01/31/2008

Reinventarse

Por Pedro Rodiz

“La pregunta es ¿de dónde habrán de salir los recursos? El Gobierno –nuestro maltrecho, quebrado, inepto y desprestigiado Gobierno- no es la respuesta. Es hora de reinventarse” Mario Alegre Barrios


He leído con detenimiento el reportaje investigativo, dividido en cinco partes, que realizó Amber Lee Vélez Burr para el periódico El Nuevo Día. Los mismos hacen referencia a la actividad cultural del País, en específico al manejo de los teatros. Se le preguntó a varias personas, todas ligadas de una manera u otra a la administración de diferentes teatros del patio, sobre cuáles eran las dificultades mayores que incurrían al mantener abiertos estos espacios. Y se puede llegar a una conclusión: que es grave la dependencia que se tiene del Gobierno para resolver los problemas artístico-culturales. También le añadiría la incapacidad de nuestros dirigentes de proponer nuevas ideas que no sea el mantengo, y de nuestra inacción para buscar alternativas fuera de la maldita dependencia a la teta gubernamental. Claro, es más cómodo sentarse a esperar que las diferentes entidades gubernamentales nos resuelvan los problemas.
Paralelo a esto, se suscitó una manifestación para exigirle al Gobierno, en especial a los legisladores, que se le otorgara unos 500 mil dólares adicionales para poder operar el Museo de Arte Contemporáneo que alberga la antigua escuela Rafael M. Labra. ¿Yo no puedo entender cómo una entidad, que si mal no recuerdo, estaba anclada dentro de las facilidades de la Universidad del Sagrado Corazón, que le otorgaron las recién remodeladas facilidades de la Labra para que mudaran su museo, le dan un presupuesto de $500,000 y no les da? Al parecer la legislatura está a punto de resolverles el problema, ya hay unos compromisos para conseguirles el dinero. Nunca fue más pertinente el refrán: “el que no grita, no mama” Bien por ellos que consiguieron lo que buscaban. Resuelto su problema. No me malinterpreten, el MAC debe permanecer abierto a como de lugar. El dinero tiene que aparecer. Lo que piden es maní comparado con el despilfarro que tiene el Gobierno todos los días. Y es mucho el bien que hacen. Ese no es el punto.
Las aportaciones económicas del Gobierno son necesarias, pero ¿deben ser las únicas? Y si la Legislatura no les otorga el dinero ¿qué van a hacer? ¿De verdad que van cerrar?
Los que aún no hemos resuelto los problemas somos los teatristas. Del reportaje investigativo de Amber Lee, se desprende que el Instituto de Cultura Puertorriqueña tiene a su cargo cuatro teatros: El Victoria Espinosa, el Francisco Arriví, el Lucy Boscana y el Corralón de San José. Según reaccionaron las personas encargadas, el problema radica en los escasos fondos disponibles con que cuenta el ICP para manejar y mantener estos teatros. Así que me puse a pensar, que mientras esos espacios y muchos otros alrededor de la Isla estén en manos del Gobierno central o de los municipios, es poco lo que mejorará la situación.
Propongo lo siguiente con un espacio como el Corralón de San José o como el teatro Lucy Boscana. Si es un problema mantenerlos, pues por qué no buscar, por ejemplo, a seis compañías o grupos de teatro, por aquello de dar un número, que se encarguen de esos espacios – me refiero a seis compañías o grupos por teatro. Así cada compañía tendría, como mínimo porque ellos podrían repartirse las fechas como mejor les convenga, dos meses al año para presentar sus propuestas. El espacio seguiría siendo del ICP, éstos no les cobrarían renta por esos teatros, pero los grupos o compañías teatrales estaría a cargo de mantenerlos en buenas condiciones, también se encargarían de pagar el agua y la luz. Al cabo de un año, agentes del ICP, harían una inspección ocular, y si todo está en orden, se les renueva el contrato por otro año adicional. Sí, porque el contrato sería de año a año. Si uno de las compañías o grupos decide retirarse o incumple con los acuerdos previamente acordados, pues se le sustituye por otra.
Se le brindaría la oportunidad a las compañías teatrales el poder hacer teatro ininterrumpidamente sin tener que preocuparse por buscar un espacio donde ensayar o donde presentar. Con el continuo flujo de proyectos, ayudaría a calentar el lugar, dejando ganancias necesarias para que sigan experimentando. Además de que se generarían muchos empleos directos e indirectos.
El ICP gana porque no tiene que preocuparse por desangrar su presupuesto para el mantenimiento de esos espacios, ni tiene que ceder la custodia de los mismos a nadie. Las compañías o grupos se beneficiarían porque tendrían un espacio fijo, por tanto, redundaría en mejores propuestas artísticas. Así que todos ganan. ¿O es que prefieren que esos teatros se conviertan en estorbos públicos?
Lo mismo se podría hacer con los teatros municipales. Lo importante es dárselos a los artistas para que hagan lo que saben hacer. Esa es la labor del gobierno: la de facilitar, no la de controlar.
Un buen ejemplo para ilustrar lo que digo es las maravillas que ha hecho Aravind Enrique Adyanthaya en San Germán con una casona que perteneció a su familia. Para muestra, con un botón basta.


Free Web Site Counter