07/23/2008

“Entonces, decidí resucitar.”
Entrevista a Anamín Santiago

Por Pedro Rodiz

¿Cuál es tú preparación académica y cuántos años llevas de carrera?

Bueno, estudié en el Colegio Bautista de Caguas desde “kinder” a cuarto año de escuela superior. Lo menciono, porque es parte del acervo que se refleja en mis interpretaciones artísticas, así como que estudié actuación, dicción y pantomima en la Academia de Ofelia D´acosta en la escuela superior hasta primer año de universidad. En ese trayecto recibí valiosos talleres teatrales a través de la Iglesia Bautista en la cual crecí. Importante reconocer esa base singular pues ya lo demás es más común, hice un BA con concentración en Drama en la Universidad de Puerto Rico, la Maestría en Artes y Religión del Seminario Evangélico de Puerto Rico y soy doctoranda del Departamento de Estudios Hispánicos de la UPR, con concentración en Literatura nacional.

¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

Mira, hace poco volví a recordar algo que no he podido solucionar, creo que es lo más remoto. Es un recuerdo recurrente en mis pensamientos en solitario, que todavía me despierta miedo, es que algo no se solucionó…. La iglesia contaba con un escenario de proscenio con todas las facilidades, se hacía mucho teatro, yo participé mucho, sobre todo con la gente cercana a mi familia, pero de muy niña, quizás antes de kindergarden, una gente de mucho dinero, que eran también de la iglesia, decidió hacer una obra de navidad, la misma pertenecía a su estilo de vida y trajeron a los hijos de sus familiares y amigos a participar en ella.

No sé por qué, pero me escogieron para participar en la obra. Quizás esa selección denota que ya había hecho otras pero yo no me acuerdo. Íbamos a ensayar a menudo, quizás los fines de semana, no estoy segura y yo siempre llegaba sin memorizar, me acordaba allí mismo que había que hacerlo y luego lo olvidaba y así sucesivamente hasta que supuestamente la protagonista enfermó y se suspendió la obra. Me da muchísima vergüenza a posteriori que yo no estudiara mis líneas y para colmo se suspendió la obra.

No me quedé satisfecha con las razones pero sí recuerdo librarme de un gran peso por lo del libreto que no me aprendí y a su vez quedarme con un susto muy allá dentro y eso es lo que no he solucionado. Te cuento.

Es que yo siempre estaba asustada en los ensayos porque además de no saber mis líneas, era gente de dinero, eran diferentes a papi y mami, delgados, blancos, más altos, pelos lacios…. llevaban para ensayar una muñeca de ojos azules que parecían reales, de risos perfectos, ropa de encajes y eso me asustaba también, me daba miedo… hasta que un día a la muñeca se le salió un ojo y la protagonista empezó a llorar y todo se detuvo, yo no entendía bien el por qué del escándalo, dado que mis muñecas andaban todas mutiladas y felices. Incluso recuerdo que la directora, que era amiga de la madre de la protagonista se preocupó muchísimo también, porque la muñeca no era de la muchacha sino de su madre, algo así como de colección, así fue como surgió una preocupación general, como si alguien hubiera muerto, todo se puso lúgubre…. no se pudo ensayar más. Luego vinieron con la suspensión de la obra porque la protagonista había enfermado…

Quien sabe si el dichoso ojo azul de la muñeca fue la causa… escribir esto me ha ayudado a solucionar este recuerdo incómodo… sí, ahora entiendo, parece que la muñequita ciertamente era cara y por allá hubo dos adultas que se dejaron de hablar, por lo tanto ya no había protagonista, se crea el cuento de la enfermedad, se suspende la obra y yo… acabo de librarme del poder de este mal recuerdo sobre mí, apropiándome de él. Ahora me siento capaz de no sentir bochorno cuando esas caras regresen, al fin y al cabo puedo memorizar, vivo de eso y me he reinvindicado…. Nunca voy a montar una obra con una muñeca cara de ojos azules que se caen.

¿Cuándo fue que realizaste que ibas a dedicarte al teatro?

En la terrible soledad de mis doce años. Estaba en mi cuarto llorando –qué mucho llanto oculto almacenó ese cuarto- bueno y pensé que mi hermano estaba ya con su vida solucionada pues era músico y mi hermana también pues sería costurera. Yo me decía que lo único que realmente me interesaba era la actuación, lo veía como un problema pues significaba un salto a lo desconocido, pensaba que los artistas eran ricos y ricas y que yo por ser muy pobre podría se rechazada, pero que no tenía otra alternativa pues nada más me gustaba. Así que asumí esa carga con dolor.
¿En qué trabajas actualmente? ¿Vives del teatro?

Sí, vivo del arte. Mi entrada económica mayor es como actriz, luego como comunicadora creativa y escritora. Hace tiempo como facilitadora de talleres, ahora ya no los cobro.

Aparte de actuar, ¿tienes otras habilidades?

Escribo, bailo, canto, me gusta estudiar e investigar. También dirijo y produzco. He estado sumergida en el deporte, primero como volibolista y jugadora de balompié y ahora como artista marcial. Pero todo apunta al arte.

¿Has escrito alguna obra de teatro?

Sí, ya son varias. En la década del 90, estrené Ritual imposible y el Congreso de las madres. En el 2002 estrené El día nacional de la viudez que el equipo de producción retituló Deseo Criminal. En el 2003 estrené Gozartívate con Sara Goza, idea y libreto original de José Agosto y adaptación de esta servidora. En el 2004 Farsa: identidad. En el 2007 Madness Night. También ese año estrené Carne, escrita por César Paredes sobre una idea original mía y revisada por mí. Pensé que la escasez de tiempo no me iba a permitir escribirla, temí dañarla, así que le pedí al compañero Paredes que lo hiciera y aceptó. La revisamos y estrenó en el 2007.

Por ahí vienen Hipatia o la educación y una pieza sobre el bolero.

Sí no estuvieses involucrada en alguna actividad teatral, ¿qué serías o qué harías?

Teóloga. (aunque todos y todas lo somos).

¿Tienes alguna anécdota relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?

Como pasa con todas las personas involucradas en las artes escénicas, tengo un sin número de anécdotas. Te cuento la más reciente. La CONAPU, es decir la Confederación nacional de organizaciones de profesores universitarios (UPR), me pidió un performance en apoyo a una protesta en el Capitolio, con motivo de la presentación del presupuesto de la UPR por el Presidente de la Universidad. Me pidieron que me vistiera de batata en alusión directa a la poca productividad de la administración de la UPR, no obstante a lo mucho que gastan.

Bueno, allá voy donde mami y papi, arreglamos los zancos, reciclamos tela y embelecos y aparecí aquel martes de junio 2008 frente al capitolio vestida de batata (saco, peluca, zancos, letrerito). No me dejaron entrar a la vista, por supuesto, pero sirvió para hacer un bonche llamativo, entre profesores y pancartas, cuando los periodistas llegaron a cubrir la protesta.

Luego, los profesores entraron a la vista y yo me quedé de batata afuera esperando. Pasó bastante tiempo pero yo mantuve mi performance de “batata solitaria… digo solidaria” con cartelito y todo en el área. En eso llegó la representante Albita Rivera, a quien había entrevistado varias veces para Anda Pal’ Cará. Siempre fue muy accesible y agradable. La saludo de lejos y le digo en confianza: “Hola Albita, soy yo Anamín es que estoy vestida de batata…” y me viró la cara. Parece que creyó que estaba criticando a la legislatura y no me dio “break” pá´ aclararle que ese día me refería a otro batatal y no a ellos. ( ¿Pero que se cree, que ellos son las únicas batatas de este País? )

¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?

Sí, una ruptura amorosa. Pensé estudiar terapia teatral o algó así, ya no me acuerdo.

¿Cómo te visualizas de aquí a 10 años?

Feliz, de paso, realizando varios proyectos de teatro, cine e investigación que me saboreo de sólo pensarlos.

¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?

Bueno, es una actividad constante. Algunas personas piensan que no porque se refieren al que ocurre en los teatros grandes y oficiales subvencionados por el Estado. ¡¡¡Y a mí el Estado que se joda!!! Si no administran bien pues nos dan más motivos para entrar en el escenario y hacerles la protesta. El teatro se hizo para joder a los poderes, para desequilibrarlos, pa´ mover la cosa entre la gente. Ese es el que me formó y el que me alimenta. Y estoy muy agradecida porque ese teatro está más activa’o que nunca en los teatros pequeños a punto de cerrar, en las barras, en las iglesias, en las marquesinas. Esa es mi opinión sobre nuestro teatro, que es uno que por fin se reconoce como imposible por el Estado pero perpetuado por las crisis, que gracias a Dios somos sensibles a ellas y crecemos y somos por ellas.

¿Qué piensas de la dramaturgia puertorriqueña?

Que es mucha, múltiple y diversa. Que lo que se produce en el Norte es diferente a la del Este, Sur y Oeste, no obstante, a ser una isla de corta extensión territorial. Que no se ha explorado esa diversidad y tendencias. Nuestra dramaturgia se ríe de los intentos monolíticos de aprisionarla. Es una muchacha que se escapa de cada brazo que intenta empujarla contra una esquina pequeña. Nuestra dramaturgia es esa muchacha vestida de traje juguetón que corre y ríe por las cloacas de la ciudad lo mismo que por el fango y piedra de la ruralía. Va descalza y no le duele. Ella es más fuerte, maleable y magnánima que todos los intentos antidemocráticos y excluyentes de hurtarla.
¿Qué proyecto atesoras y por qué?

La presentación del libro The Gospel to the Calypsonians. Es del teólogo y amigo Eliseo Pérez. Él fue clave en mi maestría. Su libro se compone de homilías sencillas que sacuden como un maremoto caribeño. Me pidió que se lo presentara, le dije que no, que prefería ejecutar un performance. Adapté mi pieza Elegía al Caribe o mataron a Lola lo lamento con padrenuestros en creole francés, papiamento y uno escrito por Erick Miletti para nuestra actualidad. Me acompañó como músico Julio Vargas. Me vestí con mi vestuario de África, el que usaba cuando trabajé con Igor Xavier y su batá, incluyó baile y canto, una buena zambumbia afro-indígena-española, en honor a la diversidad religiosa de nuestras antillas.

¿Cómo es tu proceso creativo para prepararte para actuar una obra?

En la actualidad empieza por cuidar el espacio y atmósfera de trabajo. Por fin he aceptado que no puedo trabajar con gente que esté más pendiente a uno que a su propio trabajo. Así que he eliminado de mi trabajo dejarme joder. También incluyo comunicarme mejor, eso es importantísimo. Que el director o directora no se amedrente porque he venido a trabajar (hay gente que eso les asusta y prefieren los medios posillos, a mi eso no me divierte, me asusta mucho).

Si se aceptan todas mis propuestas también me preocupa y tampoco me divierte. No es que proponga el susto como resorte para mi trabajo, es que la intuición primera de los actores y actrices es sólo el comienzo de esa cosa hermosa que es la obra de arte, sea cine, teatro o tv, incluso radio. Así que las aportaciones de todas partes son necesarias.

En cuanto a lo demás, yo me acoplo. Me divierte la variedad de búsquedas, siempre y cuando no se pierda el tiempo. Regularmente se empieza por el texto, pero también participo en procesos que parten de improvisaciones sobre temas. Me gustan los procesos semi largos, ni cortos (le huyo al atropello) ni largos, que son muy buenos pero requieren artistas que sean concientes del daño que la colonia hace a sus mentalidades. Me explico, si el proceso es largo dejan la memorización para última hora.

Últimamente he recuperado el uso de la música para entrar en personaje. Ayuda mucho para el cine. Pero nada mejor que la atmósfera de trabajo para lograrlo.

En síntesis, disciplina, escuchar, memorizar, quedarse o saberse ir a tiempo, opinar, retractarse, leer, pensar mucho en el personaje y moverse. Los personajes se preparan en acción, se piensan para poder actuar o se actúan para poder captarlos. Y sobretodo la atmósfera de trabajo… lo demás es disciplina.

Paralelo al teatro, has estado muy activa en la religión, ¿cómo ha sido el proceso? ¿Te ha traído problemas?

Nunca hice diferencia entre ideología y teatro, ni entre religión y política. Los dualismos no me quedan. Me sale natural la integración. Así que el proceso ha sido el ya vivido por otros y otras, cuando la expresión artística intra-muros o extra-muros de la iglesia coincide con el poder no hay problemas cuando rompe con la mentalidad imperante, te persiguen hasta quitarte la vida. Así ha sido. Entonces, decidí resucitar.


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