05/22/2007

La alfombra de roja
Por Pedro Rodiz

No asistí a la invitación que hizo Luis Enrique Romero a que desfiláramos por la alfombra roja de los desplazados. No porque no valore el esfuerzo de Quique, creo que fue por apatía. He visto tantas marchas, concentraciones, manifestaciones que me parecen un ejercicio de futilidad. Quizás es que me estoy volviendo cínico y no me atrevo a confesarlo. A lo mejor es cobardía, no lo sé. O peor aún, que tengo el virus del colonizado.
El domingo prendí el televisor a la hora de la convocatoria. Univisión estaba transmitiendo el evento. Toda la algarabía de las reporteras –se veían patéticas tratando de animar algo que a todas luces se notaba que les importaba un carajo- era porque se presentaba la final de Objetivo Fama. Ese es un programa de mierda, que es una copia de la copia de la copia que se inventaron en España: Operación Triunfo.
Aquí en Puerto Rico esa cosa, que acaparó titulares en las noticias y en los periódicos, intentaba llenar de ilusión a los ilusos que sueñan con la fama.
El esfuerzo que hace Luis Enrique es digno de admirar. Una vez, en una asamblea de Coopar, dijo por qué lo hacía. Mencionó que lo hacía por principios, que sabía que esa acción implicaría que no le dieran más trabajo. Pero que no le importaba. Que la dignidad no se vende. Que sus hijos le inspiraban la valentía de seguir ¡Qué valor! Desde ese día lo vi de una manera distinta. Ese día se ganó mi respeto, que es el más alto calificativo que le puedo dar a una persona.
No sé cuán efectivo sea ese tipo de protesta. De hecho, me parece irónico que nuestro héroe nacional, aquél que se trepa donde tenga que treparse, desde la Estatua de la Libertad hasta el muro que construyen los israelitas y que se ha convertido en el muro de las lamentaciones de los palestinos, nuestro único e incomparable Tito Kayak, salió en la prensa molesto porque no consiguió boletos para esa gala. ¡Y yo que pensé que estaba incómodo porque no había conseguido la grúa en la que se iba a trepar para respaldar a Quique!
El problema con protestar contra ese canal es que habría que protestar contra todos los canales, ya que TODOS han desplazado al talento local. La problemática con hacerlo es que los que reciben el aguacero son los trabajadores puertorriqueños de esas emisoras que son los que dan la cara. Que entienden la situación pero que callan porque también tienen hijos que mantener.
Los dueños de esos canales no viven aquí. No estoy seguro si el mensaje está llegando ya que no vi nada reseñado ni en los periódicos ni en las noticias televisadas de ese acto de protesta. Lo que sí vi, con náuseas por cierto, fueron los titulares de la conclusión de ese evento de mierda.
Así que deberíamos ir a las empresas matrices de las emisoras televisivas. Llevarnos a Tito Kayak, que sí sabe cómo llamar la atención de los medios, para llevar un mensaje.
Espero que Quique no se moleste conmigo por la sinceridad, ni piense que soy sarcástico con él. Todo lo contrario. Estoy convencido que se puede hacer más desde la Cooperativa que preside, que desde la alfombra de mierda de Univisión. ¡Que se queden con el Centro de Bellas Artes de Guaynabo! ¡Que se lo metan por el culo! No lo necesitamos. Acuérdense que teatro es el sitio que elegimos para hacer nuestras obras. Así sea debajo de un árbol. Vamos a crear nuestros propios espacios y vamos a emplearnos nosotros mismo. Que nuestro objetivo sea el triunfo.


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