02/03/2008

El cangrejero mayor
Entrevista a Manolo Castro, el actor que interpretará el “Stand-up Comedy” titulado La circuncisión.

Por Pedro Rodiz



¿Cuál es tú preparación académica y cuántos años llevas de carrera?

Me gradué en el 1996 de la UPR Río Piedras con un bachillerato en Humanidades con concentración en Drama. Mi carrera comenzó en el 1991, por tanto, son 17 años.

¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

Tengo tres. El primero es de La cenicienta, que mi madre nos llevó a mis hermanas y a mí un domingo en la tarde. Recuerdo saludar al personaje al final de la obra. El segundo es Nuestro Teatro y sus temporadas con sus obras Con el agua hasta el cuello, Miss Piña Colada, Dito, tan bueno que era, Ay papi yo quiero un carro, Esperando la Guagua, Llegó Papo de New York, etc. Y el tercero fue cuando vi Les Miserables en N.Y. en mi cumpleaños número 20.

¿Cuándo fue que realizaste que ibas a estudiar teatro?

Cuando terminé de ver Les Miserables. Salí del teatro pensando: “Eso es lo yo quiero hacer el resto de mi vida”. Quería lograr transmitir la magia que me habían transmitido esa noche. Por eso entré al Departamento de Drama. Yo había sentido el deseo de actuar, soy un fanático del cine de toda la vida, pero nunca lo había tomado en serio, hasta ese momento.
¿En qué trabajas actualmente? ¿Vives del teatro?

Actualmente soy Técnico de Luces del Teatro Luis M. Arcelay de Caguas, maestro de teatro en los Talleres de Bellas Artes del mismo municipio, locutor junto a Desiree Lowry del Top 20 Countdown de KQ105. Yo puedo decir que sí vivo del teatro, y a veces, dentro del teatro.

Aparte de actuar, ¿tienes otras habilidades?

Me encanta hacer voces, por que es otra cosa. Tiene que ver con la mayor imaginación posible ya que todo es mental. También, tengo habilidad para la dirección escénica y el “coaching” a actores.

¿Has escrito alguna obra de teatro?

He comenzado como 6 o 7 pero sólo terminé una: A quien pueda interesar.

Sí no estuvieses involucrado en alguna actividad teatral, ¿qué serías o qué harías?

Creo que estaría en el campo de ganadero con mi familia o de maestro en Culebra o Vieques. Podría ser cualquier cosa menos guardia de peaje.

¿Tienes alguna anécdota relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?

Tengo muchas. Una es la cantidad de gente que uno conoce, otra fue las veces que fui a escuelas a presentar obras, cuando fui a la cárcel a hacer teatro, etc. Una de las más importantes fue actuando en la pieza En la ardiente oscuridad. Yo no sabía que mi papá estaba en la función. Cuando terminó el fue a donde mí, se notaba que había estado llorando, y me abrazó. Eso fue lindo.

¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?

Cada vez que pagan y veo el cheque o cuando no pagan, me acuerdo de que mí madre me decía que estudiara leyes o medicina. A veces pienso que debí hacerle caso. Pero luego me doy cuenta que en esas profesiones tendría mas dinero pero no sería tan feliz.

¿Cómo te visualizas de aquí a 10 años?

Espero que haciendo lo mismo y un poco más de teatro.

¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?

Creo que es un teatro único. No sé si en otros lados se trabajan tantas obras al año como aquí. Nuestro teatro tiene una identidad que debe seguir fortaleciéndoce y debe seguir saliendo a probarse en otros países. Nutrirse de otras vertientes, no esconderse o cambiarse según el país que nos reciba.

¿Qué proyecto atesoras y por qué?

Varios. Maestra vida, basado en la música de Rubén Blades, el cual adapté y dirigí con mis estudiantes en el 1999 y 2000. Las chicas del 8-C también con mis estudiantes. Ambos proyectos fueron grandes retos donde tuve que poner en práctica lo que había aprendido en el Departamento de Drama y la satisfacción fue enorme. Estos proyectos me ayudaron para luego poder dirigir Los Huelguistas en el 2005 que me encantó.

¿Cómo es tu proceso creativo para prepararte para interpretar a un personaje?

Depende del personaje. Hay personajes que tú los dominas fácil con tu propia experiencia o suficiente experiencia adquirida a través del tiempo. Cada personaje es como un caballo que montas para una carrera. La gente sabe que el “jockey” está ahí y es el que hace ganar o perder al caballo, pero al final ambos tienen que correr como uno solo y el nombre que se escucha cuando ganan es el del caballo. Hay algunos personajes que son ajenos totalmente a mi realidad, esos son los que me gustan. El mejor ejemplo para mi fue El callejón de los cuernos. El personaje de Marco es uno muy violento y muy distinto a mí. Por más que trataba y me entregaba y ensayaba, el director (Vicente Castro) me decía que no lo tenía todavía. Entonces, le di otra cosa que no era natural en mí: un recorte bien bajito, me afeite casi la cabeza y desde el momento en que me vi en el espejo, el personaje empezó a fluir. Lo difícil fue salir de él luego de las funciones. Estuve un tiempo con cosas y formas de pensar del personaje. Fue muy gratificante pero un poco peligroso.


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