A Gerald le tocó vivir la época de oro de los grandes dramaturgos puertorriqueños. Siempre he tenido la sensación que por eso mismo, su trabajo quedó un poco opacado por el brillo del trabajo de los otros.
Un día, hace muchos años ya, cuando tomé el curso de Comedia del Arte que impartía Gilda Navarra. Mientras escribía en unas tarjetas parte de la historia de los mimo-dramas, realicé un acto, que a mi juicio, fue fundamental para el entendimiento de la profesión. Y es que en ese instante realicé que somos los herederos directos de esa gran tradición teatral que esa línea histórica invisible llegaba hasta donde yo estaba y que uno debía continuar esa gesta y ampliar el legado para las generaciones futuras. Con Gerald me pasó algo similar. Cuando leí sus obras, sentí que de todos los grandiosos dramaturgos que ha dado esta tierra, era con él con quién sentía mayor afinidad. Que su trabajo, que su línea de pensamiento y estética era la que debía seguir de inspiración.
Días después de su fallecimiento, comencé a impartir, por primera vez, un taller de dramaturgia. Y antes que todo lo que hice fue reconocer la importancia de Gerald Paul Marín y dedicarle esa experiencia que estaba por iniciar. Esa fue mi manera de honrarlo.
En momentos como éste, en el que perdemos unos de los grandes, es que la división de publicación del Instituto de Cultura Puertorriqueña debería recopilar todas sus obras, las estrenadas y las que se quedaron engavetadas –todos tenemos obras sin estrenar ya sea porque no hubo presupuesto, o porque no era el momento o porque simplemente perdieron vigencia- y publicarlas. Así se hace patria porque se perpetúa el legado de este gran dramaturgo y se evita que quede en el terrible olvido.


06/24/2011

Entrevista a Lucienne Hernández
Por Pedro Rodiz


¿Cuál es tú preparación académica y cuántos años llevas de carrera?

Tengo un Bachillerato en Estudios Multidisciplinarios con concentración en Drama y Traducción.

¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

Las obras de Carlos Ferrari en Nuestro Teatro, mi papá nos llevaba a verlas a $3 los jueves. Siempre esperábamos a que estrenara una nueva. Los Titingós de Juan Bobo, creo que fue la primera que vi como a los 8 años.

¿Cuándo fue que realizaste que ibas a estudiar teatro?

En cuarto año intenté entrar a la IUPI por COPU y no me cogieron. Mi segundo “choice” fue Drama. Me sorprendió que hubiera preparación académica en Teatro y me lancé.

¿En qué trabajas actualmente? ¿Vives del teatro?

Vivo de “esto”, no del teatro nada más. Soy parte de Teatro Breve, doy talleres de teatro en un residencial público, doy talleres donde aparezca, hago locuciones, “stand up comedy”, presentaciones para corporaciones, comerciales, cortometrajes gratis o casi gratis, televisión (hace mucho que no cae nada) teatro. Fuera de Teatro Breve muy poco (quisiera hacer más). Largometrajes casi nunca… pero “looking forward”.

En muchas ocasiones preparas tus propios escritos para Teatro Breve ¿Cómo se da ese proceso creativo?

En Teatro Breve, todos escribimos, aunque no nos sentemos en frente de una compu. Nos reunimos todas las semanas, hacemos torbellino de ideas (eso también es escribir). A veces me ha tocado a mí darle forma, devolverlo al grupo, aceptar que me boicoteen o me rían los chistes, ver qué funciona, qué no… y así. Eso son los “sketches”. El material que no incluye a más nadie, como Guanina, lo escribo todo yo.

Sí no estuvieses involucrada en alguna actividad teatral, ¿qué serías o qué harías?

Honestamente no sé. Me lo cuestiono muchas veces, especialmente cuando estoy pagando cuentas por Internet. Si encuentro algo que me deje chavos, sin sacrificar mi felicidad, me tiro de pecho… pero eso no ha pasado.

¿Tienes alguna anécdota relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?

No me viene nada a la mente.

¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?

Cuando estaba estudiando Drama, mis amistades del momento estaban “guisando” mucho, me dio complejo de que no era buena, que nadie me llamaba a hacer nada, que no había forma de vivir de esto. Me cambié a estudiar traducción. Me gradué y estuve 2 años trabajando en un banco. Ahí decidí renunciar y dedicarme a esto, pero con la mentalidad de no esperar a que me llamaran, sino crear mi taller juntándome con gente con la que quería colaborar.

¿Cómo te visualizas de aquí a 10 años?

Wow. Nunca hago planes a tan largo plazo. Espero que haciendo lo mismo que hago ahora, pero mejor, porque voy a tener más experiencia. Voy a poder a hacer más personajes, por la edad, los personajes de más edad son más interesantes. Y si vivo en Puerto Rico (que puede que no), esto será un mejor país para vivir, porque no se puede poner peor de lo que está.

¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?

No hay mucho. Hay muchos puertorriqueños produciendo y actuando y dirigiendo. Pero teatro puertorriqueño, no hay mucho. Me gustaría que contáramos más historias nuestras. La mayor parte del teatro “main stream” son obras extrajeras, o las mismas puertorriqueñas de siempre... que está chévere, hay espacio para todo, pero me gustaría que hubiera más teatro puertorriqueño contemporáneo.

¿Qué otras habilidades tienes?

Fui parte del equipo nacional de nado sincronizado… no es chiste, nadé desde los 10 hasta los 20 años.

¿Qué proyecto atesoras y por qué?

Teatro Breve. Es un espacio para experimentar con lo que quiera. Tengo un
grupo de compañeros bien talentosos y creativos, a quienes, como puedes ver,
admiro. Uno les propone cualquier anormalidad y ellos siempre la mejoran. Nos
disfrutamos el trabajo, nos gusta escribir sobre lo que vivimos con humor e ironía. Además tenemos el mejor público que se pueda tener.

También has hecho televisión, ¿qué te parece la experiencia?

En Puerto Rico la tele es muy conservadora para mi gusto. Me gusta, porque me
gusta actuar, y en ese sentido pues… me gusta hacerlo, como taller. Pero estamos un poquito atrás. Siempre es todo bien “safe” sin mucho riesgo, y el riesgo es importante para mí. Hay que atreverse a hacer las cosas mal y a no gustarle a todo el mundo. (Conservadora para emitir opiniones, no para enseñar tetas.)

Cuando te preparas para una obra, ¿cómo lo haces? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu
proceso creativo?

Lo más que hago es leer la obra las más veces que pueda. Siempre uno encuentra algo nuevo. Trato de salir de la memoria bastante rápido, eso es lo más fácil. Y luego a meterme las manos con el personaje, tratar de conocer lo más que pueda, inventarme esa realidad de esa persona, jugar en los ensayos. Nutrirme de lo que me den los compañeros de escena. Lo mejor del mundo es tener un director en quien uno confíe, de esos entrega’os que les gusta trabajar la actuación, y escucharlos. Me lo sufro, pero me lo gozo. Me pone bien nerviosa, es como un “ay fó… qué rico”

06/23/2011

Hacienda pa’ clavarte

Por Pedro Rodiz


Otro duro golpe a nuestra profesión. Como si ya no fueran suficientes.

Es sabido por todos que tradicionalmente a las compañías de teatro en Puerto Rico se les ha adjudicado la Exención Contributiva porque las mismas son compañías sin fines de lucro. El interés no es lucrarse si no poder hacer teatro de calidad y, a su vez, ganarse el sustento. Culturalmente, los hacedores de teatro se han encaminado hacia la autogestión. El teatro en Puerto Rico, salvo en contadas excepciones, no deja dinero para sus miembros, es más, lo que deja son pérdidas.

Para poder operar o producir teatro en Puerto Rico, se necesita obtener una Exclusión de la Licencia de Promotores que otorga la Oficina de Espectáculos Públicos adscrita al Departamento de Hacienda. Pero para obtenerla, hay que tener una Exención Contributiva que otorga otra oficina de Hacienda. –Ninguna de las dos está conectada, funcionan de manera independiente, que ni el teléfono o el Internet las conecta, y están distantes una de otra.- Sin esta Exención Contributiva, tendríamos que obtener para producir teatro, una Licencia de Promotores. Pero la misma se le confiere a compañías que son CON FINES DE LUCRO. Además, los requisitos para solicitarla son muy costosos y onerosos ya que se presume que son para actividades masivas y el teatro, como bien todos saben menos ellos, dejó de ser hace mucho tiempo una actividad masiva. Y la trampa radica, no en sacar la licencia, la trampa está en que hay que ser miembros de los Promotores de Espectáculos Públicos, unos pocos que tienen el toro agarrado por los cuernos, y para eso hay que pagar sus cuotas y además estar bajo la tutela de alguno de ellos. O en sustitución de eso, tener un grado asociado que tenga que ver con espectáculos públicos. Y los cánones de arrendamientos de los teatros son más caros.

Por tanto, sin la Exención Contributiva las compañías de teatro se verían en la obligación a cerrar operaciones. Porque no se podría operar en Puerto Rico. Y sin la Exclusión a la Licencia de Promotores no se pueden solicitar fondos legislativos, ni al Instituto de Cultura Puertorriqueña, no se pueden solicitar fechas en los teatros, que en su mayoría son del Estado, ni estar en el Registro de Comerciantes que permite venderles funciones a las escuelas, en resumen: no se puede hacer teatro. Por tanto no podrán surgir nuevas compañías teatrales

¿Pero no es acaso, que parte de la filosofía del Departamento de Hacienda, que se puedan generar empleos, que exista la autogestión y que se dependa menos del Gobierno? Entonces, ¿por qué tanta traba? Si como quiera lo recogido en la boletería de la obras paga el IVU, por tanto, se aporta al presupuesto general del País.

Sin donativos de las diferentes agencias gubernamentales, muchas de las compañías existentes no podrían operar. Sería muy oneroso. Y es importante aclarar que el dinero que queda de la “ganancia”, si alguno, se guarda para utilizarse en la próxima producción teatral, es decir, para comprar materiales de construcción, pago de depósito para reservación del teatro, pago a los diferentes artistas en lo que llega el dinero que no es otorgado en alguna propuesta. También se utiliza para el pago del almacén donde se guarda la escenografía, vestuario y utilería, para gastos de contabilidad, para gastos de oficina tales como papeles, tinta de impresora, etc., pago de notaría, como por ejemplo, para la radicación de planilla de contribución sobre ingresos. Pago de seguros, entre otras misceláneas.

Una pregunta que me hicieron los de Hacienda fue: “si la licencia de promotores fuese también libre de costo, ¿continuaría la organización operando como entidad sin fines de lucro o ya no habría inconveniente en operar como una compañía con fines de lucro?” Le respondí que las diferentes compañías de teatro, al estar en ese “limbo legal” como yo le llamo, a pesar de ser sin fines de lucro, a la hora de radicar la Planilla de Contribución sobre Ingresos, y en lo que se dilucida el caso, continúan radicando como si fueran con fines ya que la ley no contempla otra opción. Ahora, el tranque aquí, no es la Exención Contributiva, el tranque es la Exclusión de la Licencia de Promotores. Si hubiese alguna forma de obtener la Exclusión de la Licencia de Promotores, yo no tendría ningún reparo en que las compañías siguiera radicando la Planilla de Contribución sobre Ingresos como se ha hecho hasta el momento porque no hay nada que ocultar, al contrario, lo que se quiere es aportar a la calidad de vida del puertorriqueño. Si se producen empleos y si se obtiene algún dividendo, no veo razón por la cual no radicar por eso. Pero mientras todo siga igual, es absolutamente necesaria la Exención Contributiva.

Si una compañía de teatro se cambia a una con fines de lucro no se podría solicitar los escasos fondos a las diferentes agencias gubernamentales a que tenemos derecho legal y moralmente. En la mayoría de los casos, no se cuenta con el dinero para producir por nuestra propia cuenta.

Todas las compañías de teatro de Puerto Rico, que yo sepa, son sin fines de lucro. Y todas las que están operando actualmente, tienen Exención Contributiva. Ya que las compañías son unas micro empresa dedicada hacer actividades artístico-culturales-teatrales. Usualmente son operadas por dos o tres personas, como mucho. Los demás artistas son contratados según las necesidades de cada proyecto a realizarse. Usualmente, como ya mencioné, se crean las compañías para la llamada auto gestión, para no quedarnos en nuestras casas esperando que alguien nos llame para trabajar. Además, para operar con fines de lucro se necesita tener un gran capital inicial. Y eso no es el caso de los que hacemos teatro.

Esta es la nueva hazaña de este gobierno: la de negarles la Exención Contributiva a las compañías de teatro porque según ellos no las acoge la ley de lo que supuestamente son sin fines de lucro. Tal parece que alguien “brillante” allá adentro entendió que las compañías de teatro no les aplicaba. Que sólo le aplicaba a las que tienen una función educativa y a las iglesias.

¿Habrá que convertirnos en iglesias para operar en el futuro?

Si las nuevas compañías no les aplica la Exención Contributiva, ¿quiere decir que las que ya se otorgaron se expidieron de manera “ilegal” o “fraudulenta” y tendrían que revocárselas a todos? Digo, porque lo que es igual no ventaja. Entonces la pregunta es, ¿Por qué antes eran sí las cobijaban la ley y ahora no? ¿Qué fue lo que cambió?


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