03/27/2008

DÍA INTERNACIONAL DEL ACTOR

Por Luis Enrique Romero

Hoy 27 de marzo día del actor, proclamado por la UNESCO, en Puerto Rico se apagan las luces, baja el telón de telarañas sobre el histrión atrapado entre papagayos y cotorras, vestidos y vestidas de pieles cinceladas en los quirófanos portátiles que hurgan en la superficie de la estética.

El silencio se apodera del escenario, pero un silencio de mimo ausente. Es el silencio de la palabra sin sentido, sin compromiso con lo sensorial y la emoción, el silencio de la palabra que no comunica, el silencio de la palabra sin raigambre, de la palabra inconsecuente, solo ruido sin arte.

La nueva escuela del arte de la representación, es un “pulguero”donde los mercenarios mediáticos se arriman a los escaparates del artificio, a la caza del “talento” del músculo, las tetas, las nalgas y de la ceja arqueada del galán almidonado, con “botox” en el cerebro.

Estos robots de carne y hueso, diplomados y tatuados con el carimbo del “USDA Choice Number One”, han llenado de “neutralidad histriónica” (por no decir mediocridad), las salas de nuestros hogares. Mientras tanto los mercaderes del “arte” llenan sus arcas vendiendo talento apócrifo en un mercado cada vez menos exigente.

En esos medios, íconos de la decadencia nuestra de cada día; jamás habría lugar para Tespis, Chaplin, Marceau, Orson Welles, Mario Moreno, Juano Hernández, José Ferrer, Raúl Juliá, Rita Moreno, Miriam Colón, Chita Rivera entre otros; pulidos todos en el respeto al arte por el cual y para el cual unos vivieron y otras aún viven. Y no habría lugar, porque no enmarcan dentro de los conceptos preciosistas que rigen el negocio de la representación, donde el talento es totalmente prescindible. Porque estos negocios cedieron hace mucho tiempo su dignidad a los depredadores del “rating” y abandonaron la responsabilidad que una vez contrajeron con la sociedad; por una nueva $en$ibilidad.

¿Pero dónde están nuestros actores y actrices? ¿Dónde y qué están celebrando? Se preguntará uno que otro en algún lugar remoto del País, donde quede todavía un resquicio de preocupación por la integridad de nuestra cultura, al ver que nos han quitado la imagen y que van en pos de quitarnos también la voz.

Televisión y radio han pasado a manos de firmas extranjeras en medio de un silencio cómplice que soslaya la realidad de estar convirtiéndonos en un desierto cultural. Parecería que las instituciones culturales y gubernamentales, en evidente apatía a enfrentar de manera agresiva y organizada esta modalidad de despersonalizarnos; duermen en las comodidades de sus posiciones, mientras un sector del País sufre la pesadilla de esta invasión que nos lleva a la transculturación.

Hoy día 27 de marzo es un día para que todos reflexionemos sobre el futuro de los artistas puertorriqueños y que juntos, todos juntos y unidos; reclamemos el derecho a trabajar en nuestro país con dignidad y respeto. Guardar silencio es una opción para la desaparición, para un suicidio colectivo.

Volvamos a encender las candilejas y levantemos el telón por un teatro y una televisión puertorriqueña y hacia una industria vigorosa.

Por Luis Enrique Romero
Actor
Presidente de la Alianza Puertorriqueña
de Artistas y Grupos Amigos


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