04/07/2012

Lo viejo es lo nuevo

Por Pedro Rodiz
La obra Leonardo, trabajo práctico No. 1 de Argentina fue un proyecto bien interesante. Este grupo, La Arena Circo, realizó una investigación rigurosa sobre los trabajos de Leornado da Vinci. Lo que desencadenó fue una propuesta de danza-circo-teatro sumamente ingeniosa y divertida. Aquí no hay conflicto; lo que presentaron fue su interpretación sobre el trabajo de este genio de la humanidad. Incluyeron música renacentista pero con unos movimientos y juegos escénicos muy contemporáneos. Armaron una bicicleta, basados en los diseños de Leonardo. Utilizaron los estudios anatómicos como texto, como si fuera música, para justificar un sinnúmero de movimientos creativos. Hasta representaron un manual de cómo comportarse a la mesa. Y lo único que les faltó, que eso se los recomiendo es que cuando terminen, lo hagan con la imagen del cuadro de La última cena. Estos actores-bailarines estaban en su mejor momento. Se pudiera hacer un diseño anatómicos utilizando sus cuerpos como modelos. Hicieron una secuencia fabulosa basada en el diseño de El hombre de Vitruvio, que es el canon del cuerpo humano. Tres de ellos, con esta imagen proyectada sobre sus cuerpos, hicieron una secuencia de posibilidades. Sublime y hermoso. Y para cerrar, como si se tratara de un Ícaro, sacaron una máquina de volar. Precioso.
Este proyecto fue presentado en el Palacio de los Deportes, o sea, una cancha bajo techo. Pero la representación era tipo proscenio. Yo estaba en una silla sobre el tabloncillo y podía apreciarlo todo de frente, pero la gente que estaba sentada en las gradas, que era la mayoría, tuvo que apreciar el espectáculo de lado. Claro, trataron de minimizar el “daño” utilizando proyecciones sobre dos pantallas gigantes. Entiendo que ese no era el mejor lugar para esta representación.  Este trabajo ameritaba que se realizara en un teatro. Creo que el lugar elegido le restó méritos a la representación.


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