07/30/2007

El Callejón de la Capilla

Por Pedro Rodiz

De camino a casa, me puse a pensar en qué cosas podía hacer para mejorar tanto el texto como el montaje de El chicle de Britney Spears. En la función del día anterior, la que fue muy concurrida, sentí que el público estaba un poco frío. Ricardo, al concluir la presentación, me comentó lo mismo, que fue un público bien difícil.
En las comedias, o agarras al público de entrada o pasas una noche larga. Creo que fue mitad y mitad. Por momentos tenía al público en el bolsillo pero por otros lo perdía. ¿De quién es la culpa realmente? ¿Del actor? ¿Del director? ¿Del texto? ¿Del público? ¿De nadie?
Como decía, en las comedias, hay noches en que el público está contigo desde la entrada y no te abandonan hasta el final. Pero en otras, no importa cuán bien estés, el público no reacciona como debería.
En las barras ocurren sucesos que no pasan en las salas de los teatros. Por ejemplo, los mozos entran y salen del local, van donde la gente, traen y llevan tragos. La gente se levanta a ir al baño; el público reacciona como si estuviese en la sala de su casa. La gente pide cervezas como si estuvieran en la playa, comentan entre sí, atienden llamadas telefónicas, van a afuera a fumar, en fin, es una experiencia un poco folclórica, por lo menos eso me parece a mí, que estoy acostumbrado presentar obras en el santo templo del teatro convencional.
En esto iba pensando cuando sonó el celular.
Yo: Buenas noches.
Ella: Sí, estoy llamando para saber sobre la obra de hoy.
Yo: ¿Se refiere a El chicle de Britney Spears?
Ella: Sí, ¿a qué hora empieza la función?
Yo: Señora, lo que pasa es que hoy no hay función. Las funciones son sólo los viernes a las 9:30 p.m.
Ella: ¿Y qué están dando en cartelera?
Yo: Pues ahora mismo no sé…
Ella: ¿Y dónde puedo buscar información?
Yo: Bueno… pues… puede buscar en www.teatropr.blogspot.com y ahí aparecen varias de las obras que se dan.
Ella: ¿No hay un sitio que pueda llamar?
Yo: Lo que sucede es que cada productor hacer su promoción…
Ella: Ah, por eso es que hay muchos números…
Yo: Exacto.
Ella: ¿Por qué no tienen una cartelera, como por ejemplo en Chile, que uno llama a un sitio y te dicen todo lo que hay?
Yo: Porque aquí no existe una liga como en el baloncesto que uniforme todas las actividades.
Ella: Pues deberían, porque así uno sabría a dónde ir.
Yo: Usted tiene razón. Pero también le aclaro que estamos en temporada muerta.
Ella: ¿Y cuándo es que empieza la temporada?
Yo: Pues… como a principio de septiembre y termina en diciembre. Comienza otra vez en enero y sigue hasta mayo.
Ella: Pues te lo agradezco mucho. Voy a tratar de ir a ver tu obra.
Yo: Seguro, dése la vuelta por allá.
Ella: Adiós.
Yo: Adiós.
Me puse a pensar que la señora tenía razón. Que aquí no hay nada uniformado. Cada cual tiene su parcela y a Dios que reparta suerte. Después me acordé que el ICP está tratando de crear el Distrito Cultural y que anuncia algunas obras. Así que cuando llegué a casa, fui al portal para avisar lo del chicle y les confieso que no sé cómo enviarles información. ¿A quién le corresponde el interés de la información? ¿A ellos o al productor?
En fin, el próximo viernes llegaré otra vez temprano al Callejón de la Capilla, que así es como se llama el callejón que alberga al Nuyorican Café, para poner la escenografía. Les confieso, con vergüenza, que no lo sabía que así se llamaba. Esta maldita costumbre nuestra de mencionar las calles y los lugares con otras referencias que no son los nombres propios. Por ejemplo, siempre digo que queda antes de la placita de los dominós. ¿Sabrá la gente cómo se llama ese callejón?
Por cierto, ya se me ocurrieron algunas ideas para mejorar el montaje. Pero de eso les comento después de la próxima función.


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