03/25/2012

Entrevista Miguel Diffoot

Por Pedro Rodiz


¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?


En los años 70’s recuerdo vívidamente haber ido al Teatro La Perla de Ponce y disfrutar de Los cocorocos de Manuel Méndez Ballester protagonizada por Miguel Ángel Álvarez.


¿Cuándo fue que te percataste de que ibas a estudiar teatro?


Mi inclinación hacia la actuación surge desde temprana edad, a los 13 años estaba decidido a ser actor.


¿En qué trabajas actualmente? ¿Vives del teatro?


Trabajo como regular en la programación dramática de WIPR desde 1994 y actualmente como la voz de Puerto Rico Network. No he vivido exclusivamente del teatro, he tenido que “buscármelas” dando talleres de teatro, clases de canto, dirigiendo, escribiendo…por suerte siempre ha sido en el área de las artes.


Si no estuvieses involucrado en alguna actividad teatral, ¿qué serías o qué harías?


Son muchas las cosas que haría, sería Chef, masajista, astrólogo, pianista, monje budista o karateca.


¿Tienes alguna anécdota  relacionada al teatro que te haya impactado, positiva o negativamente, que quieras compartir?


Lo más que me impactó al comenzar fue la arrogancia, el cinismo y la hipocresía de muchos de los ya establecidos en ese momento. Por suerte los tiempos cambian y lo que antes fue gracioso, risible y/o motivo de mofa, ya no es bienvenido como lo fue antes. Nadie está exento de culpa pues yo también me mojé en esa charca, pero descubrí,  agraciadamente, que las energías positivas y el entusiasmo pueden ser puestos al buen servicio del colectivo. La labor teatral ahora se realiza con mayor camaradería, cosa saludable pues, ya que vivimos en un país en permanente crisis cultural, hubiese sido insoportable continuar esa ruta autodestructiva.


¿Pensaste alguna vez renunciar y dedicarte a otra cosa?


Oh sí, me estoy retirando desde 1991.


También has escrito obras, ¿qué tal la experiencia?


La primera experiencia fue una sicótica. Tuve un encuentro cercano a la muerte (en un asalto) por lo que me encerré en mi apartamento y no salí durante un mes. Estaba siempre a oscuras y fumando. Área de fumar, mi primera obra, surge de esa fobia a los espacios abiertos y concurridos. Como la pieza gustó mucho en su estreno, decidí seguir intentando la escritura, labor que iba a la perfección con el ermitaño que recién nacía en mí. Me gusta experimentar con las relaciones humanas, crear situaciones potentes y usar el humor negro, el cual me fluye con facilidad.


Cuando escribes una obra, ¿cómo lo haces? ¿Haces bosquejos? ¿Usas imágenes? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu proceso creativo?


No tengo una fórmula para comenzar, a veces puede ser una simple imagen, una frase, un recuerdo o un simple olor lo que me impulsa a escribir. Siempre empiezo por el final, que es la imagen potente y teatral que tengo en el cerebelo…de ahí en adelante puedo escribir el resto que, como rompecabezas, va tomando forma hasta que asume la que desea y eso lo decide el escrito. El texto es quien en realidad tiene la última palabra…con esto digo y me reafirmo en que el instinto es quien debe dominar ese momento creativo…no me gusta analizar demasiado lo que hago y detesto intelectualizar…esos elementos son fríos y dañinos a la hora de crear algo que produzca la calidez que necesito y busco.


¿Qué piensas de la dramaturgia puertorriqueña?


Siento que hay buenas propuestas de autores del patio, pero al igual que pasa con los Festivales de Teatro Puertorriqueño, pasan sin pena ni gloria y no les dan la importancia ni la promoción necesarias.


¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?


Creo que el “facilismo” permea en gran parte de las propuestas que pretenden llenar teatros con masas de gente dispuestas a reír, y no lo critico (aunque debería) solo que a veces el balance no se da y nos vemos proponiendo lo mismo una y otra vez. Aclaro que la actual crisis ha llevado a los teatreros a hacer piezas teatrales realmente hermosas y artísticas y que la actividad se ha multiplicado teniendo labor constante y en todas nuestras salas.


Ante el panorama del teatro puertorriqueño, a tu juicio,  ¿qué se necesita para que la situación mejore o prospere?


Deben eliminar el descuento a los envejecientes, es un dolor de cabeza para muchos.


¿Qué otras habilidades tienes?


Decidí ser actor a los 13 años, pero a los 14 descubrí la música y de ahí en adelante me apasionó la música coral y decidí ser cantante. Cantaba clásico durante el día y nueva trova por las noches a esa edad. Estudié música en la Escuela Libre de Música en Ponce (cursos de solfeo y música coral) y luego en la Universidad Interamericana con concentración en Voz con Clark Mallory. Desde ese momento hasta el presente he formado parte de muchas agrupaciones como la Coral Filarmónica, Coralia y Aequitas.


¿Qué proyecto teatral atesoras y por qué?


Mi recuerdo más hermoso fue cuando dirigí la pieza Un número de Caryl Churchill con los actores Carlos Miranda y Carlos Rivera Marchand. Me encantaba el texto, lo que proponía en términos de conflicto y todas sus posibilidades. Es el proyecto que mas atesoro.


Cuando te preparas como actor para una obra, ¿cómo lo haces? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu proceso creativo? 


Depende de la obra. No me gusta intelectualizar la creatividad, prefiero dejar que mis instintos fluyan sin cuestionarlos; eso no implica que me aparte de la técnica y el análisis básico, para esto necesito haber sido un intelectual antes.  ¿Irónico no? Así es, porque cuando nos mantenemos en contacto con la situación social, la lectura, el buen cine, los sabores y olores que nos rodean y asimilamos esas experiencias, no necesitamos el estudio intenso al momento de actuar, porque automáticamente permea lo vivido. De esta manera obtenemos un balance y evitamos la mecanización y el peso excesivo en escena. Por lo menos eso es lo que me funciona en Puerto Rico, cada vez es menos el tiempo que tenemos para prepararnos.


Cuando te preparas para dirigir  una obra de teatro, ¿cómo lo haces? ¿Cómo te preparas? ¿Usas imágenes? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu proceso creativo?


Uso inicialmente la música, es el elemento artístico más poderoso y descriptivo de ambientes e imágenes que irán fluyendo en el proceso. Esto me indica el tempo y el color preciso de lo que pretendo dirigir.


¿Cómo eres como director? ¿Cómo haces para que los actores y actrices estén en sintonía con tu concepto de dirección?


Soy bastante flexible, me gusta mantener un ambiente de camaradería y humor en el proceso, esto ayuda a la comunicación efectiva de un concepto, sin imponerme demasiado pues me gusta cuando hay un compartir de opiniones. Si me equivoco lo admito y acepto sugerencias de mis compañeros si son mejores que las que yo pueda ofrecer.


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