10/24/2007

De danzas, apreciaciones y cansancios

Por Pedro Rodiz

Llevo ya semana y media en el FIT. Y estoy bien agotado. Los días, aunque empiezan tarde, terminan a las 2 o 3 de la mañana y eso es si uno se obliga a acostarse, porque si no, uno no se acuesta nunca. Son tantos proyectos de los que no he comentado porque son muchos y escribir me toma tiempo, y como estoy agotado, el esfuerzo es doble. Así que los agruparé algunos aquí y así sólamente comentaré, en una columna aparte sobre aquéllos que ameriten un comentario adicional, ya sea por su complejidad o por su forma de contar.
He visto tres espectáculos de danza. El primero fue el de la Compañía Nacional de Danza de Costa Rica. El espectáculo se titula ¨(eRre & Jota)¨ que es una versión libre de la obra Romeo y Julieta de Shakespeare. Del trabajo diré que tiene puntos muy parecidos con la película West Side Story, aunque ellos aclararon en el foro, que esa no fue su intención. Mucho hip hop, break dance y otras fusiones urbanas. Los que me pareció interesante de este trabajo fue el inclusión de un personaje, que lo interpretaba el director de la compañía, y era el que unía toda la trama. Era como una presencia ominipresente, casi divina, en la puesta en escena.
Luego vi Flamenco para traviata, realizada por la prestigiosa compañía de España La cuadra. Ellos hicieron un montaje basado en la ópera, con ese mismo nombre. Y añadieron unos elementos no convencionales mezclados con un montaje tradicional. Es decir, entre mezclaron unos personajes con máscaras y vestuarios con flecos que cuando giraban parecían como pequeños tornados y un zanquero. Había otros personajes que sacaban chíspas con una pulidora, esas máquinas de mano que se usan para cortar metal. Muy interesante la idea pero rara. Hasta un caballo blanco entraron a escena. De este montaje diré que hicieron el saludo más largo y bello que haya presenciado jamás. Y vamos, la danza estuvo muy bien.
El último de esa serie de danza que vi fueron dos piezas que se titulan Orión y Caravan. Estos bailarines son de primera. La pieza Orión trataba sobre la galaxia y la otra fue sobre relaciones humanas. Pero, como les dije, estos bailarines son buenos de verdad. Sus movimientos fueron limpios y con gran técnica.
Otro de los montajes fue un unipersonal. Lo titularon Santoentierro. Tanto el texto, como el montaje fueron un tanto extraños. Aunque se sobre entendía que era una persona que evocava sus recuerdos y sus muertos, no estaba muy claro en dónde ella estaba o qué era, o por qué lo hacía. A lo mejor esa era la idea, que no se entendiese eso. Un trabajo un poco hermético, aunque muy bien dirigido.
Intenté entrar al de Cenizas, un proyecto basado en obras cortas de Samuel Beckett y fue presentado por un grupo de Costa Rica. Pero se agotaron los boletos antes de que pudiera entrar. Según escuché por los pasillos, era un montaje arqueológico, es decir, que el montaje se realizó tal y como se hiciera hace más de cincuenta años.
Vi dos montajes más que no tenían ni pies ni cabeza pero por razones distintas. Uno se titula
¨Me acordaré de todos ustedes¨ de una compañía de España. En la obra cantaban, bailaban, actuaban, pero era una historia rarísima. Salía el personaje, Julio Cortázar, pero éste no se acordaba ni de sus propias creaciones. No sé si estaba muerto, o estaba a punto de estarlo, o se iba a morir. De verdad que no sé. No lo entendí. Y el otro montaje fue uno sobre Arlequín, servidor de dos patrones, de Carlo Goldoni. Mezclaron actores de varias nacionalidades. Para nada tenía que ver con la Comedia del Arte. El texto fue un pretexto para hacer el montaje que hicieron, algo un tanto contemporáneo. Me fui de la sala. Sentí vergüenza ajena. Pero quiero aclarar que no fui el único que se escabuyó. Aguanté lo más que pude. Cuando salí de la sala, ya se habían escurrido la mitad del público. Y me fui porque iba a perder la última guagua y hubiese tenido que pagar 6 euros. Debió ser terrible para ellos como actores, ver cómo la sala se va quedando vacía delante de su trabajo. Pero de verdad que la propuesta no cuajó.
No piensen que por haber comentado a la ligera todos estas puestas en escenas ya estoy al día con las observaciones, nada más lejos de la verdad. Aún me faltan comentar tres trabajos más: uno de México, uno de España y uno de Argentina. Y hoy veré dos más. Tampoco he comentado sobre un concierto de cuerdas, que quedó estupendo y que se realizó en la Residencia, ni de la presentación de un libro que recoge ensayos de los críticos más importantes de Iberamérica sobre lo que ha acontecido en los en todos estos años que se ha celebrado la gran fiesta del Festival de Teatro de Cádiz.
Eso les dará una idea de por qué estoy tan agotado. Y eso, que todavía no les he comentado todas esas ideas que me están rondando por la cabeza y que no me dejan dormir en paz...


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