08/12/2008

Audicionar

Por Pedro Rodiz

En días recientes, Coopar, realizó audiciones para seleccionar al elenco de la obra Esta noche no estoy para nadie de Juan Carlos Rubio. Estuve a cargo de las mismas ya que me toca dirigir la obra.
En Puerto Rico no tenemos una tradición para audiciones. Por lo general, el productor o el director ya tiene pensado el elenco y llama a los actores directamente. Como es un país pequeño, pues, la gente se conoce. No es necesario o por lo menos se piensa, que no es necesario hacer audiciones. Pero esto es así en el teatro porque sí se hacen muchos “casting” para anuncios de televisión. Pero eso es otro tema.
Donde consistentemente se hacen audiciones para teatro es en la universidad, sobre todo, para entrar a formar parte del grupo élite del Teatro Rodante Universitario de la UPR. Todos los egresados del Departamento de Drama tuvimos que pasar por esa experiencia. Eso es parte de la formación. Y el recuerdo que tengo de la primera vez que audicioné, es que estaba bien asustado. ¡Y lo atrevido que se es cuando se tiene 20 años! Las instrucciones decían que se tenía que hacer una escena en verso y una escena de teatro realista. Y entre las dos escena no se podía exceder los 5 minutos. Para la escena realista utilicé una de Los árboles mueren de pie de Alejandro Casona pero para la escena en verso – que a lo que se refería era a una escena del Teatro del Siglo de Oro Español- trabajé una escena de una obra costumbrista del teatro puertorriqueño: Cosas del día de Manuel Alonso Pizarro, -que no es el mismo que escribió El Gíbaro, ese fue Manuel A. Alonso-. En aquél momento lo que pensé fue que lo importante era que fuera en verso. Parece que lo hice bien porque fui seleccionado para ser partícipe de tan prestigiosa organización a pesar de no seguir instrucciones al pie de la letra. O por lo menos, me gusta pensar que fue así para subsanar el atrevimiento.
Otra audición que realicé la hice para Carmelo Santana cuando montó una versión suya de El Cid Campeador. También fui seleccionado. Así que se podría decir que me ha ido bien en las audiciones.
Por tanto, cuando la Junta de Directores de Coopar me indicó que para seleccionar a los actores y actrices de este su primer proyecto se haría a través de audiciones, me alegré mucho. Porque las audiciones es el proceso más justo para elegir un elenco. Ahí no importa ni la trayectoria ni el nombre. Lo que importa es quién es la mejor elección para el personaje. Todos compiten en igualdad de condiciones.
Hice todo lo posible por hacerla lo más justa posible. Lo primero que aclaré fue que yo no iba a probar si podían hacer el personaje. Se sobre entiende que todos los presentes que lo pueden hacer. Se les entregó a los actores y a las actrices presentes varias escenas en las que podrían probarse en varios roles. Hice varias combinaciones de actores con actrices y actrices con actrices, sopesé aspectos como edad, físico, “timing” de comedia, química, soltura, desenvolvimiento, atrevimiento, en fin, todo lo que se podía evaluar, hasta que salió el elenco. Esa misma noche le presenté mi decisión a la Junta de Directores de la cooperativa y ya estamos ensayando la obra que estrenará en septiembre.
Coopar tiene pensado hacer otras audiciones para elegir el elenco de su próxima producción. Pero esa la hará otro director. Todavía hay que afinar un poco el instrumento de audiciones. Pero se va en la dirección correcta.
Hay muchas cosas buenas cocinándose. Pero es exclusivamente para los socios de la cooperativa. Y esto es así porque algún beneficio deben tener los asociados.


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