04/03/2007

Nuevas fronteras
Entrevista al actor Modesto Lacén

Por Pedro Rodiz

Modesto Lacén es uno de los actores más completos y con más recursos actorales de su generación. Nunca le ha faltado el trabajo. Un día decidió hacer sus maletas para trasladarse a Los Ángeles, a probar fortuna. Algunos lo llamaron loco, otros lo consideraron un visionario. Lo cierto es que a Modesto no le tiembla el pulso al momento de lanzarse a la búsqueda de nuevas fronteras, de nuevas experiencias, que lo hagan mejorar como actor, como artista, como ser humano.

Si no fueses actor, ¿qué serías?

Si no fuese actor sería tenista profesional. Antes de considerar la actuación como profesión, me cuestioné seriamente si el tenis era el camino a seguir; tanto así que jugué varios años en la liga puertorriqueña de tenis o PRTA (Puerto Rico Tennis Association). Jugaba bien, pero me ponía tan nervioso en los torneos que no “jugaba mi juego”. En la actualidad es un deporte que me apasiona y lo practico cada vez que puedo. Mi jugador favorito es el suizo Roger Federer.

¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

El recuerdo más distante que tengo es cuando fui a ver Rock’o’landia. Me acuerdo que fue una producción de un alto nivel y sumamente divertida. En aquel momento no sabía nada del teatro o de actuación, pero sé que fue excelente porque me conmovió y me creí lo que pasaba en la obra. Todavía me acuerdo de algunas canciones tales como “El rock de las cabritas” y la canción del “Lobo Feroz”. Además, recuerdo haber visto el musical Clemente… ¡y pensar que yo hubiera podido hacer el papel del hijo!

¿Cuándo fue que realizaste que ibas a estudiar teatro?

Me di cuenta que iba a estudiar teatro en la escuela superior, en décimo o undécimo grado. Para ese entonces, ya había tomado clases en la Academia de Actuación de Ofelia Dacosta. Obtuve mi primer trabajo como actor en el “Bosque Mágico” y había comenzado a estudiar en el Taller de Actuación de Luz María Rondón y Herman O’neill.

¿Por qué decidiste irte a California? ¿Piensas quedarte? Cuéntanos de tus vivencias en todos estos meses.

Decidí irme a Los Angeles por mi interés en hacer cine y conocer desde adentro cómo es que realmente “se bate el cobre”. Aunque el cine que generalmente se hace en Estados Unidos no es el mejor, sí es el más que se ve y el que más dinero genera. Por tanto, trabajar y conocer cómo es que funciona ese sistema, me ayuda a entender la parte del negocio que no domino. Hay que entender lo que sí funciona en la gran maquinaria que es Hollywood para poder llevar nuestro trabajo (el puertorriqueño) a ese nivel de éxito económico. Así mismo, entiendo que como actor, el tener éxito o trabajar en cine o TV a ese nivel, trae más público al teatro. Ejemplo de esto son las obras que menciono en la entrevista. Pienso quedarme por allá un tiempo. Ahora mismo no sé cuantos años… todavía…eso lo sabré en su momento. Además de conseguir un agente y un “manager”, he estado tomando clases de inglés (para perder mi acento), clases de actuación (específicamente para cómo audicionar y cómo leer en frío o “cold reading”) y de Producción de Cine y TV en UCLA. Ha sido un año y pico de mucho crecimiento en todos los aspectos y te confieso que me gusta este reto…Gracias a Dios y a que tengo una familia y un grupo de amigos que me aman y me apoyan, tengo el empuje para seguir ‘en la brega en LA’.

¿Tuviste problemas para adaptarte al ambiente de allá?

Sí, aunque al llegar aquí ‘caí parao’ ya que viví un tiempo en casa de una amiga puertorriqueña y con un “roommatte” puertorriqueño. Adaptarme al ritmo y las exigencias del trabajo me resulto difícil. Difícil porque de estar trabajando en varios proyectos a la vez en Puerto Rico y llegar a otro país (que aunque es Estados Unidos, no me siento que realmente pertenezco a la sociedad) y empezar de cero, teniendo estudios y experiencia, es duro. Sin embargo ahora, a un año y cuatro meses de estar acá, ya me siento que ‘caí en tiempo’ y gracias a que tengo un “manager” y un agente , siento que estoy listo para entrar de lleno al proceso de audiciones.

¿Tienes alguna anécdota relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?

Tuve la oportunidad de ver la obra Madre Coraje y sus hijos con Meryl Streep en el papel protagónico. Fue una experiencia profunda e inspiradora. Yo me interesé por la actuación a través del cine, de pequeño vi muchos dramas con grandes actuaciones “Places in the heart” “Ghandi” “Terms of Endearmnent”, entre otras, y fueron las actuaciones lo que más me sedujo. Me cuestionaba cómo esos actores me conmovían tanto sin ser realmente esas personas. Por ahí empezó todo, pero al estudiar y entender lo que es la actuación, me enamoré también del teatro. Te hago este cuento, porque al ver una actriz de cine consumada y galardonada, hacer una obra (en donde también cantó y bailó) y verla que todavía se esfuerza y que trabaja en su oficio con pasión y entrega, fue una gran lección para mí. Ese es el tipo de actor que quiero ser, un actor que domine ambos medios, pero que siga creciendo y mejorándose. Esa noche salí del teatro enamorado nuevamente del arte, del teatro y de la actuación.

¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?

Gracias a Dios y a la vida, nunca me ha pasado por la mente renunciar a la actuación o al teatro. Sí, en varios momentos, he considerado estudiar otra cosa. En un momento pensé en Leyes y en otro Historia del Arte, pero ahora tengo muchos planes futuros que están relacionados a la actuación. Además, no descarto hacer estudios post graduados en actuación, en teatro y/o en cine.

¿En qué obras has actuado en le tiempo que llevas en Los Ángeles?

He trabajado en dos piezas, To Shakespeare with love y en The Caucasian Chalk Circle (El círculo de tiza caucasiano). La primera fue una pieza original de la directora, en la que William Shakespeare reflexiona sobre el amor y revisa algunos de sus textos que tratan dicho tema. Yo participé en una escena de Dos caballeros de Verona interpretando a Valentín y una escena de Otello interpretando a…. ¡Otello! La segunda fue una adaptación del texto de Bertolt Brecht en la que interpreté varios personajes. Estas dos fueron “in english”. Además, tuve la oportunidad de revisar y volver a interpretar el personaje de José Razzano en la pieza musical de Eladio Cintrón…Gardel en Repertorio Espanol en Nueva York. En esta ocasión la directora Lynette Salas y yo revisamos el trabajo que habíamos hecho en Puerto Rico e hicimos cambios. Fue una experiencia intensa y diferente, en el sentido que estuvimos solamente ensayando y trabajando en la obra todos los días durante mes y medio, como un trabajo “normal”. Eso es un lujo…

¿Qué proyecto atesoras y por qué?

Atesoro haber trabajado en El bombón de Elena de José F Gómez. Primero que es un MUSICAL basado en la música con la cual me crié: Ismael Rivera y Cortijo y su combo; segundo, tuve la oportunidad de interpretar un personaje hermoso y lleno de matices ‘Etanislao’; tercero, pude trabajar de tú a tú con varios de mis profesores (Jofe, Idalia, Checo); y por último, tuve el privilegio de cantar canciones como “Yayabo”, “Maquinolandera”, “Tuntuneco” y “El bombón de Elena” al lado de Andy Montanez. Salsa Gorda es otro proyecto que atesoro por varias razones, además de las obvias (en esta fui productor y actor), fue un proceso bien arriesgado pero bien satisfactorio. Jose L. Ramos Escobar escribió este texto conmigo en mente, ya esto fue un gran regalo con el cual trabajar. Ahora, la dirección de Mario Colón fue sin duda uno de los grandes aciertos de este montaje. Mario pudo (viajando entre NY y PR) ser un excelente y asertado líder para crear el mundo de la obra. Tener la oportunidad de trabajar con dos primeros actores, Yamaris Latorre y Ernesto Concepción, hijo, fue otra gran bendición y una gran lección de profesionalismo y oficio. Todo el equipo de producción, TODO, hizo una labor maravillosa y gracias a este esfuerzo conjunto fue una producción de altura y de la cual me siento satisfecho. Siento que aportamos algo a la incipiente historia del teatro puertorriqueño en el siglo XXI. De las cinco obras que he producido, sin duda ésta es la más completa. Además, fuimos la Mejor Producción del Año y Ernesto y yo, fuimos dos de los mejores Actores del Ano 2004 (Según el periódico en El Nuevo Día y su crítico Jorge Martínez Sola, qepd). Otra de las que atesoro es Godspell. En este musical tuve la oportunidad de trabajar con un grupo de actores que admiro profundamente, pude bailar de “a verdura” bajo la coreografía de Tita Guerrero, y por supuesto, cantar bajo la direccion de Axel Cintrón. Encima de esto, fue un proceso muy divertido (bajo la dirección de Albert Rodríguez) y sin duda es un mensaje necesario e importante. Para no extenderme más voy a mencionar otras que tambien atesoro, Módulo 104, Mar Nuestro, Una pulga en su oreja, Arte, Los Coyotes y Medea.

¿Qué piensas del teatro en California?

Los Ángeles es una ciudad para el que le interese trabajar en TV o cine, por tanto, el teatro no es uno de sus aciertos. En Hollywood y en otras áreas (Culver City, Santa Mónica, Glendale) existen muchos teatros pequeños y se hacen muchas obras constantemente: obras originales, clásicos y adaptaciones. Lo que sucede es que la mayoría de las veces los que dirigen, diseñan, producen y actúan en la obra son personas, que aunque tienen el interés y el dinero, no tienen el conocimiento para escenificar una obra. Con esto quiero decir que hay muchas obras aficionadas (amateur). Hay que saber escoger con que compañía trabajar y que obra ir a ver, porque mi experiencia ha sido terrible. Vi una obra original en Inglewood en una comunidad predominantemente negra, y fue una de las experiencias más angustiantes que he tenido en varios años como espectador: ¡la pieza estuvo paupérrima! Ahora, he visto en los teatros principales (como Bellas Artes de San Juan) montajes excelentes con actores de nombre. Vi El jardin de los cerezos, con Annette Benning y Alfred Molina; Todos eran mis hijos de Arthur Miller con Laurie Metcalf, Len Cariou y Neil Patrick Harris (Doogie Howser) y vi Jitney de August Wilson con James Avery (El tío Phil en Fresh Prince). Estas producciones realmente me conmovieron. Así que hay que saber escoger el teatro en LA, puede que sea una experiencia maravillosa como puede que sea la peor.

¿En qué obra te gustaría actuar?

Me gustaría actuar en la obra Relaciones Peligrosas de Christopher Hampton
(quien, casualmente, es el traductor al inglés de la obra Arte) interpretando al “Vicomte deValmont”. Sé que me faltan algunos años, pero es una obra que me encanta y el personaje es sabroso. Además, en una de mis películas favoritas. Me gustaría producirla con un elenco de actores negros, ¡y ya tengo en mente parte del elenco…! Me gustaría actuar en la obra Intimate Apparel de la dramaturga estadounidense Lynn Nottage. Es otra historia hermosa enmarcada en Nueva York a principios del siglo XX y me gustaría interpretar a ‘George’. Además, me gustaría hacer cualquier personaje de la comedia Noises Off de Michael Fryan. Es una comedia divertidísima y bien física.

¿Cómo te visualizas de aquí a 10 años?

De aquí a diez años me visualizo trabajando como productor de cine y teatro, teniendo mi base en Puerto Rico, pero, a la vez, teniendo la flexibilidad de trabajar en Estados Unidos u otros países. Por supuesto que seguiré actuando (hasta que Dios diga) y teniendo un teatro propio.

¿Qué opinas sobre el que cada vez más modelos, raperos, cantantes y demás miembros de la farándula, sin ninguna preparación histriónica, quieren incursionar en la actuación?

En un fenómeno que lamentablemente es común, y como rinde muchas ganancias, sigue ocurriendo. Como productor no estoy de acuerdo. Siempre y cuando
tenga completa potestad de qué persona es perfecta para el personaje, siempre escogeré a un actor por encima de una celebridad. Como actor, uno tiene la potestad de decidir si quiere o no hacer un proyecto con una celebridad. En mi caso, he trabajado con cantantes en varias obras. Por ejemplo, en El bombón de Elena trabaje con cuatro de ellos y la razón por la que decidí estar en el proyecto fue por el tema y el personaje que me ofrecieron. De volver a surgir las mismas circunstancias, lo haría de nuevo porque pienso que el público sabe lo que va enfrentarse al ver una celebridad en una obra. En este caso, “Elena” era un musical, y los cantantes no sólo interpretaron los personajes sino que servían como referencia a la época en que se desarrollaba la obra. Con esto quiero decir que depende el tipo de obra. Ningún productor se atrevería a hacer Esperando a Godot con una celebridad. Esta situación en la que celebridades incursionan en el mundo de la actuación, seguirá ocurriendo porque vivimos en un mundo globalizado y capitalista. Ahora, está en nosotros, como personas instruidas en el campo, hacer trabajos excelentes (que tengan la misma publicidad y cobertura), porque así como hay un público para ver un musical con cantantes populares, también lo hay para ver un trabajo teatral serio o una película profunda.


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