03/04/2007

Un artista con suerte
Entrevista a Alfredo Galván
De Pedro Rodiz

A continuación aparece una entrevista que le realizara a Alfredo Galván vía correo electrónico. Él lleva varios años radicado en Nueva York, en los que ha labrado una carrera exitosa como director teatral. Entre sus trabajos de dirección más recientes están: Zanahorias de Antonio Zancadas (2006); Barriolesque de Rhina Valentín (2006); Latinas Don’t PMS de varios autores (2005); The San Juan Shakespeare Company de Eugene Rodríguez (2003); Remenbrance de Judythe Cohen (2001); Vieques de Jorge González (2000); entre muchos otros proyectos. Esta es una gran oportunidad para conocer mejor a uno de los nuestros.

¿Menciona tu preparación académica?

Pues, como mucha gente por allá, estudie mi Bachillerato en el Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico. Luego me aceptaron en la Escuela de las Artes de Columbia University, en Nueva York, y allí hice mi MFA en Dirección Teatral.


¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

Mi mama nos llevó al teatro desde muy pequeños a mis hermanos y a mí. Ella comenzó a estudiar luego que se divorció y aprovechó todos los descuentos que les daban a los estudiantes de la Inter. Mi recuerdo más distante es de una ópera llamada Los cuentos de Papagueno, que se presentó en el Teatro Tapia hace mil quinientos años atrás. También recuerdo que uno de mis vecinitos era el hijo de Lolyn Paz, así que me lo encontraba mucho en las obras de teatro que su madre producía.

¿Cuándo fue que realizaste que ibas a estudiar teatro?

Pues siempre lo quise hacer desde pequeño, pero como era muy tímido, nunca lo llegaba a hacer. Donde único me atrevía a pararme en un escenario era en la Iglesia Presbiteriana de Hato Rey. Y haciendo obras allí como actor, fue que perdí el miedo escénico. Yo entre a la Iupi por psicología, no por Drama. Pero en cuanto comencé a tomar las clases en Humanidades me volvió ese deseo de estudiar en el Departamento de Drama. Y no era sólo por la actuación. Tenía una fascinación inmensa con la historia y la literatura teatral. ¡No me leía ningún otro libro que no fuera una obra de teatro!

¿En qué trabajas actualmente? ¿Vives del teatro?

Desafortunadamente no vivo del teatro a tiempo completo, pero lo hago con mucha frecuencia ya que en mi trabajo me lo permiten y me apoyan 100 por ciento. Trabajo como talento en el programa mañanero de 93.1 Amor FM. Allí me toca reportar sobre farándula y sobre las artes; lo que me gusta mucho porque puedo mantener contacto con lo que pasa en el teatro por acá. Los “ratings” están muy buenos, lo que me da una estabilidad que no podría tener si estuviera haciendo teatro nada más. Además, he tenido la oportunidad de conocer muchísima gente en los medios, lo que me ayuda un montón cuando voy a hacer teatro. En ese sentido, he complementado ambas carreras y las dos trabajan la una con la otra. “I’m one lucky bastard!!”

¿Por qué decidiste irte a New York? ¿Por qué te quedaste? Cuéntanos de tus vivencias en todos estos años.

Decidí irme a Nueva York porque cuando me di cuenta de que lo que más me gustaba era dirigir, sentí que tenía que aprender mucho más de lo que se me estaba ofreciendo en Puerto Rico. Tenía opciones para ir a Londres, pero ya había probado lo que era el ambiente teatral en Nueva York (gracias al señor Lowell Fiet), y en verdad esta ciudad tiene algo que te atrapa. En ese momento era: a Nueva York, o nada. La experiencia que tuve como estudiante en Columbia fue extraordinaria para mí. Allí no sólo aprendí sobre técnicas y destrezas que eran nuevas para mí, sino que también pude ver muestras teatrales de países como Japón, Indonesia, Rusia, Rumania, Argentina, Italia, Gran Bretaña y un cojonal más. Mientras más teatro veía, más ganas me daban de seguir estudiando. Fueron los tres mejores años de mi vida. ¡Y más vale, porque los voy a estar pagando hasta que me muera! Y bueno, me quede porque conseguí trabajo, tanto en teatro como en otros medios. Tan sencillo como eso. He tenido mucha suerte.

¿Tuviste problemas para adaptarte al ambiente de allá?

Bueno, socialmente, no. Como yo entré en un ambiente universitario, se te hace más fácil adaptarte. Para lo que no estaba preparado era para la cantidad de trabajo. El programa era intensivo. Tú tomabas clases desde las 10 a.m. y no terminabas hasta después de las 5 p.m. A esa hora comenzabas a ensayar las 3 o 4 escenas que tenías que presentar en la semana. Y eso es sin contar los trabajos escritos. El día terminaba de 10 p.m. a 12 a.m., y eso era casi todos los días. Fue chocante para mí al principio, pero tienes que hacer las paces con ese estilo de vida. Un buen día te dices a ti mismo: “el trabajo no va a parar. ¿Lo tomas o lo dejas?”. Y bueno, cuando decides tomarlo, ya no te queda otra. Te adaptas porque te adaptas. Socialmente fue más fácil porque hice amigos muy rápido y la ciudad me encanta.

¿Tienes alguna anécdota relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?

Pues positivas tengo muchas anécdotas. Desde trabajar con gente talentosísima, hasta lograr cosas que siempre te habían dado vueltas en la cabeza pero que a lo mejor no pensabas que se iban a cumplir. Las negativas han sido pocas, pero te puedo mencionar, sin darte el nombre de los protagonistas (no porque sean ovejas inocentes sino porque son conocidos), que hay mucha gente latina que hace teatro en Nueva York que no quiere que tú te destaques. Quizás en la cabeza de ellos, pues, se creen que son los únicos latinos que pueden sobresalir y te ven como una amenaza. Ellos son los únicos directores latinos que trabajan con los anglos. El único dramaturgo latino que se debe representar. Tú sabes, cosas así que no tienen sentido, porque si tienes el talento y quieres ser original, o si le estás echando muchas ganas a lo que haces, entonces hay espacio para todos. Con los americanos no me ha pasado nada negativo, pero sí con los latinos. Cosa que me sorprende porque se supone que nos estemos apoyando los unos a los otros. Interesante, ¿no?

¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?

Nunca. Pero como te dije antes, he tenido mucha suerte de conseguir trabajo y oportunidades. He visto a otra gente que no ha sido tan afortunada; y en realidad si a mí me hubiera pasado lo mismo que a ellos no estaría aquí.

¿Qué proyecto atesoras y por qué?

Pues atesoro mucho la obra Vieques. Fue la primera que me dio un nombre acá. La primera que me hizo enfrentarme a muchas inseguridades que tenía. Además, Jorge González (el autor) es divino. También tuve la oportunidad de presentarla en Puerto Rico ante gente que me conoce y que están orgullosos de mis logros, así que para mí eso fue bien especial. Encima de eso, pienso que la obra quiso decir algo importante en su momento, lo que causó mucha incomodidad y provocó reacciones que nos tomaron a todos por sorpresa. ¿¿Una comedia sobre Vieques?? ¡¡Pero como va a ser!! Fue la primera vez que tuve que defender un trabajo a otro nivel que no fuera didáctico. Cuando tienes una experiencia así, donde la pieza vive, respira, tiene tentáculos, encojona a medio mundo; pues que mejor que eso, ¿no?

¿Qué piensas del teatro en Nueva York?

Pienso que estamos en un momento en que el teatro está corriendo con el olor de las fórmulas. Ni tan siquiera con la fórmula en sí. El trabajo original es bien poco. Todo es un refrito o un musical basado en una película o una reposición mal hecha. Y eso, aunque la gente no lo crea, malacostumbra al público. De vez en cuando sale un trabajo totalmente nuevo o una reposición que rompe las expectativas de la original. Pero cada vez se ve menos. Ya lo que les falta es convertir las películas de Rambo en un musical. ¡¡Por Dios!!
Pero hay trabajo muy original allá afuera también, y eso le recuerda a uno la razón por la cual uno hace lo que hace.

¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?

Pues no me atrevo a opinar. Yo no he estado allá en once años y me parece injusto opinar sobre algo que desconozco. Según lo que he escuchado de mis amigos en Puerto Rico, tengo la corazonada de que tienen el mismo problema de contenido original pero con la agravante de que por diversas razones se les hace más difícil llenar una sala. Por lo menos acá, la mierda más mierda, consigue público, no me preguntes como. Pero hay gente muy buena por allá. Gente que le gusta el teatro por lo que el teatro es; no por lo que el teatro puede hacer para ellos. “Those are the people to watch!”

Si te ofrecieran un buen presupuesto, ¿qué obra montarías?

Peer Gynt de Ibsen. Me parece alucinante. Siempre la he querido hacer. Pero con un presupuesto grande para hacer de las mentiras que dice el personaje principal, algo verdaderamente fantástico.

Cómo te visualizas de aquí a 10 años.

Pues igualito que ahora, pero millonario. No soy de planificar mucho mi futuro. Eso sí, cada oportunidad que he tenido la he aprovechado al máximo. Así que espero que dentro de 10 años esté contento y satisfecho con cualquier proyecto que me haya propuesto conquistar.

¿Qué opinas sobre el que cada vez más modelos, raperos, cantantes y demás miembros de la farándula, sin ninguna preparación histriónica, quieren incursionar en la actuación?

Pues eso depende de la persona. Si las modelos, raperos o cantantes tienen talento, que hagan lo que les de la gana. Ese talento es lo que va a determinar si la actuación es para ellos, o no. La preparación histriónica no te asegura nada, tú y yo conocemos gente que han estudiado por años y no dan pie con bola. Así que si ellos reciben oportunidades simplemente por ser lo que son, bueno, pues adelante, ellos sabrán si deben tomarlo en serio y si quieren fortalecer el talento que puedan tener. Hace poco tuve la oportunidad de trabajar con Denise Quiñones, y aunque digan que ella consigue papeles porque fue una Miss xyz, la realidad es que la chica es disciplinada, trabaja duro y es talentosa. Ella está comenzando en esto desde cero y lo ha hecho con una confianza en sí misma que no tienen otros con Magna Cum Laude. “So there!” Cada caso es distinto, así que no se puede generalizar. Sé que hay resentimiento por las oportunidades que le dan a gente que a lo mejor no se las merecen. Pero el público no es idiota. Ellos se darán cuenta de quien tiene talento y quien no.


Free Web Site Counter