12/12/2007

La habitación

Por Pedro Rodiz
Este fue un ejercicio que tuve que realizar para una clase de guiones. El propósito era mostrar una habitación en la que vive una pareja, inmediatamente después de una pelea y cómo queda al pasar el tiempo. Con la descripción, sin diálogos ni personajes, se debía intuir lo que había ocurrido. Esto fue lo que hice y lo comparto para que aquellos que me leen y sienten alguna inclinación hacia la dramaturgia puedan hacer uno parecido.
Antes.
Habitación amarilla. Una cama de pilares, muy antigua, contrasta con todos los utensilios modernos del cuarto. Al lado derecho de la cama hay una mesita de noche; italiana, muy moderna, que contiene un radio reloj, un teléfono inalámbrico, un cofre con prendas de mujer, pinches de pelo y monedas. Al lado izquierdo hay otra mesita, que hace juego con la madera de los pilares, y contiene dos gavetas con cerradura. La de abajo está levemente abierta. En su tope, una Biblia, de bordes dorados, casi amarillentos por el uso frecuente. Frente a la cama, está un gavetero, de estilo italiano, muy similar al corte de la mesita de noche del lado derecho, impecablemente organizado con cepillos, cremas y utensilios de belleza. Una de las gavetas está abierta y muestra que la ropa interior de ella: es blanca, negra o marrón. Todos de diseños sobrios y conservadores. La de él, son pantaloncillos tradicionales de abuelito.
Al lado izquierdo del gavetero, está el “working closet”. Al lado derecho del mismo está en estricto orden, camisas, faldas y trajes. Toda esta ropa está un poco desmejorada por el uso. En el lado izquierdo está, en estricto desorden, la ropa de hombre. Predominan los trajes de ejecutivo. Todos son del mismo color o un color parecido. El piso tiene una alfombra, desgastada por las pisadas, pero muy limpia. En una de las paredes laterales hay un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. La luz es tenue porque las ventanas, que van de pared a pared, están cerradas.
Debajo de la cama hay, como si hubiesen sido arrancados a la fuerza y tirados con prisa, una ropa interior roja y muy provocativa. Regado por el suelo hay un traje de mujer de tan buen gusto, que hacen lucir, a los trajecitos del “closet" como si fueran del “Salvation Army”. Además, en el piso hay ropa de hombre, idéntica a las del closet.
Después.
A la cama de pilar de falta justamente eso: un pilar. Las ventanas están abiertas y está, como enredada en una de las perillas, una media de hombre. El lado izquierdo del “closet” está vacío. El gavetero tiene el espejo roto, con marcas del marrón de los pilares. La mesita de noche de la izquierda, tiene las gavetas abiertas y en el piso está la parafernalia de juguetes sexuales. Sobre la cama, miles de puntos de tela roja, como si una tela hubiese sido picada con tijera.
Resultado.
Habitación azul. La cama es una de corte italiano y ahora hace juego con la mesita de la izquierda. El closet contiene ropa, en estricto orden, ropa nueva y moderna de trajes de mujer. Ya no está la mesita de noche que hacía juego con los pilares ni la Biblia ni el espejo roto. La nueva coqueta está cubierta por artículos de belleza de mujer, de marcas reconocidas. El cuadro del Sagrado Corazón de Jesús fue sustituido una réplica de Guernica de Pablo Picasso. El piso está cubierto por lozas blanquísimas. En la mesita de noche, hay un libro que se titula: Caldo de pollo para el alma. Y al lado de la cama, una máquina de hacer ejercicios.


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