11/23/2010

Premio

Por Pedro Rodiz

Freddy Acevedo y yo escribimos una obra de teatro. La titulamos Sofía, por aquello de un juego de palabras, ya que ellos son dos filósofos que aman la filosofía y a la misma vez estuvieron enamorados de una chica que llevaba por nombre Sofía. En un principio, cuando empezamos el proceso de la escritura, teníamos como título El muro. Y se iba a tratar sobre los diferentes tipos de muros que nos rodean. Pero poco a poco, la trama fue cambiando y aquellos muros se quedaron atrás.
Nos tomó tres años terminarla. Freddy pasó por unas situaciones personales, yo pasé por otras que nos impidieron escribir de corrido. Y de vez en cuando, en intervalos de varios meses de por medio, nos reuníamos para adelantar la obra. Y por poco la culminamos el año pasado. Menos mal que no lo hicimos ya que cuando nos reunimos este verano para terminarla, se nos ocurrió otro final que es superior al que teníamos planificado anteriormente.
Esta obra, desde el principio, tenía su propia personalidad, es como si estuviera esperando por nosotros para que se escribiera. Cada vez que nos reuníamos, terminábamos filosofando, como si fuésemos los personajes. En un principio la concebimos con la intensión de actuarla, es decir, escribíamos para nosotros. Pero poco a poco los personajes fueron envejeciendo delante de nuestros ojos. Al punto que somos muy jóvenes para actuarla. Así que de camino ya habíamos tomado la decisión que no la actuaríamos. Y contrario a desanimarnos, nos animó más imaginarnos quiénes podrían actuarla una vez terminada.
La sometimos al Certamen de Dramaturgia del Instituto de Cultura Puertorriqueña… ¡y ganamos! La obra se va a estrenar en la primera semana de abril de 2011 en el Teatro Victoria Espinosa como parte del Festival de Teatro Puertorriqueño. La va a dirigir Miguel Diffoot. El elenco no lo puedo revelar todavía hasta tanto esté confirmado. Boff y Eco aún están buscando actores para encarnarse.
Es chévere ganar, no por el premio en sí, si no porque es una valoración del trabajo realizado, es un: “vas bien”. Y que gente que uno respeta haya pensado de esa forma, pues se agradece aún más.
En enero, antes de estrenarse, se realizará una lectura del texto, en una sesión privada, con unos invitados especiales que nos ayuden a redondear aún más la obra. Y los vientos alisios son favorables, es muy probable que la obra se publique y esté listo el libro para el día del estreno. ¡Enhorabuena!

11/11/2010

Lectora de obras
Por Lourdes Ranero


[Le di a leer varias de mis obras a una amiga, a Lourdes Ranero, que es Registradora de Colecciones en el Museo de Arte Dr. Pío López Martínez, en la UPR de Cayey. Y ella tuvo la gentileza de leerla y de comentarlas. Sus comentarios los comparto aquí ya que me parecieron muy interesantes. Estas son sus impresiones.]

Hoy me levanté con ganas de algo diferente, de tener un tipo de exquisitez mañanero diferente. Salí con prisa como todas las mañanas del apartamento, como siempre tarde y sin gasolina. Por lo que mi mañana fue exactamente como cualquier otra. Llegué al Museo y me acomodé en mi escritorio con mi computadora y me acordé de tus escritos... Primero leí Cualquier martes ceno en París... ¡me encantó! La ironía, el sarcasmo, la cotidianidad. Sus personajes proyectan ese deseo de hacer algo diferente y querer salir de eso que los ata, pero por otro lado no hacer realmente nada al final para salir de eso e inclusive el conformismo (por parte de Cecilia, cuando utiliza sus ahorros para sacar a Tommy de la cárcel). Total falta de proactividad y lleno de procastrinación, que es el hábito de postergar lo que deben atenderse, sustituyéndolas por otras irrelevantes. Me acordé cuando leí de los zapatitos del nene y de la leche que todavía guardas en el freezer.... ¡Uuuffffff! Me reí en varias partes. Es que me encantó el sarcasmo y la ironía. Hasta mi compañera de trabajo me preguntaba qué estaba leyendo.
Luego, leí El chicle de Britney Spears. De momento pasa de las motivaciones, la razón de ser, a Angelina Jolie y Brat Pitt, a Madonna, a Britney y a Michael...el bombardeo mediático. Pero lo más que me gustó fue justamente el final, cuando finaliza la obra y todos aplauden y justo ahí se ilumina la vitrina que tiene el chicle de Britney. Es una ironía, ¿no? Realmente, sin darse cuenta, estaban aplaudiendo al chicle, que es la representación de lo vano y mundano; que de alguna manera, quieran o no, todos acaban siendo en algún momento de sus vidas, sabiendo o no, que son superficiales, que adoran y nos envolvemos de alguna manera en eso. En lo frívolo de la vida. Te digo, me encantó ese final, es la ironía. ¡Uuufffffff!
Así que mi mañana estuvo interesante.
¿Dónde han estado tus escritos todo este tiempo? ¡¿Escondidos?! Me encantan. Claro, se puede entender que estoy exagerando o quizás mintiendo, pero no. Tampoco es falta de lectura, y que de momento tengo estos, y es todo lo que he leído en mi vida. Para nada. Están fabulosos. Los leo sin ningún problema. Hay lecturas de ciertos temas o autores, y piensas que te van a gustar y luego te decepcionan. Esto no me ha pasado con los tuyos. Inclusive, sin que sea algo malo o un error, se sienten livianos. No son lecturas prepotentes.
Complejo de Edipo, simplemente genial. Tengo un gusto afinado por el sarcasmo y la ironía. Me reí mucho cuando mencionas a Norman Santiago, ¡Estás del carajo! Es que uno se envuelve en la historia. Y te repito....me da la impresión que de alguna manera, plasmas elementos de tu vida en estas historias. Me reí, ¡uuffffff! casi quedé sin respiración con lo del Neandertal. Quede“dead”! La disertación de Dios... jjmmmmmm, encontré la retórica interesante, porque todo el tiempo escribes la palabra Dios en mayúscula, como un nombre propio, de un ser divino y superior, entonces se vuelve irónico, porque si se está expresando que no cree en Dios o que se ha prostituido el significado de un concepto sagrado, entonces no hay razón para que se escriba en mayúscula, ¿no? Es la contradicción... Aunque, también es la impresión del observador transmitido a través del locutor. Pero al mismo tiempo es necesario escribirlo en mayúscula así como necesitamos el oxígeno para respirar. Eso me recordó mis años cuando cursé estudios en el colegio... yo siempre escribía Dios en minúscula y una vez una compañera de salón puso esta cara de vaca cagona porque había cometido un sacrilegio: “cómo me atrevía yo a cometer semejante horror”. Debe venir de mi inconciente, no sé. Siempre he tenido problema con la autoridad. Me encantó mucho la manera en que está escrita. Se sintió dinámica. Lo mismo me pasó con Cualquier martes ceno en París. La lectura fue diferente en estas tres. El chicle de Britney Spears se sintió diferente.
Luego, vino el Hijo de la Luna. Primero que entrometido es el Viento. Uuuffffffff. ¡Fatal! ¡Es muy cizañero! Alguna vez leí que si llegas a odiar, amar, sentir empatía o apatía, es que te habías adentrado en la trama..... ¡C'est Magnifique! Me da la impresión, y sigo repitiéndotelo, que de alguna manera siempre te pones en tus escritos, tus vivencias... La Cueva de Altamira... ¡Aaahhhh! Y cuando la Luna, que es tan testaruda y caprichosa, le dice al Viento "Lo que no me conviene lo decido yo", ¡puufffffff! Me reí tanto porque me identifiqué... Según leía, me recordó a una escena de una película, "Dead Poet Society" con Robin Williams. No sé si la viste. La película es genial y es una de mis favoritas. Hay una escena de un chico que decide, en contra de los estatutos y los deseos de un padre castrador, matricularse en un curso de teatro y participa de una obra -A Midsummer Night's Dream, obviamente de William Shakespeare-, que si no me equivoco, la presentan al final de un semestre, en diciembre. Él es una hoja. Una hoja llena de vida, con movimiento, con deseos de transportarse más allá de si mismo. Acá, en tu obra, el Viento presentó esa imponencia; sus movimientos, que hace lo que quiere como quiere y cuando quiere. Bueno, todos son caprichosos, la Luna y Ocre también. El Sol ensimismado en sí mismo, estaba absorto. Y a Bronce, ¿qué le paso? Ni una cosa ni la otra. Sentí que no estaba al mismo nivel que los demás, cada quien sabía lo que quería, él sólo... andaba y respiraba por "default". (No es una crítica a la obra, sino lo que él representaba) Y ninguno tuvo lo que quería... (Bueno, sí y no. Lo tuvieron de momento, a medias.) Bronce cubierto por el manto de estrellas. Y peor aún, fue utilizado y no se dio cuenta hasta después. Luna sin el hijo de plata; ni Sol, que sí me dio la impresión que luego de jactarse tanto o su indiferencia, en el fondo, allá bien abajo, tenía sentimientos por la Luna. Ocre muere, pero al menos cogió con Bronce. Y el Viento, pues siendo él, -que tampoco tuvo lo que quería-, sí pudo seguir retroalimentándose con esas conductas enfermizas. La obra es totalmente una representación de nosotros, no dejamos de ser animales, de desear, de no estar saciados. Esclavos de nosotros mismos. También me gustó la manera en que está escrita, esa mezcla de escritura, rebuscada, adornada y poética. Y claro, la ironía.
Me parece que todas tus obras presentan un denominador común, somos esclavos de nosotros mismos, de nuestros deseos. O quizás, es solo una mera representación de la realidad.
Para La madre que la parió, me senté a leerla con una copa de vino tinto... en plan "relax". Está claro que es un drama y tragedia. Me gustó la analogía de la "calle sin salida". Cuando Enrique pasa a ver la casa donde ella residía. Lo sentí como una representación de su vida. Su entorno familiar quizás no era el mejor, quizás ella siempre creyó que no tenía otra salida, quizás nunca supo que tenía opciones. Dice Adela: “Cuando llegué a casa, me pareció que era como un castillo. Se veía bien grande. Y poco a poco se me fue convirtiendo en una cárcel”. ¿La cárcel está en ella misma?
Tu Adela es la Adela de García Lorca, no está dispuesta a someterse a las directrices de su madre, al punto de desafiarla y llevarle la contraria sin saber que su rebeldía la llevaría directo a un final trágico. La madre es totalmente represiva con su hija. Pero tu Poncia es diferente a la Poncia de García Lorca, porque la Poncia de tu obra está en busca de la verdad, su fin es esclarecer el crimen. Su actitud es diferente a la de García Lorca, que es prácticamente la antítesis de Bernarda.
Cuando ocurre el asesinato, fue interesante que se escuche el sonido de un saxofón proveniente de la fiesta. Enrique le deja saber que él tocaba el saxofón, aparte de escribir guiones para películas. Pero, ¿por qué esta relación?
En la parte de los nombres...veo que utilizas los nombres de algunos de los personajes de la obra original: Bernarda, Adela, Poncia, Angustias, Antonio, Pepe, el caballo (Garañón). Y añades otros: Pepe-Mario, Samuel - Enrique, Evaristo-Reinaldo, Paca-Penélope, ¿Héctor? Simplemente y sin una razón más allá de ponerles nombres a tus personajes, ¿usaste esa analogía de nombres?
Me parece que es una obra llena de odio, avaricia y esclavitud, consigo mismo. El estar absorto en uno mismo y lo mundano. La manera en que fue descrito el baile que tenía Arturo con su "jeva" me recordó esto. La avaricia se reflejo en Enrique, Pepe, Arturo. Quizás Adela recibió más "amor" por parte de Silvia y Paca que de otras personas en su vida.
¡Total tragedia!
Igual me gustó el dialogo, las puestas de escenas y los cambios entre ellas.
Es sólo mi impresión, para nada soy una crítica de arte ni muchos menos literaria.


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