03/20/2008

Rutinita

De Pedro Rodiz

Somos seres de rutinas. Para todo las hacemos: para comer, para dormir, para trabajar, para vivir. Esas rutinas, en ocasiones, se vuelven rituales. No nos hemos podido despegar del ritual, que es una experiencia primitiva, heredada de los primeros pobladores.
Decidí empezar a caminar por las mañanas durante una hora. Me levanto a las 5 de la mañana junto a mi esposa, –sí porque hacerlo solo es difícil y aburrido, acompañado es más pasable- me pongo mi ropa inapropiada para estos menesteres y caminamos por el estacionamiento del complejo de apartamentos donde vivimos, que por lo pequeño, se me antoja pensar que estoy dentro de los corralones donde se hacía el teatro del Siglo de Oro español. Vamos a ver cuánto me dura el empuje, no tanto por la caminata sino por el tanto madrugar.
Lo hacemos a esa hora porque el saltimbanqui está dormido; con él despierto, es muy poco lo que se puede hacer. Lo empecé a hacer porque decidí volver a actuar en una obra que estoy escribiendo con Freddy Acevedo. Y no quiero verme como un barraco en escena. No quiero que me pase como algunos actores, que con el pasar del tiempo se descuidan en el peso, y cuando suben al escenario, se ven más gordos de lo que en realidad son.
No estoy haciendo nada extraordinario. Nunca he sido de estar metido en los gimnasios. Lo más que llegué a hacer fue jugar baloncesto –de forma recreativa, por supuesto- hasta que llegué a la universidad y me empecé a dedicarme a lo que hago ahora. El caminar por las mañanas me hace bien. Siento que me lleno de energías positivas. Y eso es bueno para la creación.
A esa hora de la mañana, todo el mundo como es natural, está durmiendo. Excepto un doñito se monta en su carro deportivo rojo y se va a trabajar –creo que es a trabajar no creo que se vaya a casa de la chilla a esa hora. Luego, aparece el del periódico en su Van. Se le nota en la cara lo harto que está de madrugar. Él tiene su rutina: siempre llega a la misma hora, empieza la repartición por el mismo edificio y sigue a vuelta redonda. Otra señora se monta su carro compacto, se detiene en los buzones a verificar su correspondencia y sigue para su trabajo. Después, cuando acabo, sale una chica a comenzar su rutina de correr por los alrededores. Y eso es así todos los días.
El proceso de rebajar la pipa es arduo y lento. ¡Me duelen las piernas! Es mucho el tiempo que se ha tomado en que se forme la barriga, pero uno quiere que desaparezca en pocos días. Así, que en lo que la pipa baja, trataré de crear la rutina. Todo está en enfocarse.


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