10/17/2010

Ahí viene el lobo
Por Pedro Rodiz

Cuando leí la noticia me preocupé. Todo estaba en liquidación en la Librería Isla. Esa es la librería del colega José Luis Figueroa que queda anclada en el segundo piso de la calle Brumbaugh, un bloque antes del Teatro Yerbabruja. Allí no solamente se consigue una amplia variedad de libros de teatro en español sino que es la sede de la colección Leopoldo Santiago Lavandero, que publica Jose Luis con su Editorial Tiempo Nuevo. Esto es importante saberlo, porque aparte del Ateneo Puertorriqueño, es de las escasísimas editoriales que publican libros de dramaturgos puertorriqueños. Ahí radica su valor.
Así que cuando me enteré de la liquidación, pensé que cerraba operaciones, por problemas económicos, otro aliado. Me aparecí por allí el viernes pasado para preguntarle personalmente qué había sucedido. Pero todo fue producto de un truco publicitario, -Jose Luis tiene un humor un poco raro- de que quería reorganizar la librería, “porque quiero empezar de cero”, me dijo. Lo que hay es un descuento para los libros, lo cual es bueno es estos tiempos.
No vino el lobo: el local no cierra. Y su Editorial está más sólida que nunca. Ya vienen tres nuevas publicaciones. De la colección Leopoldo Santiago Lavandero, que es la colección dedicada al teatro, ya tiene once publicaciones, entre ellas todas las obras de teatro en varios volúmenes y el trabajo de poesía de Abniel Marat. También incluye Jaque al obispo y La descomposición de César Sánchez de Walter Rodríguez; 3D2 de Joselo Arroyo en la que incluye tres obras de dos actores cada una; de ahí el título. El arte en la pintura de Leo Cabranes Grant, obra ganadora de uno de los certámenes de dramaturgia del ICP; La casa sin techo, La cueva mágica y Te besaré toda la vida (Segundo premio en otro de los certámenes de dramaturgia del ICP) de José Luis Figueroa; y las Obras dramáticas inéditas de Manuel Zeno Gandía.
Después de dialogar un rato con José Luis Figueroa, de teatro por supuesto, compré dos libros de teatro con descuento, uno sobre entrevistas a dramaturgos y otro sobre dirección teatral de títeres. Salí de allí, -estaba estacionado frente a la librería-, pasé por frente al Teatro Yerbabruja, -ese espacio de resistencia me llena de mucho orgullo, vi la remodelación de la nueva plaza de Río Piedras, llena de palmas -¿por qué será?- y muchos locales vacíos. Sería tremendo apoderarnos de esos espacios vacíos y convertirlos en teatros para hacer realmente un distrito teatral independiente del gobierno.


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