05/25/2008

Como producir teatro y hacerse rico en el intento.
Segunda Parte

Por Pedro Rodiz

Fui de los miles que recibió la cartita de Hacienda. La misma indicaba que no había rendido las planillas del IVU correspondientes al 2007. “Pero si no he tenido ingresos, por qué tengo que rendir esas planillas”. Un viernes decidí ir a una de las sucursales de Hacienda, la que queda en la marginal de la Kennedy, que es en la que se resuelven este tipo de problemas. Odio guiar para esta área. Yo no sé si han tenido que transitar por esa carretera, pero es un desastre, parece que se está en otra parte del planeta. A la una y treinta de la tarde, llovía copiosamente, me personé al lugar. “Tienes que venir por la mañana porque a esta hora ya no se reparten números”, me dijo la guardia de la entrada, que es la que orienta.
Me dirigí al ICP a entregar los últimos documentos que me faltaban para que se agilizara el proceso de llenar contrato de la obra infantil El libro mágico –al día de hoy no me han llamado para firmarlo ni tampoco he recibido el visto bueno de la Comisión Estatal de Elecciones para hacer la publicidad- . Cuando traté de salir de San Juan, otro disparate: estaba bloqueada la salida por una actividad a las 3:00 de la tarde.
Al otro día, volví a la misma marginal de la Kennedy. No había estacionamiento. Esperé pacientemente a que se desalojara uno. “Mira ver si cabes”, me dijo el que se iba. Le indiqué a la guardia a lo que venía. “Haga esa fila para que le den un turno”. Hago la fila, le explico a la empleada gubernamental que yo no tenía ingresos. Me entregó un número. Frente a mí, una persona alegó lo mismo, y también la que venía detrás. Y así sucesivamente con todos los que llegaron. Todos venían a lo mismo. Dan los doce, “esto se jodió, ahora es que se van a almorzar”, pensé. Tuve suerte, pasé adentro. “Tú lo que tienes que hacer es traer copia de la planilla sobre ingresos para hacerte una enmienda para que te sustituyan el certificado de comerciante verde por uno rojo. Pero tienes que llenar estas dieciséis planillas en cero. Te lleno una y tú repites la operación y las entregas al frente”. Le indico que también vengo por la compañía. Me entregó otras dieciséis planillas. “La planilla de la compañía sí está sellada, pero la personal no, porque esa la envié por correo”. Levantó las dos cejas como queriéndome decir que soy un morón por hacer eso. “Tienes que ir a Hacienda, pedir una copia certificada y entonces se te hace la enmienda”. Arranqué para Hacienda, la que queda frente al Ateneo Puertorriqueño. Doy varias vueltas y no consigo estacionamiento. “Es tarde, mejor voy vengo mañana. Así aprovecho y lleno las planillas”, me consolé.
Recibo llamada. “Para venderle funciones al Departamento de Educación necesitas estar en el Registro de Licitadores”. Verifico la lista de documentos que debo buscar. “No lo puedo creer”, me desconsolé.
Al otro día, volví a Hacienda, di varias vueltas, no había estacionamiento. Casi en la salida hay un espacio en línea amarilla. “O hago la gestión ahora o no la hago”. “Necesito una certificación negativa de deuda de la compañía”. “Sí, son $5” “Aquí tiene.” “También quiero una copia de mi planilla personal.” “Son $5, pero la gestión no se hace acá, tienes que hacer la fila” “¿Toda esa fila?” “Uhum. Próximo.” Decidí irme al CRIM, que queda en algún lugar deprimente de alguna esquina de Santurce. Pasé frente al Centro de Convenciones de Puerto Rico. Están construyendo una mole al frente, creo que es un hotel. Me molesté. El Centro de Convenciones es una edificación preciosa, que se ve imponente cuando se va hacia San Juan. Es de una arquitectura moderna, con líneas curvas, en un estilo aerodinámico. Como se debe construir en esta isla, que sugiera las curvas del oleaje. La única línea recta que tiene el mar es el horizonte. Y aquella construcción del hotel tenía la forma de un estacionamiento multipisos, una plasta de cemento, bloques, vigas y varillas. Cuando por fin se construye algo que es del orgullo de todos, le ponen una montaña de cemento al frente para que tape la vista. Lo único que justificaría ese adefesio sería que al finalizarse fuese más imponente aún que el Centro de Convenciones, cosa que dudo.
Llegué al CRIM. En toda el área metropolitana hacía sol menos en ese pedazo de Santurce. “Sí, mire, quiero sacar una certificación negativa. Es para una Corporación sin fines de lucro. Yo no tengo propiedades”. “Llénese es papel y lo entrega allá y espere que lo llamen. Cuando le entreguen el documento es que compra los sellos.” Me vuelven a dar las doce. “Esto no se hace aquí, esto no está en el sistema. Tiene que ir a Mueble e Inmuebles pero tiene que esperar a que sea la una”. Mejor vuelvo mañana. Regreso a la marginal, la mismo mierda que tanto odio de la Kennedy. Entrego las 32 planillas en cero del IVU. Me ponchan las treinta y dos copias.
Al otro día, regresé al CRIM. Volvió a llover en el mismo pedazo de Santurce, eso es como un “bunker”. Cuando me atendieron, una de las empleadas del cubículo continuo al mío se quejó en el momento que la oficial que me atendía salió a buscar unas copias. “Yo no he ni desayunado ni almorzado. Pero esto aquí es un relajo. Aquí dejan a la gente esperando y yo no puedo. Yo vengo de la empresa privada, me gusta atender a la gente. Prefiero quedarme con hambre. Los otros días dejaron a una muchacha esperando como dos horas. El gerente tenía que resolverle y yo no sé que estaba haciendo. Me dio una pena tremenda porque no pude ayudarla.” Me entregaron los documentos. Fui a Corporación del Fondo del Seguro del Estado. “Vengo para una certificación negativa”. “Eso no es aquí, tiene que ir al segundo piso del que queda en el edifico de San Francisco”. Llegué a toda prisa, sudando porque el acondicionador de aire de mi carro, se dañó. Cuando estaba llenando el papel que me otorgaba el turno, una muchacha me dice: “¿Tú eres Pedro?” La miré asombrado. “Sí”. “¿No te acuerdas de mí?”. La observé con detenimiento. “Soy Norma, de la José Campeche” Pasaron fracciones de segundos. “¡Norma!, tanto tiempo.” “Hay reunión de la clase el ocho de junio”, “¿Dónde?”, “En el Llanito”, “¿Dónde queda eso? Hace mucho que no voy a San Lorenzo”, “En Quemados, después del motel”. Sentí un ligero silencio y unas miradas punzantes y maliciosas de parte de todos los presentes. Aclaro que nunca he ido a ese motel. Lo que pasa es que es el único que hay en San Lorenzo, por eso la referencia. No sean mal pensados. Válgame, yo no veía a esa chica desde que me gradué de Escuela Superior y eso fue hace 20 años. De hecho, no he vuelto a ver a nadie desde entonces.
Después de un rato, me entregaron el documento requerido. Aproveché para ir al Departamento del Trabajo pero decidí irme en el tren –a perder mi virginidad ferroviaria- Fui a comprar el boleto. No entendí las instrucciones. Una empleada de mantenimiento se me acercó. “Le ayudo”. “¡Por favor!” Qué interesante. La persona de menos rango laboral fue la que me auxilió. Al minuto llegó el tren. Me he montado en trenes en otras partes del mundo y el nuestro está al mismo nivel. Me emocioné. Es una pena que tenga tan pocas estaciones y tan mal colocadas. No es viable para dejar el auto. Espero que eso mejore porque vale la pena. Me bajé en la Estación Domenech. Crucé la calle. “Tiene que ir al piso 9 y al 12”, me indicó la guardia luego que le dije a lo que iba.
Para mi sorpresa, las dos oficinas estaban vacías. Increíblemente salí rápido del lugar. Hice otras gestiones. No voy a seguir contando las 14 estaciones del vía crusis para llegar al calvario del Registro de Licitadores. “¡Cómo si nosotros vendiéramos salchichas!” como dice Rafael Rojas.
Así que contestándole a un anónimo que me comentó en la primera parte del artículo Como producir teatro y hacerse rico en el intento: “Si tanta profesión tienes porque esperas que sea el gobierno quien te mantenga”.
Anónimo: ¿Quién mantiene a quién? El Gobierno sólo mantiene a los que no tienen trabajo, a la gente de bajos recursos –muchos con necesidades reales, madres solteras, ancianos- Pero que no te quepa la menor duda de que el Gobierno no mantiene a la gente que hace teatro. Bastante tenemos que jodernos en gestiones –burocráticas y de papeleo- que en nada tienen que ver con nuestra profesión. Cuando reclamamos lo que nos pertenece por derecho propio, de lo que por orden natural se les facilita a los artistas en los países civilizados y de primer orden, nos dan migajas. La aportación que hace cualquier gobierno hacia las artes en general no es mantengo, es una inversión. Nuestro trabajo ayuda a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Y mucho de eso necesitamos en estos días de tanto desconsuelo y violencia. Así que oriéntate mejor antes de hablar.

05/22/2008

CONVOCATORIA XXX FESTIVAL DE TEATRO DE CAGUAS

El Departamento de Desarrollo Cultural convoca a las compañías de teatro de Puerto Rico a someter propuestas para participar en el XXX Festival de Teatro de Caguas que se celebrará del 12 de septiembre al 9 de noviembre de 2008, en el Teatro Luis M. Arcelay de Caguas.
El XXX Festival de Teatro de Caguas ofrece la oportunidad a producciones teatrales profesionales a participar sin limitación en la nacionalidad del autor, en temas o estilos de presentación.
La propuesta puede ser enviada por correo al Departamento de Desarrollo Cultural, Apartado 907, Caguas, PR 00726, o entregarse personalmente en la oficina del Departamento, localizado en el Edificio Casa Amarilla en la calle Ruiz Belvis, esq. Padial. La propuesta debe ser radicada en o antes del viernes, 30 de mayo de 2008, hasta las 4:30 p.m. y debe contener los siguientes documentos:

1. Carta de petición de participación que incluya persona contacto, correo electrónico, dirección postal y número de teléfono.
2. Historial de la compañía con el máximo material suplementario posible.
3. Carta de derechos de autor. (Este requisito es imprescindible y su ausencia descalificará la propuesta de inmediato).
4. Licencia de Promotor de Espectáculos Públicos
5. Sinopsis, libreto completo de la obra y descripción de la propuesta de montaje (concepto de dirección), reparto y ficha técnica. Fotos y Video de la obra o del ensayo de la misma, de tener disponible.
6. Se aceptarán reposiciones, siempre y cuando éstas hayan sido estrenadas fuera de Caguas. Si han sido estrenadas en Caguas, deben mediar dos (2) años desde su última función.
7. La decisión de las compañías seleccionadas por la junta del XXX Festival de Teatro de Caguas será final e inapelable.

El Departamento de Desarrollo Cultural proveerá a las Compañías seleccionadas:

1. Espacio para montaje y ensayos durante la semana de presentación.
2. Teatro libre de costo.
3. Técnicos de luces y sonido para ensayos y funciones.
4. Publicidad general del Festival
5. El Departamento de Desarrollo Cultural ofrecerá mil dólares ($1,000.00) por la compra de cien (100) boletos, distribuidos de la siguiente manera; 30 para viernes en la noche, 30 para sábado en la noche y 40 para domingo matineé.

Las compañías seleccionadas serán notificadas por carta y/o teléfono en o antes del 27 de junio de 2008.

Vomitivo

Por Pedro Rodiz

Hoy salió reseñada en el periódico la premiación del Certamen de Literatura del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Y cito: “Ningún trabajo de Literatura Infantil y Dramaturgia fue premiado este año luego de que los jueces determinaron que no cumplían con los estándares de calidad”.
¿Qué no cumplían con los estándares de calidad? ¡Válgame! ¡Cuánta arrogancia!

05/14/2008

Edipo Rey y la Alegoría de las cavernas

De: Pedro Rodiz

En la obra teatral Edipo Rey, hay una escena de un enfrentamiento entre el rey Edipo y el sacerdote Tiresias, al momento de hacerse las averiguaciones sobre quién fue el asesino de Layo, el antiguo rey de Tebas. Tiresias, que era ciego, tenía la habilidad de predecir el futuro. Cuando Edipo lo acusa de ser el causante de los males del reino, el sacerdote le responde con unas palabras, que a todas luces, son un poco enigmáticas para el rey. Tiresias le dice: “… tú tienes ojos pero no ves nada y yo que soy ciego lo veo todo con toda claridad…” “no ves los males en los que estás metido…” “…antes de que acabe el día vivirás en las tinieblas…”
En las obras de teatro griego lo más importante de la estructura dramática es la unidad de tiempo, lugar y espacio. En nuestros tiempos, que no sabemos si vivimos en una tragedia o en una comedia delineada por algún ser fetichista, con la proliferación de los medios masivos, ocurrió el colapso del tiempo, lugar y espacio. Lo vemos todo por televisión y no vemos nada. O lo que es peor, sabemos cada vez menos. Mientras más imágenes violentas menos posibilidades de cuestionamientos. En otras palabras, no importa desde dónde se mire la realidad, siempre habrá confusión, incertidumbre y desinformación. Lo que nos lleva a pensar sobre lo en verdad es la realidad, en cómo se construye ésta y en cómo la decodificamos.
Toda imagen es una mezcla de luz y de sombra. La luz muestra y la sombra oculta. No todo lo que nuestros ojos ven es lo correcto. Todo depende del ángulo en que se mira o la apreciación del que observa. Dicho de otra forma, todo depende de los marcos de referencias, que son con lo que se construye el pensamiento. Por ejemplo, si una persona nunca ha visto un arma de fuego, como fue el caso de los indígenas en América durante el periodo de la colonización, en el momento que los colonizadores la utilizaron no sabían darle una explicación dentro del conocimiento de su época y de su entorno. Esto es lo que se conoce como una imagen violenta con función expresiva. No se cuenta nada violento si no que se da un dato violento.
Es como la alegoría de la caverna de Platón. La misma relata la historia de tres personas que desde que son pequeños los encierran y los amarran dentro de una cueva. En la parte de atrás hay un fuego que les sirve de iluminación. Por otro lado contribuye a que se proyecte sus sombras en sentido contrario. Durante el día la luz entra de afuera de la caverna. Esta proyecta las siluetas de las personas y animales que pasan por el lugar. El sonido que entra es entrecortado. Para los encadenados, las imágenes de las personas que caminan y que se proyectan en las paredes de la cueva, son la realidad. Construyen imágenes o pensamientos y las ordenan de tal forma que les resulta familiar. Si uno de esos prisioneros es soltado, lo primero que recibirá es un chorro de luz que entrará por los ojos de forma violenta. Poco a poco se acostumbrará a la iluminación pero tendrá que volver a reconceptualizar la realidad lo que comprendía como verdad ya no lo es.
Si esa persona decide volver para explicarles a los otros lo que es la verdad, lo tildarán de loco, es más, pensarán que salir de la cueva les puede causar la demencia.
Ahora sería bueno explicar todo este enigma que he causado como si fuera una esfinge contemporánea. La alegoría de las cavernas nos sirve para explicar lo que significa una imagen que en apariencia es la realidad. Poco a poco, según las vivencias y los marcos de referencias cognitivas, es que aprende a decodificar una imagen. Cuando hay un enfrentamiento con la luz, luego de vivir en la oscuridad, ésta puede causar la ceguera.
En el 1991, cuando estalla la guerra del Golfo Pérsico, luego de que fuera anunciada por meses, me causó una gran conmoción. Lo único que se veía por televisión eran unas luces verdes que parecía más a una despedida de año que un bombardeo. Parece que los estadounidenses aprovecharon el momento para poder deshacerse de todas esas bombas viejas, ya caducas, y dejarlas en el desierto. Nunca presentaron un muerto, o por lo menos, ninguno que fuera iraquí. Se presentaron imágenes violentas pero no enseñaron la cara de la violencia. Se mostró lo que sufrían los familiares de los soldados estadounidenses pero nunca lo que sufrieron las madres de los iraquíes. ¿Realmente sucedió lo que mostraron por la televisión? ¿Cómo sabemos que no fue una imagen construida en un estudio de cine?
Antes de que ocurriera una guerra en el medio oriente, lo poco que se sabía sobre esa región es que había petróleo, que los hombres se dejaban la barba y que las mujeres se ocultan el rostro. Luego de que se bombardeara Irak sabemos que en esa región hay petróleo, que los hombres se dejan la barba y que las mujeres se ocultan el rostro. Dicho de otra forma, no sabemos más de esa región que lo que sabemos ahora. Sin embargo, el dios todopoderoso llamado televisión transmitió muchas imágenes, claro que con la bendición del sumo sacerdote de nombre Pentágono.
Hace unos años que comenzó, de nuevo, la invasión de los estadounidenses al territorio iraquí, nos volvieron a poner el velo, llenarnos de imágenes que se nos impregnan como si fueran la realidad.
La humanidad se ha acostumbrado a las imágenes violentas que se nos presentan por televisión. Existe cierto gusto morboso por las desgracias de otros. Es más, basta con decir que se vio por televisión para justificar su validez. Es casi como si Dios hablara. ¿Qué mísero mortal sería capaz de robar el fuego de los dioses de la información? Al que lo intente, lo marginan. Esto le ocurrió a un reportero de televisión que se atrevió a presentar la otra cara de la guerra. La consecuencia fue que lo despidieron.
Esto de la violencia en los medios no es nuevo ya que los comunicadores de todos los tiempos lo han hecho. Homero lo hizo con la Iliada. El antiguo testamento es sumamente violento, por dar otro ejemplo.
Todo este siglo se me parece a la alegoría de las cavernas. Estamos metidos en una cueva y sólo vemos imágenes distorsionadas que se nos parecen a la realidad, o como dice Ernesto Cardenal, a la realidad del tecnicolor. Dice un viejo refrán que nada es verdad, nada es mentira; todo es según el cristal con que se mira. El ángulo determina la veracidad. ¿Desde dónde miramos? o peor aún, ¿desde dónde nos hacen mirar? Y si no se quiere mirar, basta con apagar la imagen que nos proyecta el televisor. Lo triste es que esto último es otra forma de mirar.
Por otro lado se nos plantea la posibilidad de una ética violenta que no es lo mismo que una violencia ética. La primera es, por ejemplo, la que nos ofrece la religión. “Si no te portas bien te quemarás en las pailas del infierno”. Y la segunda tiene que ver con el entretenimiento. Esta última asociada más a una finalidad con moraleja.
Todo este planteamiento que presento es el marco teórico en que se basa la obra “Modus Tollen”, que es la obra que trabajamos actualmente Freddy Acevedo y yo. ¿No será que nos hemos convertido en Edipo y que nos hemos quedado ciegos?

05/13/2008

Anuncio de servicio público

Mensaje de la Cruz Roja

Esta es una recomendación de la Cruz Roja a nivel mundial: Las ambulancias y emergencias médicas se han dado cuenta de que, a menudo, en los accidentes de carretera, los heridos llevan consigo un teléfono móvil. Sin embargo, a la hora de intervenirles, no se sabe a quién contactar de la larga lista de números. Nos lanzan, por tanto la idea de que todo el mundo añada a su agenda del teléfono móvil el número de la persona a contactar en caso de urgencia, bajo el nombre: 'AA Emergencia' , (las letras AA es para que aparezca siempre como primer contacto en la lista). Es sencillo, no cuesta nada y podría ayudarnos mucho.
Si te parece bien, pasa este mensaje al mayor número posible de personas. Al fin y al cabo es un dato más que registramos en segundos y puede ser nuestra salvación.

05/05/2008

Apagando fuegos

Por Pedro Rodiz


Entrevista a Luis Enrique Romero quien preside COOPAR


¿Cuántos años llevas de carrera?

Cumplí 20 años ahora en el 2008.

¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

Son varios. De niño trabajé en dramas en la iglesia y luego desde primer grado siempre estuve en cuanta actividad se celebraba en la escuela que tuviera que ver con actuación. En octavo grado, luego de finalizar una función de Teatro Escolar; el Sr. Padín (si mal no recuerdo, era supervisor de Teatro del Departamento de Instrucción Pública en ese momento, en el área de Arecibo) se me acercó para ofrecerme ayuda para conseguir una beca si decidía estudiar teatro. Luego de las consultas familiares, la idea fue descartada.
Cuando niño fui a ver la obra Medea, presentada por la compañía de maestros que organizó don Leopoldo Santiago Lavandero. No recuerdo si aplaudí a la llegada al teatro o si no dejé de aplaudir, aquello me deslumbró. Creí que la escenografía tan imponente se iba a caer sobre mí. Aquella experiencia me marcó para siempre, me sentí atrapado e inmerso en la trama. Fue mágico.

¿Cuándo fue que realizaste que ibas a dedicarte al teatro?

Estudié ciencias naturales en la UPR, y aunque seguí el teatro como espectador, nunca pensé que me dedicaría al teatro. Cuando perdí mi trabajo en una empresa Química, recibí una invitación de la compañía Círculo Dramático, para grabar varias canciones para La muela del rey Farfán. Luego, me ofrecieron manejar un títere de cuerpo entero para las funciones escolares, que sumaron varias decenas. Carlos Ferrari escuchó las canciones que grabé y me invitó a su obra Ay papi yo quiero un carro, gané un premio del Círculo de Críticos de Teatro (actor novel del año) y ahí fue que vi la posibilidad de intentar una carrera como actor y aún sigo corriendo.

¿En qué trabajas actualmente? ¿Vives del teatro?

Sobrevivo en el teatro

Aparte de actuar, ¿tienes otras habilidades?

Soy cantante y músico. En algún momento coqueteé con el dibujo y la pintura, dos cosas que me gustan pero que no he podido dedicarle tiempo. Además, gasto tiempo escribiendo poesía y me consumo contestando de vez en cuando alguna barrabasada que tenga que ver con la clase artística o nuestra cultura (esto es trabajo en género, in kind), casi como la actuación.

¿Has escrito alguna obra de teatro?

Escribí una pieza que se presentó como Cafetal Adentro con la compañía de Sarita Ayala, yo la titulé Al fondo de un posillo de café. Esta fue una obra comisionada. Tengo otra que no se ha presentado La polilla come-letra sobre la preservación del lenguaje. Trabajo actualmente otro proyecto y un monólogo.

Si no estuvieses involucrado en alguna actividad teatral, ¿qué serías o qué harías?

Me hubiese gustado dedicarme a cantar o a la música en fin. Aunque tal vez estaría en alguna empresa farmacéutica si es que no desaparecieron con las 936.

¿Tienes alguna anécdota relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?

Son muchas pero se me ocurre la vez que me caí en escena, en La Piaf. Corrí a recoger a la Piaf, cuando pisé ambos ruedos de mi pantalón, me deslicé hasta tropezar con la actriz que por poco cae al foso sobre la orquesta. El dolor fue tan grande que se me salían las lágrimas y el parlamento inmediato era mío. Cuando miro hacia el lateral veo al resto del elenco riéndose de mí, todos tirados al suelo, por la risa. Ahí no sabía si llorar o reír. En un centro comercial de Hato Rey, una señora se molestó conmigo porque yo maltrataba a Iris Chacón en una serie que trabajamos como pareja en el canal 6. La señora la emprendió contra mí con su sombrilla, por ser un abusador. “Tan serio quien te ve por ahí y tan sin vergüenza que eres”.

¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?

Lo sigo pensando

¿Cómo te visualizas de aquí a 10 años?

No quiero sonar pesimista pero me visualizo retirado del teatro en 5 años, no por decisión propia; sino por decisión ajena. La falta de trabajo y la lejanía de esa posibilidad, me lleva a planificar otro entorno laboral. Quisiera ayudar a dejar alguna estructura de autogestión que permitiera a los futuros artistas trabajar dignamente como actores.

¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?

Tenemos una cantera de talentosos artistas y una nueva generación de escritores muy buenos, en contraposición la escasez de público y el alza en los costos de las salas ha mermado la permanencia de las carteleras. Por un lado, eso mantiene a uno creando constantemente nuevos personajes y nos agiliza como actores, pero no permite que los trabajos maduren y que su pueda disfrutar el proceso creativo desde alguna comodidad. Siempre estamos en la urgencia. Aún así tenemos que mantener la calidad de nuestro trabajo por respeto a nosotros y sobre todo al público y creo que a pesar de todo eso tenemos una de las clases artísticas más completas que he visto. Nuestro trabajo artístico es reconocido internacionalmente y constantemente es así ratificado. Cuando vamos a festivales la mayoría de las compañías presentan trabajos que llevan seis meses o más de ensayo y presentaciones de muchos meses y el artista puertorriqueño llega con un mes de ensayo y en ocasiones estrena en ese país su propuesta y recibe las mejores reseñas. Evidentemente aquí tenemos un teatro de gran calidad cuando así nos lo proponemos, pero las condiciones para desarrollar una industria teatral no son las mejores.

¿Qué proyecto atesoras y por qué?

Uno de los trabajos que más me ha llenado fue Eqqus, hice Talismán. Muchos comentaron que yo no debía hacer ese personaje porque no era ni mimo ni bailarín. Considero ese trabajo como uno de los más importantes en mi carrera, fue un gran trabajo.

¿Cómo es tu proceso creativo para prepararte para actuar una obra?

Soy un actor esencialmente intuitivo y por ahí hago el primer acercamiento al personaje, luego lo voy nutriendo con otros estudios: la época, el carácter, su entorno, su voz, psicología, etc. Me enfrento a los personajes con cierta timidez a veces hasta con miedo y comienza una lucha entre el personaje y yo, que necesito vencer; aunque confieso que algunos resultan muy duros. Siempre termino con alguna insatisfacción, alguna autocrítica, los personajes me agreden de alguna manera. Me gusta alejarme del personaje para luego retomarlo, en ocasiones eso me sugiere cosas nuevas; es como verlo desde el espectador.

Has estado muy activo en asuntos de protestas, ¿a qué se debe o por qué lo haces?

Lo hago para poder dormir tranquilo.

Ese activismo, ¿te ha traído problemas de empleo?

Sí, claro que sí. Algunos compañeros opinan que yo boicoteo mi propio trabajo por mi activismo. Juro que no busco ser así. Quisiera estar tranquilo dedicado al trabajo creativo; escribir, publicar un poemario que no acabo por estar dedicado a otras cosas, terminar unos cuentos empezados, unos monólogos, cantar. Podría estar ocupado todo el día en cosas que necesito realizar, pero siempre se requedan.

Entre tus muchos sombreros, presides Coopar, ¿cuáles son tus objetivos a corto y a largo plazo con la cooperativa?

Sueño que COOPAR sea un instrumento para desarrollar trabajo para los artistas del País de manera auto-sustentable, y que de alguna manera pueda compensar la falta de apoyo de la que hemos sido víctimas. Que sea capaz de producir teatro, televisión, cine y una academia para nuestros jóvenes y crear una compañía nacional de teatro. Que desarrollemos orgullo por lo que somos y que no tengamos que correr despavoridos por las migajas que nos ofrecen los algunos productores. Que algún día podamos tener un canal de televisión con programación puertorriqueña donde podamos exigirle a los programadores extranjeros “un lenguaje neutral” a lo boricua y mandarlos pa’ la academia a estudiar para que aprendan a hablar. Propongo a la querida amiga Luz Nereida Pérez como profesora.

05/04/2008

Con un brazo amarrado a la espalda

Por Pedro Rodiz

Se supone que no lo diga todavía, pero como no soy empleado del ICP, anuncio por este medio, que se avecina un Festival de Teatro Infantil. Es para este verano y se efectuará en los Teatros Francisco Arriví y Victoria Espinosa. Soy de los que pienso que mientras más se anuncie un evento, más posibilidades de éxito tendrá. El Festival es uno muy variado, y una excelente alternativa para los campamentos de verano. Y por supuesto, hay una obra mía: El libro mágico.
Pues el jueves pasado, asistí a la reunión de producción con el personal del Programa de Teatro y Danza. Allí me encontré con amigas que hace tiempo no veía; a Blanca Lissette que vuelve con La canción verde, a Adriana Pantoja que repone Peces al ataque, a Lolita Villanúa que trae Arroz con habichuelas y otras compañeras como la de Gíbaro de Puerto Rico y otras.
Allí nos topamos con la sorpresa de que toda nuestra promoción tiene que pasar por la Comisión Estatal de Elecciones. Nada puede salir sin la aprobación de ellos. Así que hagan el ejercicio mental y piensen por un momento en lo que conlleva esta gestión. TODA la promoción, anuncios, artículos, baile de muñecas, etc. de EL GOBIERNO, es decir, de los 78 municipios, todas las Agencias Públicas –que no tengo ni idea de cuántas son- la Legislatura y el Gobierno Central tiene que pasar por la inspección esta oficina. No se olviden que próximamente serán las Primarias Presidenciales por el Partido Demócrata, y que también la C.E.E. tiene que organizar nuestras Elecciones Generales en noviembre. Y me imagino que todos los anuncios de radio, prensa escrita, televisión, hojas sueltas, programas de mano, etc. tienen que pasar por varias manos para que no les metan las cabras al corral, lo que hará el proceso más lento todavía. Y esa es la ley para las dependencias gubernamentales –debería ser así todos los años- pero ¿por qué yo, un ciudadano particular, tengo que pasar por este ataponamiento burocrático si no trabajo para el Gobierno?
Por supuesto que se lo dije a la gente del ICP. Es injusta esta ley si se la aplican a los contratistas independientes. Lo que me dijeron fue que como nosotros recibiríamos dinero del erario pues nos aplicaba la ley. Le argumenté que ellos sí (los del ICP) tenían que pasar por ese cedazo porque son una entidad gubernamental, pero nosotros los productores no. Insistieron en que el Festival era de ellos y que aportaban económicamente. Le respondí que sí, que era eso mismo, una aportación, pero que el riesgo económico lo asumíamos los productores, no era el ICP. Terminaron diciéndome que eso era para evitar que se colara propaganda política. ¿Propaganda política en obras que van dirigidas a niños y niñas? No insistí más. Al fin y al cabo mi desconcierto no es con el ICP, ellos sólo siguen instrucciones. Pero entiendo que el Instituto de Cultura Puertorriqueña debe pedir una dispensa en cuanto a las producciones de teatro en años eleccionarios. O buscar alternativas como avisar un año antes para uno tomar cartas en el asunto a la hora de la verdad. Y qué pasaría si la C.E.E. aprueba el anuncio una semana antes de que estrene la obra, ¿qué se hace? ¿Quién se entera del proyecto? ¿Quién va a ir? Por más que le doy vueltas al asunto, menos lo entiendo. Pienso que es absurda e indebida esta intervención gubernamental en cuanto a la promoción de las obras de teatro que reciben fondos del ICP.
Hoy abrí el periódico y ya están anunciando un espectáculo de la serie de televisión para niños Hi- 5, para las mismas fechas que corre el Festival de Teatro Infantil. A ese productor de espectáculos públicos no le aplica la ley. Él puede hacer toda promoción que le dé la gana. ¿Cómo se puede competir con eso? Me siento como esos dueños de negocios pequeños radicado en los pueblos de la isla que de pronto le ponen un Big Mart al lado.
Cuando la gente de los campamentos privados, campamentos municipales y el mismo Departamento de Educación comiencen su búsqueda de hacia dónde llevarán a los y a las estudiantes, se toparán con que lo único que hay ahora mismo es ese espectáculo estadounidense porque nosotros no hemos podido anunciar nada ya que tenemos que esperar por la aprobación de esta agencia gubernamental. Tenemos que luchar con un brazo amarrado a la espalda.
No es que me oponga a que traigan ese tipo de espectáculo masivo, lo que me encabrona que es que no podamos competir en igualdad de condiciones.
Lo irónico del asunto es que Hi-5 es el programa favorito de mi pequeño saltimbanqui. Es el único programa que ve.
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Este artículo no ha sido aprobado por la Comisión Estatal de Elecciones.


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