04/10/2012

Tres en uno


Por Pedro Rodiz
Haré un resumen de las tres obras que faltan por reseñar. Ver tanto teatro resultó ser muy agotador.
La obra Donka, una carta a Chéjov, de Suiza fue un proyecto espectacular. Esta gente no tiene nada que envidiarle a Cirque du Soleil, bueno, quizás los millones, pero en términos de calidad artística, propuesta escénica, ingenio, están a la par. Proyecciones de sombras gigantescas, o sea, usaban todo el telón de boca para hacer proyecciones, era como si la sombra chinesca, la sombra del actor o del objeto, caminara sobre las aguas. Incluye danza, acrobacia, malabarismo, comedia, en fin, qué no hicieron. Usaron la vida de Chéjov como punto de partida y como hilo conductor de su trabajo. Eran pequeñas viñetas unidas por secuencias circenses. Excelente trabajo. De los mejores en sus género.
Leonce y Lena de Rumanía tenía una escenografía espectacular, unos vestuarios fabulosos pero… no me gustó… una obra aburridísima. Otro excelente ejemplo de que una gran escenografía no salva un texto.
Y por último Cocorico de Francia. Considerado teatro gestual y vodevil. Eran dos mimos, bueno, un mimo y un músico que también hacía de mimo. Fue un trabajo refrescante y divertido, que funcionaba a base de acciones, reacciones y gestos. Una combinación fabulosa y que me reí a carcajadas. Una excelente forma de terminar el Festival Iberoamericano de Bogotá.
En unos días, cuando descanse, daré mis impresiones generales del Festival.


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