09/18/2011

Entrevista a Omar Torres
Presidente saliente del Colegio de Actores de Puerto Rico
Por Pedro Rodiz

¿Cuál es tú preparación académica y cuántos años llevas de carrera?

Tengo un Bachillerato en Comunicación Pública con Concentración en Periodismo y una segunda concentración en Drama, de la UPR de Río Piedras. También estuve tres años en el Conservatorio de Arte Dramático del Ateneo Puertorriqueño y llevo 8 años trabajando como actor.

¿Cuál es el recuerdo más distante que tienes del teatro o de alguna obra de teatro?

Tenía 5 años, vi una obra con María Chuzema (Tere Marichal), pero no recuerdo nada más.

¿Cuándo fue que te deciste a estudiar teatro?

En cuarto año de Escuela Superior llenando la solicitud para la universidad.

¿En qué trabajas actualmente? ¿Vives del teatro?

Actualmente trabajo como actor y produciendo. Ni yo lo creo, pero vivo del teatro, aunque también me interesa hacer cine.

Si no estuvieses involucrado en alguna actividad teatral, ¿qué serías o qué harías?

Sería sicólogo o músico.

¿Tienes alguna anécdota  relacionada al teatro que te haya impactado,  positiva o negativamente, que quieras compartir?

Como estudiante me llevaron a ver Tiempo Muerto. Chavito Marrero estaba actuando y de momento paró la función para regañarnos, y eso que yo no estaba hablando, pero fue una impresión bien grande porque a esa edad no sabía que eso podía suceder.

¿Cómo definirías tu gestión dentro de la presidencia del Colegio de Actores de Puerto Rico?

La definiría como una de continuidad, de aprendizaje y perseverancia; debo aclarar que terminé mis dos años y ya no estoy en la Junta, así que lo que voy a decir es en mi plano personal. La continuidad es importante para que los trabajos se sostengan. Se pudieron dar talleres enfocados en el cine, se trabajó con actores y actrices delicados de salud y con los que fallecieron, se trabajó con los estudiantes de la UPR, se comenzó a trabajar un Proyecto de Ley para Telenovelas que no se ha logrado, se trabajó y se está trabajando en conjunto a otros compañeros para que Puerto Rico entre al Instituto Internacional de Teatro de la UNESCO, entre muchos trabajos más; es arduo. En el plano personal fue mucho aprendizaje, imagínate que siempre esperaban a alguien mayor y yo tengo 28 años. Pero sobre todo perseverancia, para poder sostenerlo económicamente.

¿Cuáles son los problemas mayores que confronta el Colegio de Actores de Puerto Rico?

Para mí el Colegio como institución no tiene ningún problema. El Colegio es el mecanismo actual que tenemos los actores y las actrices como trabajadores para velar por nuestra profesión y luchar por unos derechos en común. El Colegio es y será lo que nosotros queramos que sea. Ahora es un Colegio, pero podría ser un sindicato, asociación u otro tipo de organización. El problema es de nosotros como trabajadores y trabajadoras. Y voy hacer muy sincero, creo que demasiado, porque es la única forma de ayudar a mover la rueda. No quiero generalizar, pero aquí hay mucho miedo a moverse por perder lo poco que se tiene, la incapacidad para unirse es inmensa y cada quien trabaja en lo suyo. Y se ha demostrado que somos capaces de unirnos y muchas veces logran objetivos, pero solamente en casos extremos y así es muy difícil lograr adquirir derechos comunes, porque se necesita unidad y constancia. Durante mi año como Presidente algunos se acercaron para felicitarnos y otros para lo contrario, sin embargo muchas de las quejas eran por errores pasado de hace 8 años y hasta más. Ahora, yo creo que  una forma de echar esto hacia adelante es no sobrevalorar esos momentos y enfocarnos en el ahora, sin borrar la historia porque de ella se aprende, pero tampoco de vivir y regodearse en ella dando círculos. Así que lo que  tenemos es por lo que hemos luchado como grupo, pero debo aclarar que aquí hay gente que ha trabajado hasta casi hundirse. A pesar de todo yo tengo la esperanza que esto cambie aunque sea comiendo tierra.

¿Cómo te visualizas de aquí a 10 años?

He aprendido a no tener expectativas a tan largo plazo.

Escribes teatro, cuéntanos de tu experiencia.

Pues decidí escribir porque me fascina la literatura, pero sobre todo porque no tenía dinero para pagar los derechos de autor. Encontraba textos muy bueno, pero las historias  no se contaban de la forma que las quería contar, así que decidí escribirlos yo. Para mí es agobiante, me encanta, pero me autocritico mucho. Pienso que de todas las facetas del teatro es la más difícil, porque normalmente trabajas  solo y uno se expone demasiado. Pero con el tiempo eso madura.

¿Qué opinión tienes de la dramaturgia puertorriqueña?

Creo que la dramaturgia puertorriqueña en su temática es muy variada, de lo que he leído ya no sólo se habla de la identidad puertorriqueña y la emigración, que son temas muy importantes, pero no son los únicos. Me voy a tirar al medio, pero creo que las últimas generaciones nos hace falta madurar un poco por la falta de exposición. Un dramaturgo o dramaturga no sabe cuán funcional es su texto hasta que no le ve representado. La problemática es que la mayoría de los textos contemporáneos son encargados por los productores y para que un dramaturgo o dramaturga exponga lo quiere contar de verdad necesita producirlo por su cuenta y eso es cuesta arriba. Lo otro es que uno no tiene acceso a los textos nuevos porque no hay un espacio para publicarlos ni exponerlos a otros países, creo que eso se podría trabajar en conjunto con el Archivo Nacional de Teatro y Cine Puertorriqueño del Ateneo Puertorriqueño, que hacen un trabajo excepcional.

¿Qué opinión tienes del teatro puertorriqueño?

Me atrevo contestar esta pregunta ahora, porque últimamente he visto teatro en otros países. Aquí se hace buen teatro y no tan bueno como en cualquier otro país. Lo mejor que tenemos es que no importa las circunstancias seguimos haciendo. En cuestión de producción creo que a veces hay más producto que demanda, si existieran más coproducciones las posibilidades de tener perdida serían menor. Y en la área actoral y de dirección a veces falta riesgo, al menos a mí me cansa ver a la gente es su área cómoda constantemente.

Ante el panorama del teatro puertorriqueño, a tu juicio,  ¿qué se necesita para que la situación mejore o prospere?

Unión y crear una política cultural, ya Ricardo Alegría no está. Hay que unirse, hay que hacer algo, pero hacerlo.

¿Qué otras habilidades tienes?

Yo juro que canto y que la gente se me acerca a contarme sus problemas… es una  locura.

¿Qué proyecto teatral atesoras y por qué?

La casa de Bernarda Alba, el musical, es una producción que me hizo crecer por muchas razones, porque  fue mi primera obra profesional, porque tenía que cantar en vivo, porque hacía por primera vez de mujer, porque tenía que bailar en tacos y usar abanico, pero sobre todo porque tenía que trabajar con actores ya probados que llevaban haciendo la obra por seis años. Pero lo que más recuerdo, es la buena energía y compañerismo del elenco.

Cuando te preparas para  actuar una obra, ¿cómo lo haces? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu proceso creativo?  

Lo primordial es saber cómo mi personaje se relaciona con los demás,  qué quiere y de qué es capaz para lograr lo que quiere. Del resto del proceso no me atrevo ni hablar, porque precisamente luego de un taller con un actor argentino estoy revaluando mi proceso, creo que pensaba demasiado y hay información que uno busca que no hace falta. Bajo reconstrucción.

Cuando escribes una obra, ¿cómo lo haces? ¿Haces bosquejos? ¿Usas imágenes? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu proceso creativo? 

Mi proceso para escribir es descojonado, puedo escribir en desorden,  parlamentos libres que voy uniendo, imágenes, música, silencio, lecturas relacionadas, horóscopo, me voy a la calle, no salgo, hago bosquejo, rompo bosquejo… realmente no lo puedo definir. Simplemente lo dejo fluir.





Free Web Site Counter