07/27/2011

Entrevista Ricardo Santana, Director Teatral

Por Pedro Rodiz

¿Cuál es tú preparación académica y cuántos años tienes de carrera?

Tengo un Bachillerato en Humanidades con concentración en Drama. Actualmente estudio una maestría en Administración y Gestión Cultural en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Rio Piedras. Llevo desde el 1991 haciendo teatro tanto como actor y director teatral.

¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

La primera obra de teatro de la cual participé fue en a mis doce años. La maestra de Artes Visuales era amante del teatro. Montamos La Amortajada. Como anécdota, la chica que representaba el personaje principal se enfermó faltando poco tiempo para el estreno. La maestra preocupada buscaba a una chica para sustituirla. Era poco tiempo. El único que se sabía las líneas de ella era yo.  Todo el elenco dijo que la sustituyera yo. Pasmado les dije que sí. Ensaye varias veces. La chica se repuso. Pasé a hacer el papel corto que me tocaba. Hubiese sido mi primer travestismo.

¿Cuándo fue que te percataste de que ibas a estudiar teatro?

Siempre, desde pequeño estaba claro que quería ser artista. Recuerdo que en segundo grado la maestra nos repartió un papel para que dibujásemos lo que queríamos ser cuando fuésemos grandes. Me dibujé con un micrófono cantando. Uno de mis juegos favoritos de niño era hacer mi programa de televisión. El mismo era un show de variedades como los que estaban de moda en los 70. Consistía en entrevistar a alguna artista, cambiarme de silla y contestarle como si yo fuera. Luego, iba al toca discos colocaba el disco del entrevistado y hacia el doblaje de la misma. El pilón de la cocina siempre fue mi micrófono.  Me gustaba también imitar personajes que veía en la televisión.  En fin siempre supe que quería ser artista.

¿Qué tipo de obras te gusta dirigir?

Me gusta dirigir obras con textos que tengan alguna trascendencia o provocación a la reflexión. Creo en el teatro como medio de transformación. De devolverles a los marginados, a las minorías, a los que no siguen una normativa, su espacio en el mundo. También me apasiona trabajar con textos me lleven a la investigación.

Sí no estuvieses involucrado en alguna actividad teatral, ¿qué serías o qué harías?

Bueno en el momento estoy muy involucrado en las letras. Me apasiona escribir. De hecho mi primer libro de cuentos se encuentra en su etapa de edición y espero que ya para el mes de octubre esté en las librerías.

¿Tienes alguna anécdota  relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?

Recuerdo que de universitario vino de intercambio a la Universidad de Puerto Rico un director español, murciano, de nombre Ricardo Salvat. Venía a montar la obra: En la ardiente oscuridad.  Pasé por el proceso de audición y salí entre los elegidos. Aquel señor de cabello plateado tenía una pasión por lo que hacía que me impactó. Los ensayos eran fuertísimos y en ocasiones nos trataba a los actores con cierta dureza. Por momentos me sentí que no servía para hacer teatro por lo mucho que me corregía. Al terminar un ensayo,  Ricardo me pidió que me quedara, que quería trabajar unas cosas conmigo aparte. Ensayamos entonaciones, matices, estados de ánimo. Frustrado, le dije que pensaba que yo no era el correcto para aquel papel. Aquel señor de la tercera edad me abrió los ojos y me dijo que estaba muy equivocado, que al contrario, que si estaba tomando de su tiempo para ensayar conmigo es porque creía totalmente en mí. Porque podía ver en mi persona un potencial incalculable y eso merecía pulirse. Sus palabras me llegaron profundas. Ese día comencé a amar la dirección escénica más que la actuación.

¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?

La verdad es que no. Y mira que me vi muchas veces hasta sin luz eléctrica porque no tenía para pagarla. Pero muy dentro de mí sabía que habrían mejores momentos, que sólo era cuestión de esperar.

¿Has escrito obras de teatro?

Si he escrito varias. Algunas engavetadas. En el 1999 llevé a escena como parte del Festival de Teatro Puertorriqueño mi obra: Anuncio Clasificado.

¿Cómo te visualizas de aquí a 10 años?

Me visualizo con varios libros publicados. Con un doctorado aún no sé en qué. También me veo en mi gesta de educador y por supuesto haciendo teatro.

¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?

El teatro puertorriqueño es muy diverso como diverso somos los actores sociales que componemos el país. Ya esa visión que lo puertorriqueño es lo costumbrista se ha ido quedando atrás dándole espacio a otras lecturas y búsquedas de nuestra identidad, de nuestro día a día en las historias de nuestra cotidianeidad.

¿Qué piensas de la dramaturgia puertorriqueña?

Como dije en la pregunta anterior: la dramaturgia puertorriqueña ha evolucionado mucho y ha tenido una apertura de contar y plasmar historias que antes ni se pensaría. Hoy día el yo escribir una pieza teatral de temática gay no la aleja o margina de lo que es dramaturgia puertorriqueña.

¿Qué piensas de la dirección de teatro en Puerto Rico?

Pienso que es muy conservadora manteniendo estructuras donde el trabajo del actor es poco participativo en la toma de decisiones de cómo la pieza se gesta. No creo que el trabajo del director sea el de mover fichas o de decirles al actor cual es la inflexión correcta a la hora de hablar. Creo en un trabajo participativo, en un proyecto de proceso de búsqueda donde tanto el actor como el director nos retroalimentemos. Desgraciadamente, por el poco tiempo en que se ensaya aquí, muchas veces estos procesos de diálogo, de trabajo en colectivo, se hacen cuesta arriba.

Ante el panorama del teatro puertorriqueño, a tu juicio,  ¿qué se necesita para que la situación mejore o prospere?

La autogestión. No esperar porque se nos llame o por que el gobierno cambie sus formas de financiar el teatro. Tenemos que crear alianzas, buscar mecenas. El trabajo colaborativo es otra alternativa para seguir haciendo nuestro arte.

¿Qué proyecto atesoras y por qué?

Son muchos los proyectos que atesoro. Pero para mí, Infieles de Marco Antonio de la Parra, marcó mi carrera. Definió claramente mi camino a seguir como director teatral.  Esta pieza fue mí carta de presentación como director. Primero participando de una seria de lecturas dramatizadas auspiciada por el CELCIT. Luego, fue parte del Festival de Teatro del Ateneo y, por último, me abrió las puertas en la ciudad de Nueva york, para el teatro de Repertorio Español.

Cuando te preparas para dirigir  una obra de teatro, ¿cómo lo haces? ¿Cómo te preparas? ¿Usas imágenes? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu proceso creativo?

Busco empaparme del momento histórico en que se desarrolla. Leo otras obras escritas por el mismo dramaturgo. Su biografía. Amo hacer trabajo de mesa. Antes llegaba con todo bloqueado. Ya no. Sí voy una idea de hacia dónde y lo que quiero proponer  pero dejo que el lienzo se vaya creando sólo,  permitiendo que entre todos los que somos parte de llevar a cabo puesta en escena, logremos el cuadro perfecto.

¿Cómo eres como director? ¿Cómo haces para que los actores y actrices estén en sintonía con tu concepto de dirección?

Me encanta ayudar al actor a desmenuzar sus personajes. A encontrarles  los detalles de ese o esa en quien se desdoblarán. Me gusta lo orgánico, lo espontáneo aunque a veces también pueda irme en un viaje.  Mi manera de trabajar con el actor es hacerlo participe del concepto, donde mis ideas se crecen con las de ellos.  En primera instancia, siempre les digo  lo que me gustaría  lograr al final con la puesta en escena, aunque haciéndoles claro, que en la marcha, todo puede cambiar.

Si tuvieras un presupuesto ilimitado, ¿qué obra montarías y por qué?

Si tuviera un presupuesto ilimitado me tomaría el tiempo necesario para crear y gestar un nuevo texto, una nueva propuesta hecha en colectivo entre compañeros teatreros. Un montaje que fuera pertinente a las necesidades que como conjunto necesitemos hablar.  Si el presupuesto fuera dirigido a montar un clásico entonces montaría Tartufo de Moliere o piezas de Jean Genet.


Free Web Site Counter