07/27/2009

Entrevista a Ingrid Baldera
Por Pedro Rodiz

¿Cuál es tu preparación académica?

Tengo un Bachillerato en Educación en Teatro de la Universidad de
Puerto Rico en Río Piedras y una Maestría en Educación en Teatro en
la Universidad del Turabo en Gurabo.

¿Desde cuándo eres maestra de teatro y en dónde has enseñado?

Soy maestra de teatro desde el año 2000 en el Departamento de Educación Pública.

¿Qué nivel enseñas?

Desde que inicié, enseño en el nivel Elemental.

¿Cuántas clases das al día y cuántos estudiantes tienes en tus grupos?

Debo atender cinco grupos al día. Se supone que reúna a cuatro grupos regulares, y de la Organización Escolar proveerlo, un quinto grupo que el Departamento de Educación nombra “Talentoso”. Éstos son estudiantes seleccionados por su talento. Pero casi nunca este grupo “Talentoso” es posible tenerlo. Los grupos regulares tienen un promedio de 25 a 30 estudiantes. El grupo “Talentoso” puede tener la cantidad de estudiantes que cumplan con los requisitos que se estipule para su ingreso, aunque a veces hay que dividir el grupo con otro maestro y debe ser de forma equitativa ya que si no, lo consideran como una injusticia o que me quiero pasar de lista seleccionando menos estudiantes. Por lo que no siempre tienes estudiantes realmente con talento, sino que hay que tener un grupo.

¿Tienes salón propio y apropiado para las clases que das?

Nunca he tenido salón propio y menos apropiado para la clase que enseño. Cuando inicié en el magisterio -llevo nueve años en la misma escuela- tenía que cargar con mis materiales, libros, etc. en mi carro. Preparaba mis clases en el patio, en la “Sala de Facultad” o en casa. Hoy día comparto la mitad de un salón con tres maestros.
Para dar mis clases debo moverme al Salón Hogar del grupo que atenderé. Esto, con 50 minutos de clase que debo dividir entre el plan del día y acomodar antes y después el salón para su uso y posteriormente, dejarlo como al maestro de Salón Hogar le gusta tenerlo.

¿Por qué eres maestra?

Siempre quise ser maestra. Desde niña, esto suena a cliché pero es cierto, jugaba a que era la maestra y mis hermanos los estudiantes. También me gusta el Teatro, y como es lógico, al combinar ambas cosas, tienes una profesión de la cual vivir a la vez que haces algo que te gusta. La labor como maestra es muy importante para mí. Soy el medio por el cual los niños conocerán el teatro y sus maravillosas virtudes; eso me hace muy feliz. A pesar de muchas cosas, ser maestra de teatro me permite hacer feliz a otros y eso es grandioso.

¿Pensaste renunciar?

Semanalmente pienso en eso. Aunque me guste enseñar y adoro trabajar con niños, pensar en renunciar es inevitable cada vez que te sientes frustrado, ignorado u olvidado por el patrono. Cuando sientes que siembras en terreno infértil y te toca de cerca la crisis social que te llega a través de la conducta, problemas y actitudes de los estudiantes y padres. Sin olvidar los problemas que enfrento con compañeros de otras materias.

¿Cuál es el problema mayor con que te encuentras en la escuela?

Fíjate, con los problemas de compañeros, padres y estudiantes se puede trabajar y hasta modificar conducta, pero lo que no tiene remedio -y no es una actitud pesimista o derrotista- es la falta de apoyo e interés del Departamento de Educación para el Programa de Bellas Artes en las escuelas del País.

¿Recibes apoyo del Departamento de Educación?

Bueno, no el apoyo que necesito y necesitamos todos los maestros, especialmente los de Bellas Artes.

¿Cómo los demás maestros de la escuela perciben tus clases?

Creo que los compañeros de trabajo perciben la clase como si no fuera importante. Te cuento una de las peores experiencias que he tenido en mis nueve años de trabajo. Estaba en el tema de expresión oral y los estudiantes decían un trabalenguas con diferentes intenciones. De momento, y sin pedir permiso, la maestra del grupo entró al salón acompañada de un padre y comenzaron a taladrar en una pared del salón para instalar un abanico. Yo detuve la clase y me fui. Esa experiencia me demuestra como perciben la clase. Durante todo el tiempo que llevo en la escuela en que trabajo he procurado darme a respetar y estoy segura que todos saben que soy una profesional preparada, responsable y dedicada, pero no creo que halla cambiado la percepción que tienen sobre mi clase.

¿Por qué es importante el teatro en esos primeros grados?

Es en estos primeros años que los niños aprenden que las artes son divertidas y que participan gustosos de esas primeras experiencias. En estos primeros grados, a través del teatro, los niños aprenden a desarrollar su imaginación, creatividad y confianza. El teatro crea un escenario para que el niño juegue, se divierta y se sensibilice hacia las expresiones del arte, ya que el teatro los acerca a otras expresiones artísticas.

Los problemas que enfrentas día a día, ¿son los mismos que enfrentan otros colegas o tu situación es un caso aislado?

Son los mismos. La falta de apoyo del patrono y la incomprensión de los compañeros de trabajo. No es una situación exclusiva de los maestros de teatro es un problema que enfrentamos todos los maestros de Bellas Artes en el sistema público. Es un problema que trasciende a los maestros. ¿Cómo se sostiene un programa que ni siquiera el mismo Departamento de Educación respeta ni apoya? Creo que por la valentía y persistencia de los maestros. Nosotros mismos nos damos apoyo y cada uno se encarga de mantener vivo el entusiasmo por lo que hace, y sobre todo, mantener el entusiasmo de quienes reciben nuestras clases.

A tu juicio, ¿cuál es futuro que le depara a las clases de teatro en el sistema de Educación Pública?

Es un poco complicado predecir el futuro del Teatro Escolar, pero no creo que las cosas cambien solas. Puede que continúe siendo difícil ser maestro de teatro en el futuro. Hace unos cuatro o cinco años se han estado haciendo gestiones en la Legislatura para darle fuerza de ley a las clases de Bellas Artes en el sistema público, pero no hemos logrado nada. Los legisladores alegan que el Departamento de Educación no tiene fondos suficientes para sostener un programa obligatorio de arte, ya que para cumplir con algo así, tendrían que contratar maestros y para eso no hay fondos. El Estado ha hablado sobre las bondades de la educación del arte para el desarrollo de los niños y el fortalecimiento de la cultura, pero no respaldan sus palabras con acciones, por lo que no le veo mejoras a nuestra situación.

Si estuviera en tus manos, ¿qué harías para mejorar el Programa de Teatro en tu escuela?

Los estudiantes se merecen un programa que les provea lo necesario para recibir todo lo que se les puede dar. Un ambiente apropiado y materiales necesarios para que cada estudiante pueda estudiar y aprender destrezas importantes que se desarrollan a través del teatro.

Si estuviera en tus manos, ¿qué harías para mejorar el Programa de Teatro a nivel del Departamento de Educación?

Ya es tiempo de darle su lugar a un programa que desde 1961 le está sirviendo bien a la sociedad puertorriqueña. El Programa de Teatro, y todas las Bellas Artes, deben ser obligatorias para los tres niveles de la educación de nuestros muchachos. Hay que asignar fondos para reclutar más maestros y proveer los materiales que son importantes para cada disciplina. El sistema de educación pública cuenta con los maestros de Bellas Artes más preparados. Tiene a los maestros de arte más entregados y con el mayor entusiasmo por su trabajo. Eso hay que reconocerlo y aprovecharlo, para mejorar la educación pública de las artes.


Free Web Site Counter