05/29/2007

Se buscan ideas

Por Pedro Rodiz

Quiero reaccionar a unos comentarios que hizo el compañero Javier del Valle en la reseña de la última obra del Festival de Teatro Puertorriqueño: Tú, mi pasión. La que describió como un montaje multidisciplinario. Y quiero reaccionar porque concuerdo con él. (Es raro esto de concordar con un crítico de teatro). En el párrafo final de su reseña, que salió publicada en el periódico El Vocero el 29 de mayo de 2007, manifestó lo siguiente:

“A dos años de celebrar cincuenta ediciones del Festival de Teatro Puertorriqueño, el ICP debe considerar dar mejor trato al desarrollo de la escena nacional. Muy poco hubiera costado añadir a esta celebración anual charlas, foros, conferencias o mesas redondas para discutir temas que abonen a la calidad de los gestores del teatro en Puerto Rico. Un poco de imaginación y compromiso ayudarían a no ver el bochornoso espectáculo de salas vacías en estos festivales”.

No quise reaccionar al Festival antes porque, como participaba en él como director de una obra, me parecía de mal gusto, y hasta quizás, pude tener un posible conflicto de interés, hacer expresiones sobre el mismo. Pero ya el Festival acabó. Por lo que representa, por lo que nos importa, por lo que debería ser y no es, hay que hablar del mismo. Así que escribo estas líneas con la intención de motivar una discusión pública, sana y de altura sobre el particular.

Primero, el Programa de Teatro y Danza todavía carece de un director(a) en propiedad. No sé ni el nombre del Director Interino. Digo, lo escuché, pero no lo recuerdo. Pero de teatro no es. Es un administrador. ¿Qué esperan para nombrar a un director en propiedad? ¿Quiénes componen la Junta de Asesores? ¿Alguien lo sabe?

El Festival consistió de una obra de teatro, que ganó el segundo lugar en el Certamen de Dramaturgia. ¿Qué pasó con la que ganó el primer lugar? El rumor que escuché, porque pregunté por ahí, es que ninguna compañía había querido montarla. ¿A qué compañías convocaron? A mí no me llamaron.

Supongamos que así pasó, que no consiguieron quién montara el obra ganadora, ¿por qué no montaron la que quedó en tercer lugar? Fue una obra de Carlos Canales, no recuerdo el título –maldita memoria-. O por qué no darle la oportunidad a la que le dieron una Mención de Honor, la obra de Eugenio Monclova, que para colmo, ya la habían premiado en un certamen de prestigio internacional, en el Certamen de Casa de las Américas. Allá gana y aquí le dan una simple mención. Incomprensible.

Las otras propuestas del Festival fueron un refrito de La farsa del amor compradito, de Luis Rafael Sánchez, obra que la habían re-re-re-re-re-re estrenado meses antes en la Universidad del Sagrado Corazón; dos propuestas de danzas, una de Andanza y otra de Awilda Sterling; una obra surrealista-postmodernista: El piano; y el proyecto multidisciplinario Tú, mi pasión. Es decir, ¿tres obras de teatro, dos de danza y un híbrido hacen un festival? ¿Qué pasó con las propuestas que se sometieron? ¿Qué hicieron con las obras que no ganaron en el Certamen de Dramaturgia? ¿Entraron al Twilight Zone?

Y aquí es que comparto el comentario de Javier del Valle, que además de lo anterior, ¿dónde quedaron todos los eventos que corren paralelos a los festivales? ¿Cuánto cuesta hacer eso? Si es un festival sobre el teatro puertorriqueño, todo debería girar en torno al teatro puertorriqueño, (la entrelínea es que debería girar en torno a la dramaturgia nacional). Y que me disculpen mis colegas de la danza, que no tienen la culpa que les hayan espetado la coordinación de su programa al de teatro. Ellos deberían tener su propia oficina, con personal especializado y con su propio presupuesto. Es más, deberían tener su propio festival, ya que ICP, que tiene la administración del Francisco Arriví, gran parte de año no lo usa.

No todo es dinero. En Caguas hacen un festival de teatro y lo que dan son mil dólares, incluye el teatro gratis y también aportan los técnicos. Es más, Rafael Rojas ya va para su segunda edición del Festival Gay, y lo hace sin dinero. También el Festival del Ateneo Puertorriqueño corre con un presupuesto ridículo. Lo que falta, lamentablemente, son las tres i: ideas, imaginación e iniciativa. Porque dinero hay.

Me molesta tener que hacer señalamientos de lo que debería ser nuestra máxima expresión artística-teatral-cultural. Están a tiempo para mejorarlo, lo digo con el corazón -aunque suene clichoso- por el bien de todos.

Los del ICP deberían enfilar sus esfuerzos hacia la dramaturgia nacional. Se está escribiendo mucho y bueno. Lo que pasa es que uno se cansa de moler vidrio con el pecho. Sin ayuda, llega el momento en que uno se harta. Ahora que van a inaugurar el Teatro Victoria Espinosa, sería un buen momento para que se utilizara para obras nuevas. ¡Qué mejor homenaje para Vicky que el que se le dé trato preferencial a nuestra dramaturgia nacional para que se desarrolle a su máxima expresión como ocurre en otras partes del mundo!


Free Web Site Counter